Eres un estudiante becado de la prestigiosa Academia Hyakkaou. Crees que puedes cambiar el sistema por dentro, pero tus planes cambian radicalmente...
(Y/N): Tú Nombre
Camino libremente por los pasillos de la escuela, siento como todos me miran, y no es menor, hace exactamente siete días que comencé mi nuevo papel en esta prestigiosa Academia: Soy el nuevo miembro del Comité de Elecciones Estudiantiles.
Las miradas de todos es de respeto, ahora soy una autoridad aquí. Pero sé que en el fondo todos se burlan…pues llevo un uniforme un tanto…particular.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aunque sinceramente, no me importa.
Al principio Runa no estaba de acuerdo con que llevase un uniforme, y francamente, yo tampoco, pero seguramente cambió de opinión al considerarme como parte de su equipo, siendo yo el primer integrante masculino del Comité. Pero, no podía utilizar el mismo uniforme que las demás chicas, no era digno de él según sus propias palabras, así que diseñaron uno exclusivamente para mí.
Se siente bastante cómodo y es abrigador por las mañanas.
De pronto, me detengo al sentir mi teléfono vibrar en mi bolsillo.
— Lo olvidaba, Runa entregará los resultados semanales…no me interesa, sé que Kirari tiene el primer lugar — Guardo mi celular de nuevo en mi bolsillo y sigo caminando.
Desde que comencé con esto, me muevo con mayor libertad por la escuela, muchos estudiantes y en especial las mascotas me han buscado para que sea juez en sus partidas. Dentro de todo, mucha gente me admira y me ve como alguien de su confianza, especialmente por mi pasado como mascota.
Ahora que tengo autoridad, puedo deliberar y proponer las reglas del juego, como fue el caso de una chica de primer año que me encontró en mi salón ya cuando las clases habían terminado. Ella era una mascota, me pidió casi como un llamado de auxilio que fuera el juez de su partida.
Se reunió con sus contrincantes en una sala de poker y logró ganar esa partida y logró llevarse algunos votos limpiamente.
No fue la gran cosa en realidad, pero me sentí bien al ayudarla aunque fuera con mi presencia. Ahora que tengo poder, debo utilizarla para el bien y proteger a los desamparados por este sistema estudiantil.
Nuevamente, mi teléfono comienza a vibrar.
Es una llamada de Runa.
— Aquí (Y/N) — Contesto.
— ¿Crees que puedas venir ahora a mi oficina?.
— Estaré allí en menos de un minuto — Cuelgo — Por Dios, que querrá ahora.
