El hogar de Nana.

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Izuko no sabía si reír o llorar. Estaba muy confundida. Para empezar, All Might le dio muy a entender que el entrenamiento de Gran Torino era muy extremo, pero literalmente lo primero que hicieron el primer día fue jugar videojuegos de la época de Gran Torino y ver fotos de Yagi cuando era joven (Izuko no se quejó de esa parte, ¡que lindo era él!), ¿dónde estaba el entrenamiento? ¡Había desperdiciado su primer días de solo siete! En la noche se tuvieron que ir a la cama, Izuko usó la habitación de invitados.

Pero no dormiría esa noche, claro que no. Se puso su traje de heroína y salió de la casa a hurtadillas hasta llegar a un callejón con las bolsas de basura de la gente de la zona. En ese lugar, se apoyó en la pared y suspiró. Las personas que conocía pensaban en sus quirks como una parte de su cuerpo, las usaban con una naturalidad enorme... Porque les pertenecían. Pero claro, el One for All no le pertenecía a Izuko, era el quirk de All Might... No, era el quirk del primer usuario que lo desarrolló hace años, de alguna de las sombras que vio en su pelea contra Shinsou.

¿Pero no podría ser egoísta con esto? Ella se había esforzado y seguía esforzándose mucho para controlarlo. Izuko apretó sus manos en puños y frunció su ceño. Yagi le había dado este quirk, era suyo oficialmente, ¿no? Es decir, estaba en su cuerpo, ella lo usaba y el One for All la había usado a ella en el Festival Deportivo.

Sí, este era su quirk. Ella solo tenía que acostumbrarse a pensar eso hasta que fuese una extremidad suya más, el One for All le pertenecía a ella y a nadie más. Eso era lo justo.

Izuko se alejó de la pared y miró hacia la contraria, la que tenía basura. Y mientras mantenía el pensamiento constante de no dejar pasar más líquido en la copa, empezó a saltar usando el One for All, cayendo sobre las bolsas de basura para suavizar el impacto. No se hizo daño en los huesos en ningún momento (ya que solo usaba el 4 o el 5%) y tras algunas horas consiguió los reflejos para saltar varias veces y aterrizar bien. Eso era un comienzo.

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-Buenos días... ¿¡Qué te pasó, chica!? - dijo Gran Torino al bajar de las escaleras.

Izuko llevaba un pijama grueso amarillo, acababa de salir de la ducha y tenía la cara llena de raspones además de las piernas con varios moratones que dolían al caminar pero no se veían por sus pantalones largos. Su cara mostraba su obvio cansancio.

-Tengo buenas y malas noticias. - dijo Izuko entre bostezos. - Ayer por la noche conseguí controlar conscientemente el One for All sin dañarme. Pero la basura del barrio está toda desordenada porque la usé como amortiguador.

Izuko gritó al sentir el bastón de Gran Torino golpearle el muslo.

-¿Estás llena de heridas, cansada hasta la muerte y te preocupas por la estúpida basura? - preguntó él, su tono dejaba claro que pensaba que ella era más estúpida que la basura. - ¿Por qué no me dijiste que ibas a salir? Eres mi responsabilidad ahora, no te escapes como niña rebelde.

-Lo... Lo siento. - se disculpó Izuko juntando sus dedos índices y mirando hacia abajo. - Pero la única forma de acostumbrarme al One for All y saber usarlo con naturalidad es entrenar con él. Y seguir entrenando. Y más. Y más. ¡Tengo que esforzarme para compensar 10 años perdidos!

-Te precipitas mucho, ¿no es así? - dijo Gran Torino sentándose en el sofá, Izuko le siguió. - Estás tan desesperada por controlarlo como Toshinori en su día, ¿pero por qué tanta preocupación? Hace años Toshinori necesitaba entrenarlo rápido por el tema de All for One y de Nana, pero tú no tienes ese problema.

-¿Quién es All for One? ¿Y... Nana? - preguntó Izuko con curiosidad.

Gran Torino la miró como si le hubiese crecido una segunda cabeza:

Ser Una Heroína.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora