Una Reina Como Ningun Otra~♡Alicia Inversa♡~

Cap 32 -. Ciel

Quentin nos guiaba por el pasillo hasta la sala del trono, íbamos en completo silencio con Ciel tras nosotros, la molestia del Duque aún se sentía en el ambiente y aunque yo podría sobrellevarla con calma (pues sabía que no era un enojo dirijido hacia mí persona) Ciel se quejaba de tanto en tanto con un ligero gemido de incomodidad.

Una vez que llegamos Quentin dió la orden a todos los caballeros de retirarse ya que él se encargaría de mi seguridad y estos un poco dubitativos siguieron la orden, Quentin me miró a los ojos por algunos segundos en los que me preguntó en silencio si estaba segura de esto, yo sólo le sonreí con calma y antes de marcharse para creo yo hacer guardia en la puerta le lanzó una mirada de advertencia a Ciel.

Al quedarnos solos únicamente solte un suspiro y fuí a sentarme en las pequeñas escaleras que daban a mi trono, Ciel me siguió con la mirada y me observó por un corto tiempo antes de pedirme algo que me sorprendió.

-¿Podrías hacer lo mismo que hiciste cuando murió mamá?- en su mirada se reflejaba el miedo a ser rechazado...

-Claro - ... Pero no me negaría ya que para mí aún es mi amada hermano mayor, Shieru.

Me acomodé mejor en los escalones y sacudí un poco mi falda, Ciel se acercó a mi para sentarse un poco lejos y recostó su cuerpo en la escalera para dejar su cabeza en mi regazo, pose una mano en su pecho y la otra en su cabeza para darle suaves caricias a su cabello, nos quedamos en un silencio cómodo hasta que Ciel comiendo a hablar.

-Los siento... - se disculpó -... Yo... Creo que debo explicarme desde el inicio....

...Cuando llegaste a casa estaba confundido pero a la vez muy feliz, al fin tenía un hermanito, bueno una hermanita. Fue difícil al inicio pues compartía la atención de mis padres y en la mente de un niño comenzaba a perder un poco de su amor, pero supiste ganarte mi cariño también.

Paso el tiempo y fuimos muy unidos, conforme creíamos comenzé a sentir algo extraño al mirarte, no lo sé... Creo que me comentaste a gustar pero me sentía asqueroso de solo imaginarlo, para mí eras mi pequeña hermanita.

El día que te secuestraron me volví loco, creí que... Creí lo peor... Yo... Yo sí salía a buscarte, preguntaba por ti en cada esquina, en cada lugar al que solía recogerte cuando sabías, a cada persona que se me cruzaba por la calle los detenía para saber si te avían visto o cualquier información sobre ti, pero nada... Termine llendo a los bares para tratar de olvidar mis miedos, mi angustia, mi dolor... Ya había perdido a mamá y ahora te podía perder a ti y tampoco podría hacer nada para evitarlo.

Cuando al fin regresaste estabas... Mal... Tanto física como mental y emocionalmente, te recuperaste de tus heridas pero cada vez que te veía tenía que alejarme de ti por qué yo no podía dejar de pensar en como matar a los bastardos que te dañaron, en... en realidad si hice algo para vengarme.