CAPÍTULO 6 : BULLYING

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Katsuki iba conduciendo su auto, en la parte trasera de éste se encontraba su pequeña hija, ambos se dirigían a la casa de Mitsuki ya que Amaya debía ir a la escuela, la mujer era quien se encargaba de todo lo relacionado a su educación, la principal razón de esto era que nadie se podía enterar que Katsuki Bakugo tenía una hija, la segunda razón se debía al tiempo que le consumía su trabajo.

—¿Mamá en verdad no puedo faltar?— preguntó Amaya mientras movía sus manos de manera ansiosa, la vestimenta que ésta llevaba era la de un uniforme de color rojo carmín, y unas medias blancas con unos zapatos negros, por último su cabello estaba peinado en dos trenzas, decorado con dos lindos lazos del mismo color de sus prendas.

—No puedes faltar, debes ir a estudiar...— respondió Katsuki de manera seria, la niña apretó sus labios con fuerza— ¿Pusiste la grabadora que te di en tu mochila?— preguntó, ese aparato le servía para grabar las clases, si la niña llegaba a olvidar algo sobre las explicaciones de su maestra, podía utilizarlo como recordatorio.

—Si...— respondió.

Luego de eso Katsuki dejó a la pequeña rubia en la casa de sus padres, claramente se despidió de ella con un beso en la frente y después se dirigió a su trabajo.

(...)

Luego de su ducha Izuku acompañó a la persona que anteriormente dormía en su cama a tomar un taxi, ésta había sido contratada por él la noche anterior, Uraraka había hecho que se acordara de su pésima costumbre y de algún modo le dieron ganas de hacerlo.

En estos momentos se encontraba revisando en su celular los lugares donde podía mudarse, mientras esperaba a que su amiga lo recogiera para ir a trabajar.

—Este lugar...— murmuró el pecoso, según la descripción que estaba leyendo, el lugar que acababa de encontrar tenía todo lo necesario, habitaciones, cocina, baño y una sala — (No es un lugar grande pero tampoco es pequeño) —pensó, luego vio el número de contacto, debía hacer la llamada, después de todo se veía como un espacio agradable, por lógica pensaba que podría ser ocupado bastante rápido— Bien, aún tengo tiempo...— dijo mientras marcaba, luego de un rato alguien respondió.

El pecoso empezó hablar por teléfono varios minutos, y fue ahí cuando la persona al otro lado de la línea dijo algo que cambió los planes de Izuku.

—La cita para que usted vea el lugar en persona puede ser hoy mismo o dentro de una semana...— el pecoso necesitaba un lugar estable cuanto antes, además el hotel le consumía demasiado dinero.

—Hoy mismo estaría bien...— respondió —¿El encuentro podría ser a las 10 am?

—No hay problema, mandaré a una persona que se ocupe de mostrarle el lugar, muchas gracias por su elección— de la misma forma Izuku también agradeció y luego colgó la llamada.

—(Debo avisarle a Todoroki que llegaré tarde)— pensó mientras volvía a marcar en su celular.

(...)

Eran las doce del medio día, Amaya se encontraba a punto de sacar su merienda, ese día Katsuki le había preparado su comida favorita así que estaba feliz por eso, normalmente en una merienda se comía algo ligero pero a su mamá le gustaba alimentarla demasiado, por esa razón sus mejillas eran algo robustas.

—Katsudon— dijo la niña con una sonrisa en los labios, sentía el olor de la comida pasando por sus fosas nasales y eso era muy agradable para ella.

Se encontraba en horas del receso así que sus compañeros estaban fuera del aula, agradecía eso, prefería comer sola.

—Hola ciega— la repentina voz de uno de sus compañeros hizo que Amaya se sobresaltara, los palillos que tenía en la mano y con los cuales iba a comer se cayeron al suelo— De nuevo trajiste mucha comida —dijo de manera burlesca, el cuerpo de Amaya empezó a temblar —No entiendo porque te alimentan tanto, una alfa defectuosa no debería ni comer —con algo de malicia tiró la comida al suelo— Ups se cayó— dijo fingiendo inocencia— Aunque...— la expresión de la niña era de miedo — De todas maneras te la puedes comer ¿Verdad?— en ese momento el cabello de Amaya fue tirado con fuerza provocando que incluso ella cayera al suelo y no solo eso, el niño no parecía querer soltarla.

 NUNCA MÁS - DEKUKATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora