Capítulo 23 - Mío

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ADVERTENCIA
Este capítulo contiene descripciones sexuales explícitas. Si no es de tú agrado, no lo leas y evita comentarios de asco. Permitenos disfrutar la lectura sin complicaciones, por favor.

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Los latidos de Seokjin eran tan fuertes, que temía que su corazón no fuera capaz de soportar el cúmulo de emociones que sentía. Ambos estaban en la habitación del hotel, las cortinas se movían con un suave compaz que regalaba una brisa exquisita sobre ellos.

La luz acariciaba el cuerpo de Namjoon, quién sin dejar de mirarlo comenzó a quitarse poco a poco su bañador. Sus ojos agresivos y su mirada pesada se deslizaron por su cuerpo, en una clara orden que lo hizo temblar.

Suspiró y poco a poco comenzó a deslizar la tela por sus glúteos, revelando la zona baja de su abdomen y aquella piel lechosa que estaba comprendida en la V seductora de su cuerpo. Jamás se había sentido nervioso en sus encuentros sexuales, pues él era quién manejaba la situación e instruia a la temblorosa chica bajo sus brazos. Sin embargo, está vez era Namjoon quién parecía mover los hilos del acto, como un león jugando con su presa antes de lanzarse sobre él.

El bañador de Namjoon cayó a sus pies y la anatomía de tonalidad canela, con líneas firmes que construían tan maravilloso cuerpo, se quedaron grabadas en su memoria.

Las pantorrillas firmes que ascendían en los muslos de unas piernas ejercitadas, cuyo tope era una V endurecida en los bordes, que precedía el rastro de vello justo al inicio del miembro de Namjoon. El prepucio con las venas marcadas, el cual poco a poco parecía retroceder, enseñando el inicio del glande rojizo con una preciosa punta perla de presemen en la punta.

Namjoon deslizó sus manos por su abdomen, acariciando su piel y mostrándose a si mismo, disfrutando de la mirada de Seokjin. Su suave respiración mantenía un compaz que flexionaba con delicadeza su abdomen, la firmeza de sus líneas y lo ancho de sus pectorales. El cuello con aquel lunar subiendo hasta su precioso rostro.

Su sonrisa estiró coquetamente sus labios y con un leve movimiento de sus ojos, lo instó a continuar. Seokjin se inclinó y la tela rojiza de su bañador descendió por sus muslos hasta sus rodillas, dónde siguió su curso hasta sus tobillos.

Observó a Namjoon con algo de vergüenza y sus ojos agresivos lo recorrieron maravillados. Él dió el primer paso y empezó acercarse a Seokjin, alterando su pulso y aguantando su respiración. La brisa erizó sus pezones oscuros y su espacio personal fué invadido por él director.

Su mano se acercó con un compaz lento y cubrió su mejilla, transmitiendole el calor de su piel y enrojeciendo aún más su colorada piel.

—Tranquilo...—Namjoon sonrió tenso por primera vez. —No tengo mucha experiencia con un chico pero, aún así, intentaré que sea lo más hermoso posible para tí.

Seokjin sonrió y río leve con un poco de incomodidad. —Siempre tienes que decir las palabras correctas. ¿No es así?—Seokjin mordió su labio indeciso y terminó por inclinarse, apoyando su frente en la clavícula marcada de Namjoon y rodeándolo con sus brazos.

Las puntas de sus dedos recorrieron la piel del otro con apreciación, sintiendo la suavidad y calor que emanaban. Conociéndose más íntimamente mientras sus dedos cuál pinceles, grababan los trazos de sus anatomías con cariño.

Seokjin sintió la piel de los firmes brazos de Namjoon y ascendió hasta su atractivo cuello, ahí elevó su mirada y sus ojos recorrieron la curva regordeta de los labios de Namjoon. Él moreno sonrió y sus hoyuelos traviesos marcaron sus mejillas, aquellas que junto a su mandíbula firme y tan varonil le robaron el aliento.

¡Hey! ¡Conserje Kim! - [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora