Inocencia Perdida. - Jintae

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– lo siento pero no he podido convencerlo.

–pero ¿le dijiste todo lo que obtendría?

–si señor Kim. Le hable de los viajes, del teléfono, del computador, de la ropa, pero nada.

–¿crees que si le ofrezco una casa acepte?

Yoongi abrió sus ojos asombrado preguntándose que había hecho Taehyung para enloquecer al guapo millonario. Pensaba que su amigo se había ganado la lotería pero no quería cobrar el billete.

–no lo creo señor Kim. Creo que se ofenderá. Vera Tae es alguien algo ¿Cómo decirlo?

–¿inocente?

–uhmm no...bueno si. Pero como se crio con sus abuelos es algo chapado a la antigua. Me entiende ¿no?

–uhmm ya.

–no creo que aceda. Él solo lo hizo porque estaba desesperado por la salud de su abuela. En realidad son muy pobres. Pero a él no le interesa las cosas lujosas o excesos como a mí.

–¿podrías darme una idea para volverlo a ver?

Yoongi no salía de su asombro. No sabía que responder porque en realidad no tenía ni la menor idea que podría lograr que Tae cediera, que al contrario de Seokjin había terminado espantado de aquel encuentro. ¿Qué demonios habrá pasado? – se preguntaba Yoongi.

–¿Yoongi?

–ah...si señor...bueno ¿Qué tal una fiesta?

–¿una fiesta?

–si bueno. En un club, usted la patrocina. Yo lo llevo y puede verlo. Puedo hacer que llegue a usted.

–uhmm...no quiero drogarlo. Lo quiero totalmente lucido.

–si bueno, no había pensado en drogarlo. Pero puedo hacer que se encuentren casualmente.

–eso me gustaría. Yo me encargaría del resto. Solo necesito un minuto con él.

–bien pues usted me dirá cuando y donde para hacer la invitación.

–tu consigue el lugar, cotízalo. Igual con todo lo que implique la fiesta. Me envías los datos y yo pago.

–muy bien así será.

Yoongi salió feliz de aquella lujosa mansión. No solo había recibido una buena paga por una buena y deliciosa mamada que disfrutaba aún más que su cliente sino que había logrado que le diera la fiesta que tanto estaba esperando tener. Invito a todos los que más pudo cuanto tuvo todo listo. Le tomo una semana organizarla pero había valido la pena porque tenía todo para ser la mejor. Su trabajo estaba en convencer a Taehyung, quien no se despegaba de sus abuelos al estar pendiente de su estado de salud.

–solo será un momento.

–eso dices pero las fiestas terminan a la madrugada o hasta el otro día. Sabes que no puedo dejar a mis abuelos solos. Lo siento pero no puedo ir.

–Tae dos horas. Ve dos horas ¿si?

–no lo creo Yoongi.

–oh vamos no te hagas de rogar.

–yo no te estoy pidiendo que me ruegues. ¿Por qué estás tan interesado en que vaya?

–simplemente me caes bien y quería que te divirtieras. Eso es todo.

–si claro ¿Qué te traes entre manos? ¿no me digas que el ricachón ese te pidió que lo hicieras?

Yoongi no sabía que más decir para convencer al menor.