Sol De Medianoche... Luna De Plata

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Los Sanabria y Los Blaskov, no daban crédito a lo que escuchaban. Emma descendiente de la diosa de todas las manadas, Ninfa y Loba, o sea en pocas palabras, una hibrida. Emir sabía que su hermana era hibrida por lo que ella había comentado pero ¿la sucesora de la diosa luna? dios esto era increíble.

-Hace mucho los aurores de nuestra manada sabían de esta profecía, pensamos que era algo normal hasta hace unos meses que comencé al recordar el por qué no teníamos ningún tipo de contacto con ningún otro cambia forma, hace más de ciento cincuenta años que nos creen un mito, fuimos la única manada que quedo para contar lo que sucedió,

-No lo puedo creer- dijo Emile – hay que encontrarla lo planes que Mark tiene para ella no son los más gratos que digamos, él piensa marcarla a la fuerza si ha de ser necesario- Eliot al ver a Emile tan afligida se pone a su lado y le frota los brazos dándole confort. Emir estaba molesto, si Mark le ponía una sola mano encima se arrepentiría.

-Tranquila niña- Dijo el padre de Eros mirando a su hijo tocar a Emile, no podía creer que todos sus hijos tuvieran a lobos como parejas, pero él no podía hacer nada – Emma estará segura, ese tal Mark la repudiara a cualquier contacto, su olor no es el mismo, la profecía dice que al sol y la luna volverse uno ningún enemigo será capaz de dañarlos y en los ojos de ella se ve reflejado este símbolo, es mencionado mucho en la profecía será difícil que él la pueda tocar su olor cambió drásticamente.

-¿Cómo que su olor no es el mismo?- pregunto a Emir desconcertado- ¿por qué el olor de mi hermana habría de cambiar?- Emir miraba a los presentes, tenía la sospecha de que se trataba pero quería escuchar a Eros decirlo.

-Yo marqué a Emma- dijo Eros sentado en el sillón, Emir quería golpearlo por haber tocado a su hermana, pero si Eros es su Igual él no puede hacer nada, esa es la naturaleza de los cambia forma, cuando conseguían a su pareja su deber es marcarla para que nadie logre acercársele – tiene miedo – dijo un afligido Eros – estaba inconsciente, pero acaba de despertar y se encuentra aterrada – la voz de Eros es tan suave y quebrada, que todos los presentes sienten que en cualquier momento llorara. Eros se puso de pie yendo directamente al sótano, donde dos de los lobos que habían caído estaban amarrados, estos al ver a Eros se asustaron, no sabían de qué sería capaz ese hombre.

-Esto es fácil amigos, yo quiero de vuelta a mi novia - dijo Eros arrastrando una silla así el medio de la sala y sentándose en esta- ustedes saben dónde está, me dicen y yo no les arranco la garganta en este mismo instante.

ººº

Mark miraba el cuerpo de Emma tirado en medio de la estancia, olía diferente, no era la misma mujer. Emma abría los ojos lentamente, su visión era borrosa pero rápidamente logro agudizar su vista, estaba acostada en el piso, lo primero que logró enfocar fueron unos zapatos, sabía que era Mark olía a él, ¿cómo demonios había terminado aquí? se preguntaba la pelinegra mientras se levantaba lentamente, miro a los ojos a su captor, este los tenia completamente negros, el verde de ellos se había ido, esos ojos le atemorizaban pero no iba a dejar que él lo supiera.

-Al fin logro tenerte frente a mí, mi querida Emma- dijo este tomándola del mentón bruscamente. Emma intento alejarse pero este la estampo contra la pared más cercana – no cielo, ¿es así como tratas a tu Igual? – Dijo este intentando besarla a lo que Emma se resistió – oh vamos corazón, no querrás que me moleste – Emma le hizo caso omiso no quería tenerlo cerca pero se sentía muy débil para defenderse por mucho más tiempo.

-Tú no eres mi Igual, Mark- dijo Emma- estás equivocado, eres un maldito lunático si crees que me dejaré tocar por ti- la mano de Mark se estampo contra la mejilla de Emma, haciéndola ver a otro lado- ¡eres un imbécil!- dijo Emma saboreando la sangre que salía de su labio inferior que ya sanaba- ¿crees que te tengo miedo?- dijo volteando para verlo directo a los ojos- no te tengo miedo Mark, eres un lunático obsesionado, tú me rechazaste y ahora estamos aquí- dijo Emma con amargura.