Eres mi religión- LG[B]T

capítulo 27-Angel de la guardia...

..-Dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, ni en la hora de mi muerte, gracias-. Dijo Angel para ver la foto de su madre con lágrimas en los ojos. Aunque le dolía tener que verla, aunque la extrañaba, sabía que ella estaba con ellos en todo momento.

-Angel, debemos irnos, Sky dice que ya están por comenzar a llevarla-. Le habló su novio desde atrás.

La vida es corta, pero si es una buena vida, puedes sentirla como un sueño que jamás terminará y así fue como la madre de los gemelos se fue. Luego de la fiesta de año nuevo, Angel comenzó a salir más seguido con Max y Sky, como solía pasar, desaparecía con su novio David, por lo que sus padres quedaron algo ausentes en sus vidas. Claro esto fue una ventaja para ellos, por fin podrían pasar más tiempo como pareja, pero nadie hubiera imaginado que en su primera cita después de años resultaría como resultó.

El señor Reyes había pedido una mesa privada en el restaurante del pueblo, su mujer se sentó a su lado con un semblante ya pálido y como era de esperar, su esposo se dió cuenta.

-Querida ¿Te sientes bien? ¿Quieres ir al hospital?

-No, no es nada, querido. Solo un pequeño mareo. Está es nuestra primera cita después de 10 años, disfrutemosla.

-Esta bien, pero si quieres irte, solo dime ¿Si?

-Tranquilo amor, estaré bien, solo quiero pasar una última vez a solas contigo, quien sabe cuándo será la próxima vez que podamos estar así-. Aunque algo en esas palabras llamaron la atención del padre, prefirió disfrutar de la velada como le pidió su amada y continuar sin hacer más preguntas.
Sería mentira decir que esa noche fue la más hermosa para ambos padres, terminaron recordando sus momentos de jóvenes, cuando se enamoraron por primera vez en una capilla, cuando decidieron irse de la casa para vivir juntos, cuando tuvieron a Sky y Angel, cuando tomaron la decisión de amar a sus hijos sin importar que, porque ellos eran la máxima expresión de amor que habían logrado concebir y recordaron como fueron los primeros años de cuidar a los gemelos, tener que turnarse para cuidarles, aprender a ser buenos padres para que sus hijos pudieran ser felices y grandes personas, recordaron cada momento importante que pasaron juntos y una vez más se dijeron todo lo necesario para demostrarle al otro cuento se amaban, hasta que fue el momento de despedirse. La señora Reyes dijo las palabras justas para expresar lo que sentía y lo que ocurriría, y el señor Reyes lo comprendió a la perfección.

-Sabes que la muerte nos separará¿Cierto? Quiero que cuando eso pase, continues siendo felíz sin mi, Victor, debes cuidar de nuestros hijos y ... Y hacerles ver lo hermosa que puede ser la vida si ...si ellos siguen sus...sus sueños-. Dijo la madre con una sonrisa y pequeñas lágrimas en su cara.

-Lo sé, Lucia, me... Me duele pensar en eso... Pero lo sé, y ... Y prometo que ... Cuidaré a nuestros hijos hasta... Hasta el final de mi tiempo-. Le respondió el padre juntando sus frentes para así dar el último acto de amor, un beso tibio y que expresaba los sentimientos de ambos, los cuales después de estar 30 años juntos seguían igual de vivos. Fue allí cuando la mujer comenzó a perder las fuerzas y a caer sobre su esposo.

-Lu...¡Lucia!¡LUCIA! ¡NO ME HAGAS ESTO, LUCIA! ¡Por favor, aún...! Aún no... Lucia-. El hombre lloraba mientras abrazaba el cuerpo de su mujer ya inerte, dejo el cuerpo suavemente sobre el sillón para tomar su celular y llamar rapidamente al doctor del pueblo quien llego en menos de 10 minutos, sin embargo era demasiado tarde, como Victor Reyes supuso desde el momento en que su mujer lo soltó, ella estaba sin vida, mas aun asi se negaba a creerlo. 

Llamo a sus hijos quienes llegaron corriendo, ambos con sus respectivas parejas y entraron a la casa con lágrimas ya en los ojos, apenas vieron a su padre entre medio de la gente del pueblo corrieron a sus brazos, la familia ahora de a tres solo pudieron llorar y brindarse el calor que ahora faltaba por parte de un integrante.