4.- Ataque de pánico

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El camino de la mansión Im hasta el ex departamento de las chicas fue algo incomoda, especialmente con Nayeon y Mina sentadas en el parte de atrás del auto sin decir ni una palabra, por el contrario, Momo no dejaba de hablar con el abogado de Chaeyoung. Nayeon trataba de prestarle atención a la conversación, pero no podía dejar pensar en la chica que tenía al lado. Al llegar al lugar, Momo les pidió a las chicas que se quedaran adentro del auto por cualquier cosa y que llamaría a Nayeon si pasaba algo.

El auto esta vez estaba en completo silencio, Nayeon lo odiaba. No podía evitar recordar que la relación entre ellas en el pasado los silencios eran maravillosos, pero ahora era completamente lo contrario.

-Me niego a que nuestra relación ahora sea de esta forma.

-No tenemos relación Nayeon.

-Tu y yo sabemos que hay una historia en el pasado, no deberíamos estar así. Debería ser un poco más fácil.

-Nunca fue fácil – Nayeon miró por primera vez el rostro de Mina y nuevamente volvió a sentir las mariposas en su estómago al notar el perfil perfecto y los lunares de la japonesa.

-¿Qué fue lo que paso en Japón?

-Créeme, no quieres saber.

-Si quiero saberlo.

-No es necesario tener esta conversación.

-¿Por qué decidiste venir con Momo? Ni siquiera se hablan.

-Por lo mismo, necesitaba silencio, pero decidiste venir. Aunque, debo agradecer que te quedaras en silencio bastante minutos, lo necesitaba.

-Podrías encerrarte en tu habitación y tener el mismo silencio.

-No sabes lo que dices.

-Entonces explícame.

-Nayeon, no te preocupes por mí – Mina giró su cuello hacia el lado derecho para mirar por primera vez a la coreana a los ojos – una parte de mí se puso muy feliz al notar la persona en la que te convertiste, realmente me hace feliz.

-Me gustaría decir lo mismo.

-Lamento decepcionarte.

-¿Qué fue lo que te ocurrió?

-¡Dios! De verdad no quiero hablar.

-No te dejaré de preguntar.

-¿Por qué quieres saber?

-¿Por qué quiero saber? ¿En serio? Mírate, estas muy delgada, tu rostro también cambió, incluso tus labios están partidos y perdieron su color. No quiero sonar mal, pero incluso pareciera que no comes. Me atrevería a decir que también debes tener un problema alimentario.

-Para no estudiar medicina eres muy objetiva.

-¿Qué fue lo que te pasó? – Mina dejo escapar un suspiro desde lo más fondo de sus pulmones.

-Viví algún tiempo con el dinero que Momo dividió de lo que habíamos guardado, para que Chaeyoung estudiara. Vagué por esas calles dos días buscando un lugar no tan caro en donde pueda vivir, pero la verdad es que al final me cansé y terminé arrendando un departamento cerca de un recinto privado. Creo que lo primero que pensé fue que quería estar segura y como sabemos, la gente adinerada siempre está más segura que el resto ¿O me equivoco? – Nayeon no respondió – necesitaba encontrar trabajo pronto, el dinero no me duró más de 5 meses. Así que comencé a buscar trabajo todos los días, recorría todas esas calles hasta las 9 de la noche. Comencé a sentirme tan casada y angustiada, nadie me llamaba para una entrevista, debía pagar el arriendo. Llevaba un mes y medio de atraso, no me iban a aguantar otro mes más. Así que esa noche, en que estaba completamente cansada decidí ir a una disco. Me arreglé cómo no lo hacía hace mucho tiempo. Decidí que gastaría lo último que me iba quedando en esa fiesta – Mina hizo una pausa – cuando eran las 3 de la mañana ya estaba borracha, había bailado con un par de chicas y un par de chicos. Fui al baño y entonces toda mi vida cambió. En el baño de mujer había un hombre sentado en el último baño, no sé por qué abrí esa puerta cuando tenía 5 más, pero lo hice. El tipo tenía una bandeja con pastillas, marihuana y cocaína. Conté el dinero que me estaba quedando y solo guardé para devolverme. Estuve dos días despierta consumiendo sin salir de mi departamento. De ahí en adelante todo cambió, comencé a trabajar en lo único que sé hacer bien.

A Merced Tuya/ 2da temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora