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Tenía tres horas para alistar mis maletas, el vuelo a Rusia salía a las 11 de la noche y tenía que llegar dos horas antes al aeropuerto.

Llegue a casa y al entrar en ella, como todos los días, me entraba un golpe a la realidad, y es que estoy sola, desde que partí de casa no he tenido a nadie a mi lado, Emir me llama pero de igual manera no lo tengo a mi lado y Lena, mi secretaria, no contaría como una amiga, ella es muy profesional y no se vincularía en una amistad con su jefa. Di un suspiro al vacío de mi fría y solitaria casa y no pude evitar derramar una lágrima como todos los días que viva mi rutina diaria.

Terminé de entrar a la casa y me fui directo a hacer mis maletas, al terminar esto fui a darme una ducha para alistarme para el vuelo, en este viaje no puedo darme el lujo de dejar a la mitad mis compromisos de trabajo, esa es una de las razones por la cual Lena se irá conmigo, tengo miedo de llegar allí y ver que todo sigue igual a como lo dejé. Esta vez no voy a dejar que me desprecien, les haré entender que la Emma de antes desapareció, así sea una total mentira.

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Abordamos el avión en silencio, Lena es demasiado silenciosa, solo se dirige a mi persona si es para el trabajo, y a pesar de a ver almorzado juntas esta tarde, no compartimos mucho dialogo.

-Jefa usted ira en primera clase su asiento es 22v, queda junto a la ventanilla, yo iré en clase turista...-la interrumpí antes de que siguiera.

-Lena para el vuelo de regreso reservas dos asientos a primera clases, las ventajas de que seas mi asistente personal y secretaria es que no te separes de mí en ningún momento del día, estamos de acuerdo en eso -ella asintió un poco apenada, y se dirigió a clases turística, yo por otro lado, me fui a mi asiento, justo al lado de la ventanilla, luego de haberme sentado, sentí como el lugar a mi lado era ocupado por mi compañero de viaje, y ese olor a vainilla y mentas, entro por completo a mis fosas nasales, gire mi rostros sin ningún tipo de delicadeza, ¡era él!, estaba sentado justo a mi lado, me quedé perpleja, este miraba al frente, pero yo estaba muy consciente de que él sabía que yo lo estaba viendo.

-Mi hermano quiere que me disculpe con usted... Emma -dijo este haciendo nuevamente eso con mi nombre- así que no tuve más remedio que venir hasta usted sin importar las consecuencias- mire al frente y no pude evitar sentirme agobiada.

-¿Sabe? Pudo esperar a que llegara de mi viaje, sólo tenía que haber esperado que llegara de este en una semana, no tenía que haber tomado esta clase de molestias- sentí su mirada clavada en mí, me estaba poniendo realmente nerviosa, giré a mirarlo y choqué directamente con esos ojos color miel, este me miraba de una manera tan intensa, que sentí mis piernas temblar.

-Sólo quería disculparme por ser un total cretino contigo Emma -dijo este mirándome a los ojos.

-Lo siento, lo puedo tutear- en sus ojos vi un brillo de reconocimiento por haber dicho aquellas palabras, que él ya había dicho horas atrás.

-Para mí sería un placer que me tuteara, Emma- y dale con hacer eso con mi nombre, sentí mi cuerpo erizarse por completo, él sabe cómo poner a una mujer nerviosa.

-Bueno Eros, creo que no estabas del humor suficiente esta tarde, como para ser un poco más caballero con mi persona - dije un poco dura, y este sólo me miraba de esa manera tan intensa, y por un momento pude ver en sus ojos un brillo dorado en estos, y estoy muy segura de que no fue mi imaginación, él era un lobo y no sé cómo puede ocultar su olor- ¿tiene algún evento en Rusia?- dije cambiando drásticamente de tema.

-Bueno sí, seguir a una pelinegra de cabello rebelde y de ojos que hipnotizan, si no es un evento de primera no sé qué lo es- dijo este con un indicio de sonrisa, lo miré detenidamente, al igual que él lo hacía conmigo, pero nuestro juego de miradas fue interrumpido por la irritante voz de una azafata a nuestro lado.

Sol De Medianoche... Luna De PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora