Sol De Medianoche... Luna De Plata

Extra 3

Bueno niñas, aquí lo que todas estaban esperando, sé que es una de sus parejas favoritas, si es el capítulo extra de Emile y Eliot, sé que lo estaban esperando, y a mí me encanto escribirlo. Ya sin más espero les guste.

Emile

-¿Sabes por qué no quiero que mis hijos tengan que ver con los lobos?- yo negué lentamente, el padre de Eros se sentó justo a mi lado – tengo un recuerdo vago de muchos lobos emboscando a mi padre, una manada completa contra uno de nosotros, mi padre era el rey, tenía que obedecerlo, su única orden fue no acercarme – dijo mirando hacia el bosque – vi como lo asesinaban – yo lo veía y no podía creer que un hombre de semblante tan tosco, estuviera quebrándose a mi lado – no quiero que mis hijos estén con lobos por eso,  pero estoy cometiendo un error, ustedes no son iguales a la generación que se fue, son más puros, más limpios, bueno su manada por lo visto, no he tenido contacto con ninguna manada, desde ya hace ciento cincuenta años, algo me decía que teníamos que pasar desapercibidos.

-Mi hermano es buen alfa – el me miró y me sonrió – aunque no entiendo por qué me dice todo esto – dije poniéndome más recta.

-porque creo que es obvio que tú eres la pareja de mi Eliot.

Esto me lo dijo el padre de Eliot la primera vez que lo vi, esa misma semana se fue y luego regreso un mes después para morir frente a mí, hace cinco meses y dos semanas para ser exactos todo eso ocurrió, hace cinco meses y dos semanas no veo a mis hermanos, hace cinco meses y dos semanas dejé todo y me vine a estados unidos, no esperé recuperarme por completo, no esperé nada, sólo quería irme de sus vidas y no volverles a causar problemas a mis hermanos, no quería ser una decepción para Eliot tampoco así que lo dejé, me alejé del amor de mi vida por no causarle problemas. No quería que sufriera por mí.

La calles de new york eran heladas en esta época, gracias a la diosa era de sangre caliente porque si no ya hubiese huido de aquí desde el primer minuto en el me pisé por primera vez este lugar. Tenía que caminar como veinte calles para poder llegar a mi apartamento, gracias a la herencia que nos dejó papá pude comenzar de nuevo aquí, conseguí un trabajo como secretaria en una editorial y soy feliz dentro de lo poco que tengo, sé que mis hermanos han intentado buscarme, pero ya hace rato que despisté a ese intento de detective.

Al llegar al edificio de apartamentos una sensación extraña se instaló en mi pecho, era una sensación rara, nunca la había sentido, era una mezcla de felicidad ligada con miedo, jamás me había sentido de esta manera. Subí en el ascensor intentando ignorar esa sensación en mi pecho. Entre al apartamento y todo estaba tan oscuro, tan solo.

-Eres muy astuta Emile – esa voz hizo que me sobresaltara, ¿cómo no sentí que había alguien en mi casa? me apresure a encender la luz y al tener ya iluminada la habitación la imagen de Eliot sentado en uno de los sillones fue lo primero que enfoco mi vista – Eres muy astuta, pero no más que yo – lo que dijo lo quiso hacer parecer gracioso, pero su rostro no dice nada – vaya manera de despistar al detective, eres buena para escabullirte – sus palabras salían con veneno, sé que estaba molesto, molesto es poco, furioso.

-¿Qué haces aquí Eliot? – me atreví a preguntarle, pensé que la carta que le había dejado le dejaría claro que no me volviera a buscar. Por la diosa, que hombres tan difíciles.

- No puedo creer que me preguntes eso Emile, te fuiste de la noche a la mañana y sólo dejaste una simple carta, ¿cómo no te iba a buscar? admito que desde un principio te tuve que haber buscado yo mismo, pero el tiempo no lo tenía y al enterarme que te le habías escapado del detective como por arte de magia me dio a entender que si te quería conmigo tendría que hacer las cosas yo mismo. - se puso de pie acercándose a mí.