El día anterior había terminado más que perfecto. Después de la pequeña sesión de besos y confesiones en el auto de Yugyeom, lo invité a pasar a mi departamento y estuvimos viendo películas durante horas.
Yugyeom se fue cerca de las 2 de la mañana.
Aunque no lo había preguntado y yo no estaba 100% segura de que fuésemos novios, sabía que habíamos dado un paso gigante en nuestra relación.
Esta mañana, para empezar un poco mal el día, me di cuenta de que mi periodo había llegado; eso explicaba los cólicos el día anterior. Me fijé en la fecha, 25 de marzo, en efecto, ya era tiempo de que llegaran estos días.
Como hoy era domingo, no tenía ninguna intención de salir, y así como me sentía, menos.
Me metí a bañar y mientras lo hacía, escuché que mi teléfono no paraba de sonar en mi habitación, ¿quién me estaba llamando tan temprano y en domingo?
Cuando terminé de bañarme, me puse unos pants y una sudadera, quería sentirme lo más cómoda posible. Después de eso caminé hacia mi habitación y luego de tender la toalla, me eché en la cama a revisar mis mensajes.
Yugy
Descansa 2:34 AM
Yeji
¡Buenos días! 9:54 AM
¿Dormiste bien? 9:54 AM
No recibí respuesta de su parte, seguramente aún seguía dormido.
Revisé las llamadas perdidas y al ver que todas eran de Jaebeom, de inmediato le marqué.
ꟷHola, Yeji ꟷsaludó en cuanto respondió. Escuché como vaciaba algún líquido en algún lugar.
ꟷHola, Jaebeom ¿qué escucho? ¿Vas a desayunar?
ꟷSi, me estoy sirviendo un poco de agua, vengo de correr.
ꟷQue madrugador ꟷcomenté y ambos reímos.
ꟷ¿Qué planes tienes para hoy?
ꟷPara ser honesta, ninguno ꟷpausé y luego continuéꟷ. Y para ser doblemente honesta, no quiero hacer nada hoy.
Escuché a Jaebeom reírse.
ꟷEsa fue mucha sinceridad.
ꟷNo te rías ꟷhice un puchero, aunque sabía que no podía vermeꟷ, no me siento bien ꟷalcancé el oso de peluche que estaba al otro lado de la cama y comencé a jugar con el. Ese osito ha estado conmigo toda la vida; había sido un regalo por parte de mi padre cuando nací y aún estaba en muy buenas condiciones.
ꟷ¿Qué tienes? ꟷel tono burlón de su voz cambió a uno de preocupación.
ꟷNada malo ꟷrespondíꟷ, estoy en esos días del mes.
Ninguno de los dos dijo nada después de eso.
ꟷ¿Quieres que te lleve comida?
En automático una sonrisa se dibujó en mi rostro; su propuesta había sido tan espontanea, y, a decir verdad, eso sonaba como una gran idea así que acepté. Antes de colgar, me dijo que se apuraría y que llegaría a la hora de la comida, luego se despidió de mí.
Dejé el teléfono sobre la cama y me hice bolita durante un rato hasta que recordé que debía preparar unas cosas para las clases y me levanté por mi computadora.
El resto de la mañana estuve trabajando en mi habitación y muriendo de a ratitos por los cólicos que se hacían presentes. Antes de que fuese la hora de la comida, aproveché para ir al baño y asearme.