¿Esto es correcto?

Capítulo 9

[Narra Eliza]

Desperté un poco tarde, eran las 11 am, no importaba mucho, era Domingo.
Tenía mucha tarea de la universidad así que probablemente no saldría de mi habitación en todo el día.

Salí a prepararme algo de desayunar, me di cuenta que Víctor no estaba, tal vez no se ha despertado aún.
Dejé eso de lado y me preparé mi mítico café, hacía frío y deduje que me caería mejor que en otros días.
Estaba animada, me inspiré y terminé cocinando hot cakes, huevos revueltos y un poco de jugo de naranja.

Tenía tiempo que no hablaba con Alicia, ¿qué habrá pasado con ella? No me ha contestado los mensajes desde hace unas semanas.

Dejé comida guardada para Víctor y desayuné en el comedor.
Cuando terminé lavé los platos que usé y me fui a mi habitación.
A pesar de que en el momento en el que preparé el desayuno estaba de buen humor, ya no me sentía así.
Tal vez recién había tenido el golpe de realidad que ya no estaba en México, que no he sabido nada de Alicia, que todo ha ido muy rápido, ahora me veo viviendo con Víctor, o tal vez era el frío, que me deprimía un poco.
Encendí mi laptop y empecé a hacer mis tareas y uno que otro pendiente de la empresa.
Sentí que pasó el día más lento que nunca, no podía concentrarme en lo que hacía.
De repente se hicieron las 4 de la tarde, luego las 7, las 9, y así sucesivamente.
Me levanté del escritorio y fui a la cocina por algo de agua, o lo primero que encontrara.
Víctor no estaba, o eso creí, revisé el refrigerador y lo que dejé de desayuno para él continuaba ahí.

El día de ayer estaba actuando algo extraño, dijo que iría con Flor y Ángel a una fiesta, me había invitado, pero preferí no ir, no soy de fiestas ni tomar alcohol.
Recuerdo que el se fue a las 9 pm y yo me fui a dormir 2 horas después.

El no estaba en su habitación, su cama estaba tendida (extraño, porque hasta lo que sé nunca limpia).
Ahora lo comprendí.
Víctor no había llegado a casa aún.

No sabía si preocuparme o no, tal vez en el momento en el que estuve en mi habitación el estuvo en casa y se volvió a ir, normalmente no somos de avisar cuando salimos, simplemente nos vamos, pero tengo dudas.

Llamé a Víctor y no contestaba, 5 llamadas perdidas.
Llamé a Flor y me comentó que no fue a ninguna fiesta ayer, pero que le preguntaría a Ángel, pero que no le había dicho nada, últimamente las cosas no han ido bien entre ellos, Flor piensa que la está engañando.
Eso me preocupó aún más, ¿dónde podría estar Víctor? Tal vez se perdió, pero es imposible, siempre ha vivido en esta ciudad, ¿estará en el hospital?.
Las dudas no dejaban de pasar por mi cabeza, no sabía que hacer, sólo esperar a lo que dijera Ángel.
Pasó una hora y Flor me llamó.

Eliza: ¡Flor! ¿Que te dijo Ángel? -pregunté preocupada-.
Flor: Eliza... No tengo buenas noticias.
Eliza: ¡¿Qué pasó?! -dije ahogando un grito-.
Flor: ¡Qué es broma! Víctor está bien, está en casa de Ángel, se emborrachó tanto anoche que no podía ni caminar, así que se quedó con él, lleva todo el día durmiendo.
El alma me regresó al cuerpo.
Eliza: ¡FLOR! ¡Con eso no se juega!, ¿sabes lo preocupada que estaba? -dije casi llorando y molesta-.
Flor: Perdona Eliza, tienes razón.
Eliza: Iré por el, ¿podrías decirme la dirección de Ángel por favor?
Flor: Claro, te la envío por mensaje.

Salí casi corriendo de el piso, estaba demasiado angustiada y ansiosa, no sé lo que habría hecho si algo malo le pasara a Víctor.
Llegué en menos de 15 minutos, se me hicieron increíblemente largos.
Subí al ascensor y toqué la puerta del piso de Ángel.
Esperé 30 segundos y abrieron.
Ángel: Hola El...
Eliza: ¡¿Donde está?! -lo interrumpí-.
Ángel: Oye más despacio -dijo algo molesto-, está en la sala, justo acaba de despertar.
Me di cuenta que fui algo agresiva, me sentí un poco avergonzada.
Eliza: Perdón... No fue mi intención, ¿puedo pasar?.
Ángel: Adelante.
Pasé, era muy lindo el interior, minimalista, del tipo que ves en revistas.
Vi a Víctor en un sillón con una bolsa de hielo en la cabeza.
Eliza: ¡Víctor!.
Corrí y me me abalancé sobre él.
Víctor soltó un pequeño quejido, tenía una vista espantosa, estaba pálido y tenía los ojos algo rojos.
Víctor: Hola Eli, -dijo en voz baja y algo adolorida-.
Eliza: ¿Que te pasó?, ¿cómo te sientes?
Víctor: Siento como si un camión me hubiera pasado por encima -río-.
Eliza: ¿Sabes lo preocupada que estaba?
Víctor: Perdón Eli, pero fue una de las mejores fiestas en las que he estado.
Eliza: A la próxima recuerdame no volver a dejarte ir a fiestas.
Víctor: A la próxima irás conmigo.
Eliza: Ni loca, si así terminaste tu, no me imagino lo que me podría pasar a mi.
(#México)
Víctor: Ya veremos.
Me levante de donde estábamos, Ángel se había ido a otra parte, tal vez para darnos un poco de privacidad, lo agradecí.
Eliza: Bueno, bello durmiente, vamos a casa, necesitas descansar en tu propia cama.
Víctor: Nooo, no quiero levantarme -dijo con voz de súplica y ojos de cachorrito (si trataba de convencerme con esos ojos rojos, no lo iba a lograr)-.
Eliza: Vámonos ya, haz estado aquí toda la noche anterior y hoy, Ángel debe estar cansado también.

Nos despedimos de Ángel y le di las gracias por "cuidarlo", como pudimos, salimos del edificio y pedí un taxi hasta casa.
Tardamos casi nada en llegar, bien pudimos ir caminando, pero probablemente tendría lidiar con un adulto de 80kg con la agilidad de un bebé que apenas empieza a caminar.

Lo dejé en su habitación y antes de que me fuera me detuvo en el umbral de la puerta.

Víctor: Gracias por preocuparte por mi Eli, debí avisarte, pero mi celular se quedó sin batería.
Eliza: No te preocupes, ya pasó, ahora intenta descansar por favor, te prepararé algo de comer.
Víctor: ¿Te puedo decir algo?
Eliza: Pues, creo que si.
Víctor: ¿Prometes que no te molestarás?
Eliza: Eso depende -dije algo confundida-.
Víctor: De acuerdo.

En ese momento Víctor se acercó a mí y me besó.
No supe cómo responder, me quedé helada.

Víctor: Gracias.

En ese momento el cerró la puerta.
No comprendí que acababa de pasar.

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Hola!
¡Espero que el capítulo les haya agradado!

Quedé.

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Gracias por leer.
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