Eres mi religión- LG[B]T

Capítulo 11- Un verdadero ángel

-Mamá-. Fueron las primeras palabras del chico al entrar a la habitación.

Ambos chicos se sentaron a un lado de la cama, el mayor miraba a la mujer con tristeza al verla tan débil, de las pocas veces que habían convivido, ella siempre estaba feliz de verle, a él y a Henry,  sin embargo ahora parecía alguien totalmente distinta, estaba mucho más delgada, y sus ojos parecian decaidos, las ojeras tapaban os hermosos ojos azules que tenia y sus pequeños temblores delataban el miedo por lo que habia pasado. Levanto su mano para pasarla por la mejilla de Angel y con una sonrisa, hablo.

-HIjo mio, me alegra que estes aquí ¿arruine su noche? lo lamento tanto, lo siento joven Max.

-Mamá, para nosotros lo más importante es tu salud, podemos tener otras noches como las de hoy, pero usted se nos puede ir de un momento a otro.

-Vaya ¿Tan poca fé me tienes?-dijo la madre con una leve risa.

-Sabes que no es a lo que me refiero- contestó el chico con una sonrisa.

-Max, acercate un momento-. Le pidio la madre al chico que miraba con cierta pena a madre e hijo.

-¿Necesita algo señora?

-Quiero agradecerte por todo lo que has hecho por mis bebes, Angel siempre fue cerrado con nosotros y nunca logró encajar con sus amigos, pero con ustedes se ha llevado de maravilla. De verdad les agradezco por cuidar a mi pequeño Angel, gracias a Dios que pudimos encontrar unos angeles tan buenos para nuestros pequeños.

-Para nosotros es un honor poder estar con ellos, señora. Gracias a Sky y Angel este lugar se me ha hecho divertido a falta de mis amigos, son muy buenas personas, al igual que ustedes-. Dijo Max.

La señora acaricio el cabello del mayor para mirarle y sonreirle, a lo que el chico respondio de igual manera. Angel solo les miraba desde atrás, estaba por hablar cuando su madre le interrumpió.

-Angel, querido ¿podrías dejarnos un momento a solas? quiero hablar algo con él-. Tanto Angel como Max le miraron extrañados, mas el menor se levanto para asentir y retirarse, apenas salió tanto su padre como el hermano de Max le miraron. 

En la habitación, la mujer le sonrió al chico para hablar con tranquilidad y amabilidad.

-Sientate más cerca, querido-. Fueron sus primeras palabras, a lo que Max asintio para sentars en el anterior puesto de Angel, un lado de él le decía que algo malo estaba por pasar, mientras que el otro le calmaba diciendole que solo sería una charla y nada más ¿ sobre que? eso lo sabria muy pronto.

-¿Ocurre algo, señora Reyes?

-Hm... Max, quiero ser sincera contigo, mi hijo es un chico despistado, frio y algo terco, sin embargo su nombre no es solo de adorno, es un verdadero ángel guardian, siempre ha estado cuidando de nostros, de mi y su hermana e incluso de su padre, es nuestro motivo para seguir adelante. ¿ sabes lo que quiero decir?

-La verdad, no, pero continue, por favor.

-A lo que quiero llegar, joven Max, es que... veo tus intenciones. Sé que le quieres mucho, se nota en tus ojos que te gustaría estar para él y me alegro muchisimo por ustedes, asi que quisiera saber la verdad ¿estan saliendo? ¿ ustedes son pareja? Porque si es asi, yo los apoyaré-. Max miro un momento hacia las sabanas color crema, por su mente pasaban muchas ideas, claro que le diría a verdad a la madre de Angel, pero ¿cómo decirle algo que era secreto? ¿Cómo explicarle que por mucho que amara a su hijo, sería dificil estar juntos?

-Yo... me gusta Angel, sí. 

-Te gusta.

-Sí, pero... no somos pareja, no podemos serlo y dudo que Angel quisiera tener algo conmigo.

-El te quiere, solo esta confundido por quien es.

-¿Cómo.. cómo lo sabe?

-Instinto de madre, mi hijo nunca ha tenio interes en las chicas, siempre ha sido más timido con los chicos que con las chicas y cuando pequeño decia que las princesas eran tontas, mejor eran los principes guerreros-. La mujer rio levemente recordando esos momentos en que su hijo salía con una idea indirectamente homosexual.

-Le agradezco su apoyo, de verdad que me alegra saber sobre su apoyo hacia un hijo gay a pesar de ser creyente, sin embargo como ya le dije, nuestra relacion con Angel es de pura amistad, es imposible tener algo más.

-¿Por que lo dices?

-Hay... cosas que prefiero no hablar, por el bien mio y el de Henry.

-Esta bien, comprendo. Solo quiero pedirte que si alguna vez llegan a tener algo y es en mi ausencia, me prometas protegerlo hasta el fina, aunque se separen, separense en buenas para que puedas seguir cuidandole ¿ me lo puedes prometer?

-Usted aun esta viva, señora. Pero si cuando yo este aqui algo como eso ocurriera, que espero jamas pase, se lo prometeré y cuidare de Angel sin importar que.

-Me alegra escuchar eso, muchas gracias. Ahora sí, puedes irte, gracias por venir-. La mujer se despidio con una sonrsa y el chico solo asintió para salir de la habitación, rapidamente tanto Angel como Henry se le acercaron.

-¿Qué paso?¿Qué queria mamá?

-Max, ¿todo bien? Te ves...

-Max, di algo-. Henry se detuvo a mirar los ojos de su hermano, ya que por estos eran facil sabr que podía estar pensando o sintiendo y entendió.

-Nada, me dijo que se alegraba de vernos y que le gustaría ver a Sky-. Explicó Max mirando a la chica que se acercó apenas sintio la mirada de el chico.

-¿Paso algo?

-Tu madre te quiere ver, podrías entrar con Angel, dijo que tambien quería hablarle mejor-. Ambos hermanos gemelos se mirarons para asentir y entrar a la habitacion donde ahora estaba su madre. Max se sentó en el sillón para ver como el padre de los gemelos traía una bandeja con algunos panes y jugos, Henry se sentó a un lado de su hermano para hablar en lo bajo

-¿Estas bien?

-Algo.

- ¿Quieres ir a casa?- Max solo pudo asentir, el padre se sentó en el sillón justo cuando ambos hermanos se estaban por levantar, el hombre les miró y asintio.

-Gracias por quedarse y acompañar a los chicos, realmente es bueno que Angel este con otros muchachos, gracias.

-Para nosotros es un placer y honor poder acompañarles, nos retiramos-. Con esas palabras ambos hermanos salieron de la casa para comenzar a caminar rumbo a la casa de ellos.