How to get away with Murder

La culpa te carcomerá

Domingo - Cafetería

El día más temido por Connor había llegado. Ni siquiera sabía las intenciones que este tenía ni si ya lo sabía todo.

Mientras se bebía el café y lo esperaba, su pierna no podía parar de moverse.

Fue cinco minutos después que él apareció. Entró agitado por la puerta y lo buscó con la mirada, Connor no sabía para dónde mirar.

Sus miradas se encontraron. Pero la mirada de Oliver ya no era la misma de antes, no luego de la muerte de Andrew, su novio.

Oliver presenció cómo convertían a su novio en cenizas y se lo entregaban en una bolsa. Así es: una bolsa.

Nunca se sintió tan solo y herido, pero también lleno de ira y resentimiento.

Había pasado tan buenos momentos con él, momentos que ni Connor supo otorgarle.

Y ahora estaban aquí: cara a cara.

- Lamento llegar tarde... Tuve unos problemas.- Planteó Oliver tomando asiento.

Connor levantó la mirada y bebió su café.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué querías verme?- Le preguntó.

Oliver transformó su cara en una completamente distinta a la que estaban habituados a ver.

- Solo tienes que decir que ellos te obligaron. Que estuviste en el lugar incorrecto, a la hora incorrecta. Tienes que decirme que no tenías opción.- Comenzó diciendo...- ¿Ya olvidaste que fuiste la única persona que pagó por todo? Annalise, Bonnie, Laurel, Michaela... Todas ellas te dejaron pudrirte en prisión por casi un año.- Sentenció.

- Tú también lo hiciste. Además... Bonnie fue quién me sacó.

- Y fue ahí cuando empezaron los problemas. ¿Todo esto es por Bonnie?- Curoseó él mientras le servian el café que luego negaría.

Connor apartó la mirada y la dirigió hacia la calle: casi no había gente.

- Creí que tendríamos una charla civilizada, como hombres.- Decretó Connor intentando ponerse de pie.

Oliver llamó la atención de la poca gente que había en la cafetería cuando dió un fuerte golpe contra la mesa.

- ¿Como hombres? Estabas celoso de que empecé una vida sin ti y tus amigos mafiosos. No sé Bonnie, pero Annalise te dejaría pudrirte en la cárcel si así lo quisiera.

- Se terminó: me voy.- Dijo este poniéndose de pie.

- La culpa te carcomerá y lo sabes. Sé lo que hicieron y en poco tiempo todos van a caer.- Soltó Oliver antes de que Connor saliera por la puerta.

Laurel

Estaba en su casa alimentando a Christopher mientras veía las noticias.

El canal de noticias siempre estaba puesto en la televisión, por si el rostro de ella aparecía.

Pero en cambio, quién apareció fue la mismísima Sonya Harper. Al parecer había estado involucrada en un homicidio doble y fue captada saliendo de la escena del crimen como si nada.

Esto podría salvarlos de ir a la cárcel, y a ella de perderlo todo.

Miró a Christopher y luego llamó a Bonnie.

- ¿Viste las noticias?- Le preguntó mientras abría el fregadero para dejar correr el agua.

- No, estoy... ocupada con otra cosa.- Le comunicó Bonnie con un tono de voz rara.

- ¿Qué pasa?

- Alguien anda por los alrededores de la casa. Tengo que colgar.- Y sin previo aviso colgó.

Cuando Laurel se volvió, lo que vió la hizo gritar.

- Hola, hija.- Dijo la voz femenina.

Bonnie

Sola en casa y bajo la luz de la luna, Bonnie se disponía a tomar una copa de vino antes de meterse a la ducha.

Todo este caos solo la hacía querer beber más y más.

Llamó a su sobrina pero su abuela le dijo que estaba dormida, que la llamara en otra ocasión. Luego le colgó sin previo aviso. Si quería recuperarla debía acabar con todo esto de una vez.

Pero estaban parados en arenas movedizas.

Oliver no iba a rendirse tan fácil y Sonya haría lo imposible por verlos arrastrarse para que ella no vaya con la policía.

Pero sintió unos pasos e inmediatamente apagó el agua de la ducha y dejó de beber.

Fue a su habitación y sacó la pistola que tenía escondida en la mesita de luz, junto a otras cosas.

Miró a través de la ventana de la cocina y una sombra dobló en la esquina, dirigiéndose hacia la entrada principal.

Verificó que todas las puertas y ventanas estuvieran cerradas. Una llamada telefónica por parte de Laurel la distrajo un momento.

- Tengo que colgar.- Le dijo para seguir la sombra que bordeaba la casa.

Pero cuando se dió cuenta ya era demasiado tarde, esa persona ya la estaba sujetando por detrás y le había tapado la boca.

Ella intentó mirarlo a los ojos pero este era más fuerte. Él la empujó luego de quitarle el arma.

Bonnie cayó de nalgas al suelo para finalmente confrontar al infiltrado, y se llevó una gran sorpresa.

- ¿Simon Drake?- Alcanzó a decir antes de que este la noqueara.