13.- Una conversación pendiente

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Las chicas llegaron alrededor de las 10 de la noche a la playa. Tzuyu cerraba los ojos mientras el viento la calmaba de sentir a Chaeyoung tan cerca. El viaje fue en completo silencio, de vez en cuando Nayeon contaba alguna historia graciosa y todas se reían.

Cuando llegaron a la casa lo primero que hicieron fue ventilar el lugar. Mina y Tzuyu se encargaron de ordenar las cosas en el refrigerador mientras que Chaeyoung y Nayeon se encargaban de prender el fuego de la parrilla. Sana y Momo subieron a guardar las maletas y bolsas en las respectivas habitaciones. La expareja decidió que dormirían juntas, al principio ambas tuvieron aprensiones con la decisión, pero con el pasar del día ambas comenzaron a sentirse más cómoda con la otra.

-¿Barajas? – le preguntó Sana a Momo quien aun estaba cansada y algo adolorida – la verdad es que no te ves bien.

-Me duele mucho la cara, si Mina no me hubiese golpeado quizás no estaría tan mal.

-La odio.

-No la odias, aparte me lo merecía.

-La verdad es que cuando te golpeó no sentí nada de pena, te lo merecías.

-¿Quieres hablar de eso?

-¿De qué?

-De lo que ocurrió con Nayeon.

-No sé si... - Sana miró a los ojos a Momo – supongo que quiero escucharlo de tú boca, pero aún tenemos otro día, no quiero arruinarlo las primeras horas.

-¿Qué crees que pasé esta semana?

-¿Con qué?

-Con nosotras, las chicas.

-No lo sé – Sana se sentó al lado de Momo quien estaba sentada en la orilla de la cama – pero creo que podremos averiguarlo.

-Prométeme algo.

-¿Qué cosa?

-Que no te irás al amanecer – Sana giró su cabeza hacia la izquierda y sus ojos no se tardaron en hacer contacto con los de la japonesa – no podría soportarlo por segunda vez.

-No lo haré, quiero que todo funcione esta vez. Jamás sabremos si el destino nos tiene preparada una nueva oportunidad si sigo escapando de ti. Que ha sido lo más difícil de hacer, tratar de fingir que no me importabas, que no te extrañaba, que no me interesa que besaras y te acostaras con otras fue lo más doloroso que me he hecho a mí misma. Ya no quiero seguir escapando. Debo estar lista para hablar de todo y quiero hacerlo.

-Lo sé, aun pienso en lo que me contaste la noche anterior, no puedo evitar sentirme mal cada vez que lo recuerdo.

-No te sientas mal Momo, ni siquiera tendrías que haber esperado, yo tendría que haberte dado tu lugar desde hace mucho tiempo atrás.

-Mmm... eso es verdad – Sana se derretía al ver el perfil de Momo, no pudo evitarlo y dejó caer su cabeza en el hombro derecho de la japonesa.

-Sólo quiero disfrutar, no seguir perdiendo el tiempo, dejar de buscar a alguien con quien pueda sentirme cómoda cuando siempre he sabido que eres tú la única comodidad que conozco.

-Te amo Sana – el corazón de la empresaria se detuvo, sintió cómo su sangre dejaba de fluir por su cuerpo y un sudor helado se adueño de todo su cuerpo – jamás dejé de hacerlo, jamás pude olvidarte. Admito que lo intenté, que quise que las cosas con Taeyeon funcionaran. Es una increíble mujer después de todo, pero ya no podía seguir mintiendo. Cuando me iba a acostar lo único que hacía era pensar en ti, cada vez que veía una estrella solitaria en el cielo le pedía que te cuidara. A veces me imaginaba que cada vez que miraba la luna tu también lo hacías y que, en algún lugar del mundo, al mismo instante estábamos conectadas por una fuerza que siempre ha sido más fuerte que nosotras. Cuando cumplí un año con Taeyeon tuvimos sexo en la noche y le dije tu nombre – Sana sonreía – ahí supe que mi cerebro estaba cansado de tratar de superarte. Supongo que para Taeyeon fue difícil, jamás me preguntó algo al respecto. No había necesidad, ella siempre fue más inteligente que yo, siempre iba un paso delante de mí.

A Merced Tuya/ 2da temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora