Entrelazados ♡(Minho y tú)

Capítulo 1: ¿Son dos?

Un ruido ensordecedor me despertó, comencé a toser de forma brusca expulsando un liquido desconocido de mi boca, cuando pude controlar mi respiración, recién miré a mi alrededor.

¿Dónde carajos estoy?

Era una especie de ascensor, estaba apoyada en unas cajas, de repente algo detrás de mí se comenzó a mover.

Escuche una fuerte tos, agarre un cuchillo que había sobre unas cajas, y lentamente me fui acercando, con la poca luz del lugar pude vislumbrar a una persona.

— ¿Quién eres? — dije, mientras lo apuntaba con el cuchillo

Cuando el desconocido se incorporó, puede ver que era un chico, parecía igual de perdido y desconcertado que yo.

— ¿Dónde estoy? — dijo él mirando alrededor

—Te pregunte quién eres— el chico me miró confundido

—No lo sé, yo no lo recue...— no pudo terminar de hablar, ya que el ascensor comenzó a subir rápidamente.

Las ganas de vomitar volvieron, ambos miramos el hacia arriba asustados, inconscientemente me acerqué al él, y lo tomé del brazo, por alguna razón desconocida, el chico me causo una sensación de tranquilidad, creo que a él le paso lo mismo ya que me abrazó rápidamente.

Puede sonar extraño pero su cercanía me era familiar, sentía que esa sensación era conocida, ¿de dónde?

—¡AYUDAAA! — gritamos ambos

Cuando creía que la extraña "jaula" en la que estábamos chocaría contra el techo, se detuvo de golpe activando al principio una luz roja y luego una verde. 

—¿Estas bien? —me preguntó preocupado

—Si, lo siento por apretarte— respondí mientras me apartaba de él lentamente.

La parte de arriba de la caja se abrió, me cubrí los ojos con el antebrazo, por la fuerte luz que apareció.

Cuando me acostumbre, me quite lentamente el brazo de la cara, y vi a muchos chicos arriba de la "jaula", quitaron la rejilla, y un muchacho de cejas muy raras saltó hacía nosotros.

—Son dos novatos—dijo extrañado el de las cejas.

—Dos? —preguntó una voz desconocida.

—Un chico y una ¿chica? —dijo el rubio que me miraba confundido.

— ¿Una chica? — escuché murmurar a varios.

El de cejas llamativas, nos tomó por las poleras y nos tiró al piso.

—Ten cuidado idiota— exclamé molesta.

—Uy, que delicada salió esta larcha—dijo con burla el rubio.

Comencé a retroceder cuando me fijé que todos estaba a nuestro alrededor, esto si que es intimidante, me di vuelta para mirar al chico que venia conmigo en la caja, el se paró entre tropezones, y comenzó a correr, yo velozmente copié su acción.

—Tenemos nuevos corredores—gritó alguien.

Corre, corre, corre, y no mires atrás. Eso se repetía en mi cabeza, una y otra vez.

Escuché como algo se caía al suelo seguido de unas risas, pero no miré, no quería voltear, por lo que corrí los más rápido que podían mis piernas.

Unos grandes muros nos rodeaban, pero había una abertura, ¿una salida?, eso quería pensar.

—No dejen que entre al laberinto— grito uno de los muchachos.