Un Fruto Prohibido Para Un Demonio

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El cielo se abrió y de entre las nubes descendió hasta el suelo, en breve sintió a las victimas sollozar desesperadas por su situación, sabia que muchas no recuperarían lo perdido pero alivio los dolores y alivio sus conciencias para que regresaran a una vida normal, el daño ya estaba hecho nada mas podia hacer ella, mas adelante ellas comprenderían su desgracia para luego aceptarla y así continuarían con sus vidas y sus almas infectadas con la flama de la oscuridad seria de nuevo cambiada a la flama blanca de la bondad, así Himeko fue esparciéndose y siguiendo los rastros de la cruel demonio, a su paso la alegría regresaba y las personas se atenían a respetar a sus parejas e incluso las relaciones mejoraban y las jóvenes no se veían influenciadas por perder la virginidad a edades tempranas, ese era su trabajo, ese era su papel, mas allá de simplemente luchar por purificar demonios. conocía muy bien las reglas, los daños físicos estaban restringidos, la guerra no se trata de matar ni morir en esta era, es mas una especie de absorción, que consistía en absorber a un bando hasta solo quedar una. Conocía muy bien las eternas rivalidades y la constante línea delgada de paz siendo amenazada por algunas facciones tanto ángeles como demonios que solo buscan terminar aquel problema con una guerra. De entre ellos algunos caídos y ascendidos se posicionaban en las ciudades y luchaban en secreto apartados de los ojos de Yave y Lucifer.

El mundo parecía volverse pacifico aun después de que la tormenta llamada lujuria pasara con todo su poder, entre su búsqueda ella siguió el rastro hasta una ciudad tumultuosa y ruidosa. cansada de buscar entre los rincones mas apartados ella voló hasta en medio y con su peculiar habilidad comenzó a echar un tenue brillo sobre toda la zona, ahí donde las personas empezaban a sucumbir ante sus impulsos rápidamente se detuvieron y reflexionando sobre sus acciones prosiguieron como si no hubiera sucedido nada. Con esto talvez la demonio saldría de su escondrijo. Espero unos minutos y a pesar de que su energía continuaba impregnándose en las personas no surgía nada.

_¿estará en esta ciudad?_ murmuro.

Algo estaba fuera de lugar sentía sus presencia pero era como si la ignorara, pero de pronto sintió sus actividad intentando imbuir con su influenciá a la ciudad, y sin mero éxito la sintió algo débil y decaída, Era por eso que Himeko era fuerte, sin usar la fuerza ella podía hacer que los demonios se debilitaran, pero desconocía el grado de efecto que tendría sobre un pecado. No se lo pensó mas, quería acabar con ello de una vez.

Tras unos minutos de búsqueda por fin la hallo, la vio entre un par de edificios en lo profundo de un callejón, observo como esta le quitaba la ropa interior y le abria las piernas, con cierta molestia Himeko se lanzo sin pensarlo saco su arma de purificación. De pronto una nube negra las consumió, la ángel quien había encestado el golpe fallo hundiendo su arma en el suelo ¿Dónde esta? se pregunto mientras observaba y protegía sus flancos, pues no pretendía ser victima de una conversión y volverse en demonio.

_¿así que eras tú la que hizo que mi influencia perdiera poder?_ se oyó la voz del demonio.

_deja tu pecado y conviértete_ respondió Himeko con la guardia en alto.

Se oyó una risa como respuesta y antes de que pudiera darse cuenta la demonios salió de las sombras lanzándose en un ataque con unas enormes garras que hicieron que Himeko se pusiera a la defensiva poniendo su arma en frente, rápidamente con el ataque fallido esta desapareció nuevamente en la neblina oscura. Ella comprendía que era una desventaja luchar así, si bien odiaba tener que levantar su arma antes que su poder ella resplandeció con fuerza haciendo que sus cabellos se levantaran con violencia y en el momento preciso lanzo un estallido de luz que consumió a la oscuridad y en el proceso lanzo al demonio con fuerza hasta estrellarse contra un muro.

_eres fuerte_ dijo la demonio _pero es lastima que solo la uses para defenderte_ cuestiono su poder limpiándose una pequeña gota de sangre saliendo de la comisura de sus labios _¡veras el poder de uno de los pecados!_

El Demonio Entre Las PiernasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora