Historias KSB

El final del viaje

Cuidado: material sensible.
Recomendación: leer junto a la música.

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Sin que se diera cuenta el tiempo pasó, la vejez le alcanzó y la muerte que venía detrás de esta le encontró tomado de la mano de su gran amor, la vida.
M.D.D.

Sentado en el pórtico de una pequeña casa había un anciano de cabellos plateados.

Viendo la gente pasar no pudo evitar volver a sus años de juventud, una sonrisa apareció en ese rostro lleno de arrugas.

Veía el sol ocultarse con un resplandor de oro. Sí, había vivido una buena vida. Con sus altos y bajos, pero todo lo había hecho a su manera.

Cuando miró a su costado, buscando esa mirada verde que le había acompañado siempre, se encontró con un espacio vacío.
Sus ojos se humedecieron, le extrañaba tanto. Acarició aquel anillo que llevaba en una cadenita, el anillo que su dueño ya no podía portar. Jamás pensó en esa posibilidad, pero al final había sido Morinaga quien se había marchado primero.

Sonrió de nuevo al recordar cada momento juntos, recordó a su familia y a los pocos amigos que había conseguido a lo largo de la vida.

Miró con nueva resolución el atardecer mientras su respiración se iba apagando al paso que se escondían el sol.

Era el final de ese viaje y había logrado algo de muy pocos, lo había vivido a su manera, lo había disfrutado al máximo y había llegado sin arrepentimientos al final del mismo.

Por fin podría reunirse con su madre, su padre y el amor de su vida.

El sol se escondió y los parpados del viejo se cerraron ante ese cielo que estaba ya dando paso a la noche. El sol de su mirada se apagó para siempre en aquellos ojos, mas la paz seguía pintada en su rostro.

Se había ido a reencontrarse con los suyos.