Eres mi religión- LG[B]T

Capítulo 24- Acompañarte en el futuro

-¿Max? -. Pregunto Angel mientras entraba a la habitación, grande fue su sorpresa al percatarse de que el nombrado no estaba en la cama donde se suponía que debía estar, por lo que no pudo evitar preocuparse y buscar por todos los lados, hasta que alguien más abrió la puerta dejandode ver.

-Oh Angel, perdona, estaba en el baño... ¿Qué haces?- El menor estaba mirando debajo de la cama, pareciera que se estaba por esconder ahí,  Max solo le sonrió con ternura.

-Y...yo, te estaba buscando.

-Y creíste que estaba debajo de la cama, Vaya Angellito, si que eres todo un Sherlock Holmes.

-Callate, estaba preocupado, pero veo que te da igual- respondió el chico con molestia mientras tomaba su mochila para salir, sin embargo Max le tomó del brazo y lo evitó.

-Vamos, Angel, solo estaba bromeando.

-¿No que te costaba entender las bromas y mucho más hacerlas?

-Bueno, juntarme con ustedes me esta haciendo cambiar y debo admitir que me agrada el cambio-. Dijo Max sintiendose orgulloso de sus palabras.

-A mi tambien me agrada-. Contesó el menor por lo bajo,  a lo que el mayor le respondió con un abrazo. 

Ambos caminaron por las calles de ese pequeño pueblo que en tres meses solo sería lo que refugio a Max, pensar en eso le daba pena y cierta parte de él odiaba ser un famoso cantante por no poder tener una vida normal.

-Max.

-¿hm?

-Te estaba preguntando si... quieres venir a mi casa. Mi padre quiere conocerte más, al parecer desconfia un poco de ustedes, espero no les moleste.

-Ah, sí, tranquilo. Le diré a Henry para que tambien lo pueda conocer.

-Oye ¿Ocurre algo?-. La mirada del menor le daba ternura y pena a al vez, si bien sabia que el chico tambien estaba preocupado por lo tres meses,  no sabia que pensaba realmente sobre eso, ni siquiera se habian dado el tiempo de hablar las cosas correctamente, él no sabia nada de Angel ni de su familia y aun así le daba pena dejarlo.

-¿Cómo fue tu infanca?

-¿Qué? ¿Mi infancia? ¿Porqué quieres saber eso?

-hmm... Hemos estado conviviendo casi un año y aunque yo te conté mi pasado, tu no has dicho nada, respeto si no quieres hacerlo, pero me gustaría conocer un poco más de tí ¿sabes?-. Angel le miró un momento para pensar en que decir, que contarle.

-Vamos al parque, Max-. Fue todo lo que dijo y el nombrado solo lo siguió sin rechistar ni molestarse.

Llegaron al parque que tantas veces los habia acogido, que tantas veces los vió sonreir y que vio tantas cosas del pasado qe sufrio Angel. Se sentaron en una de los bancos para ver a los pajaros que paseaban por el lugar, hacia mucho frío como para que niños estuvieran jugando, pero no lo sufciente para no querer estar allí, al menos eso pensó el menor.

-Nacimos el 24 de Abril, soy mayor que Sky por 3 minutos, tuvimos 2 perros y hemos vivido aqui desde que tengo memoria.

-¿No son de aqui?

-No, mis padres nos trajeron cuando teniamos 2 años, creo que tuvieron problemas con su familia y prefirieron cuidarnos a nosotros en otro lugar.

-Oh, entonces viven solos.

-Nos tenemos a nosotros, nunca hemos necesitado más, aunque mi abuela tambien nos viene a visitar de vez en cuando, bueno, nos venía a visitar.

-¿Falleció?- Pregunto Max, un silencio fue la respuesta y una pequeña lagrima cayó por el rostro de Angel, quien aun sufría por aquella partida.

-Hace dos años, nos dolió mucho su partida, fue como nuestra segunda madre, fue la unica que cuidó de nosotros cuando a mamá la internaron en la ciudad, te hubiera encantado concerla, era... muy parecida a tí.

-¿Parecida?

-Sí. Amaba vernos sonreir, su familia tambien falleció cuando era una niña y sus hermanas la criaron, tenia una encantadora sonrisa y siempre alentaba a que siguieramos adelante, era toda una guerrera.

-Puedo preguntar... ¿Porqué falleció?-. Angel bajo la mirada para responder en un susurro.

-Accidente. Tuvo una descompensación diabetica, se desmayó en medio de la calle y se pegó en la cabeza, estuvo en comacinco meses y simplemente no pudo seguir más, fueron meses en los que papá se sintió atrapado, tuve que hacerme cargo de cuidar de mi familia, Sky sufría por el fallecimiento de nuestra abuela y papá no sabia que hacer para que mamá saliera de la clínica, fue ahí cuando conoci a Camilo. Él fue quien me ayudó a mantenerme en pie, o bueno eso pensaba, lo conocí en una de las salidas a la clinica donde estaba mamá, era hijo de una doctora y siempre visitaba a su madre para llevarle almuerzo. Al principio fuimos amigos, cuando de repente me di cuenta que estaba enamorandome de él, todo se volvio negro cuando le confesé mis sentimientos, ambos eramos niños y no conociamos lo que era amar, aun me arrepiento de haberle dejado usar mi cuerpo, comenzó a tratarme como una basura, me dijo que solo servia para entretenerlo y cuando mi madre... cuando lo supo, ella...

-Angel, respira, estoy contigo, tranquilo-. Max abrazó al chico que estaba llorando desconsoladamente, sus palabras fueron tan rápido que el mayor comprendió poco la historia, pero se dió una idea cuando Angel se alejo de su abrazo para mostrarle sus brazos, habían marcas de quemaduras y rasguños.

-¿Fue él?-. El menor solo pudo asentir para intentar controlar su respiración y terminar la historia.

-Primero lo supieron mamá y Sky, papá... Él no supo la verdad completa. Mientras que Sky me ayudó a sentirme un poco mejor y a cuidarme, mamá cayó en depresión, quería ayudarme, intentó decirme que existen formas de... Curar la enfermedad, pero eso solo me hizo sentir peor. En una de las charlas sobre el tema no pude aguantar más y terminé gritándole, aunque sabía que cualquier momento fuerte podía alterarle el azúcar, en ese momento ni lo pensé y terminó todo en un desastre, mamá estuvo casi dos semanas en el hospital y mi miedo a que le ocurriera lo mismo que a mi abuela me asustaba, la culpa me carcomía.

-Pero tu no tuviste la culpa.

-Yo fui quien provocó su desbalance y por ende su ida al hospital.

-No, tu solo expresaste lo que sentías, ella no supo cómo tomárselo y si gritaste, fue porque de verdad ya no podías aguantarlo más, porque te estabas comenzado a creer lo que te decían. Pero ahora es diferente, Angel. Ahora ella te ama tal y como eres, ya te dije que ella lo acepta, de seguro tu padre también lo hará, debes dejar eso atrás y empezar a ver otro futuro.

-Gracias, nunca había hablado de esto y... de verdad... Gracias.

-Hey, yo solo estoy escuchando, tu eres el que hará el cambio y yo estaré allí para acompañarte-. Dijo Max para sonreír.

Angel le miró y recordó a su abuela cuando le decía lo mismo, "yo estaré allí para acompañarte", en vez de llorar por tristeza, lloró de alegría y sin pensarlo  sonrió al mayor quien le miró extraño.

-Eres lo mejor que me ha pasado ¿Sabes?

Fue lo que dijo Angel entre risas, a lo que Max respondió con una sonrisa y un roces de manos, el menor vio su mano la cual era tomada por su compañero y sin molestarse en moverla, la apretó.

-Tu también eres lo mejor que me ha pasado, eres un verdadero ángel.

Ambos rieron por tales palabras, cursis y con un significado por detrás, ahora que ambos conocían sus pasados, solo quedaba luchar contra el futuro.