Cuidado: Material sensible.
Aclaración: esto ocurre antes de que Morinaga conozca a senpai.-------------------------------
Se encontraba encerrado en su baño mirando la imagen que el espejo le devolvía. No era él.
Bajo sus ojos las ojeras eran notorias, su piel se había vuelto más pálida, su cabello estaba más largo y cubría sus ojos. Ojos que estaban vacíos, solo eran frías e inexpresivas esmeraldas.
Hacía algún tiempo las emociones y sentimientos se habían ido apagando hasta llegar al día de hoy, donde ya no había nada.
Un gran vacío habitaba en su pecho. Un agujero negro que consumía todo y cada día se volvía más grande, engulléndolo lenta y dolorosamente.
Estaba cansado y a la vez no. Ni el alcohol, ni los muchos cuerpos que había probado le causaban algo.
Podía mentir tan fácilmente y nadie lo notaría, o quizás a nadie le importaba. Sonrisas, gestos, palabras e interés, todo falso. ¡Y cómo no hacerlo! Si dentro de él no había emociones.
Estaba harto de todo y de nada.
Pensó en hacerse daño con tal de sentir algo, pero el recordarse las consecuencias le hacía frenarse.
Por ello disfrutaba, en secreto, de apretar los moretones de algún golpe que no recordaba. Allí sentía algo, dolor físico. Era lo único que le quedaba.Tantas veces había pensado en matar esos que le hacían tanto daño, pero se asustó de sí mismo la noche que se encontró parado frente a la puerta de sus padres con dicha idea.
Ya no podía más, estaba tan cansado, arto y lastimado. Pero ni aun así podía llorar, hacía muchos meses que había perdido la habilidad.
Llevó la cuchilla a su muñeca y miró una vez más su reflejo, ¿en qué momento había bajado la vista?
Terminaría la partida allí mismo. No más falsedad, no más cansancio, no más ese vacío doloroso que había consumido todos los colores dejándole en una realidad de matices grises.
A nadie le importaría si él dejará de existir.
Entonces una imagen se posicionó delante de sus ojos.
Como una película se vio mirar desde un cajón las caras de felicidad disfrazada de tristeza y pérdida. Se levantó y recorrió, como flotando, aquella sala poco iluminada.
Pocas personas, pero todas igualmente dichosas. Algunas ocultaban una sonrisa detrás del pañuelo aparentando llorar. Su madre era una de ellas.
Su padre estaba serio igual que siempre, moviendo su pierna con impaciencia, seguro tendría cosas más importantes que hacer, pero por las apariencias se mantendría allí.
Su hermano era el único que parecía un poco... mmm... ¿dolido? Tenía los ojos imperceptiblemente rojos. Eso le pareció extraño.
Entonces se sintió volver hasta aquel cajón por donde había llegado, como si fuera absorbido por el mismo.
Y vio su cuerpo inerte, pero con el dolor marcado en su rostro.
Por último, antes de terminar de entrar allí, volvió a ver esos rostros felices mientras cerraban la tapa del ataúd.
¡NO, NO Y NO!
La sensación aún seguía en su piel, las imágenes grabadas en su retina. Estaba de regreso en el baño.
Entonces lloró. Las lágrimas brotaron desde lo profundo de su ser para derramarse como cascada sobre sus mejillas.
Lloró con tanta fuerza que terminó deslizándose por la pared para hacerse una bolita en el frío suelo.
Lloró sin saber por qué exactamente lloraba. Quizás lloró por todo lo guardado, quizás lloró por él mismo.
No supo cuánto tiempo estuvo así, solo que llegó un momento en el que las lágrimas ya no salían. Como si no le quedaran más.
Cuando inspiró sintió como ese agujero en su pecho se había reducido un tanto, y con eso un peso había desaparecido.
Quizás sí se necesita llorar.
Se levantó lentamente, con el cuerpo adolorido.
Lavó su rostro con suma paciencia. Y al alzar sus ojos al espejo había en ellos determinación.
No les daría el gusto de dejar de existir. No podía ser cobarde.
No había soportado todos esos años de dolor, los golpes de su padre, los maltratos de su madre, la falta de amor y cariño por parte de ambos. La competitividad con su hermano por la aceptación de los nombrados con anterioridad. La maldita forma en que fue utilizado por su primer amor, siendo únicamente el remplazo su hermano. La forma tan cobarde en que destruyó su corazón. Además del desprecio por parte de todos los del pueblo debido a esos rumores que jamás nadie desmintió (ni siquiera aquel cobarde que también estaba involucrado). Y como cereza del pastel, la falta de aceptación hacia su sexualidad.
A medida que recordaba cada una de las cosas que le había lastimado, cada vez que le habían destruido, también iba recordando y notando todas las cosas a las que había sobrevivido. Lo valiente que había sido para vivir y enfrentar el día a día.
Allí fue que lo decidió: No moriría.
Si ellos eran infelices con su mera respiración entonces respiraría más profundo, con más ganas y fuerza todavía.
¿A ellos les molestaba que sonriera? ¿Por eso se empeñaban en arrancarla de su rostro? Entonces sonreiría aún más y buscaría la forma de volver a hacerlo de verdad.
Lloraría todas las veces que así lo sintiera, no frente a aquellos que le querían hacer llorar, pero lo haría en su soledad. Para ser sincero consigo mismo, para no tragárselo todo de nuevo.
Lo haría por él y para él principalmente; de paso haría morir lentamente de agonía a todos aquellos que le odiaran.
Comenzaría a vivir, pero vivir con ganas. Vivir amando y disfrutando lo mucho o poco que consiguiera.
Volvería la felicidad su camino y no su meta.
Seguro aparecerían cosas que le harían querer volver a no sentir nada, para no ser lastimado, pero no retrocedería. Era mejor sentir todo a vivir vacío.
Ahora se defendería, les daría pelea. Ignoraría olímpicamente sus provocaciones donde buscaban desequilibrarlo y, con educación, les diría todo lo que callaba.
En aquel rostro todavía no había rastro de emociones, pero en esos ojos había determinación. Era más que suficiente para comenzar.
No sabía cuánto tiempo le llevaría volver a estar bien; en realidad lucharía por estar muchísimo mejor que bien.
Años le llevó caer tan profundamente, pues años le llevaría salir de allí. Pero no se rendiría, lo lograría.
No sonreía ahora, no podía sentirlo, pero algún día lo haría.
Porque allí, un día antes de su cumpleaños, había decidido comenzar a vivir con todas sus fuerzas.-----------------------------------
¿Fin? Pues no.
Este es el inicio de un largo camino.
Pero es necesario y cada paso vale la pena.
M.D.D.
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Historias KSB
FanfictionQuerido lector, aquí encontraras varias historias de KSB las cuales, en su mayoría, no son correlativas. (Las que sí lo son se encuentran aclaradas) Los personajes son propiedad de Hinako Takanaga. Muchísimas gracias por brindarme tu tiempo, disfrut...