Libres

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Eve

Tal vez no era la mejor idea, después de todo ella había sido la causa de lo que pasó, no podía arreglarlo.

Pero tenía que intentarlo.

Esperó en el estacionamiento dentro de su 4x4 hasta que la vió llegar.

- Hola, ¿podemos hablar?- La interceptó pese a que esperaba lo peor.

- Lárgate de aquí.

- Por favor.- Se interpuso entre su coche y ella.

Tegan le lanzó una mirada tenaz y puso las manos en jarra para escucharla.

- Tienes que...

- No me puedes decir lo que puedo o no hacer.- La corrigió Tegan.

- Annalise. Ella no se merece tu desinterés. Fui yo quién la besó y eso... fue mi culpa. Tienes que entenderlo...

- ¡¿Y que hay de que lo que yo me merezco?! No importa quién besó a quién, esto se terminó.- Rectificó Tegan dando por finalizada la conversación.

Eve no sabía qué más hacer.

- Creí que eras más lista que todo esto.

Tegan se detuvo con la llave puesta en la cerradura de la puerta.

- ¿A qué te refieres?- Se volvió hacia ella.

- ¡La gran Tegan Price! La mujer empoderada y libre. Te conocía de antes, tú no a mí.- Argumentó Eve dándose importancia.

Ella frunció el ceño sin entender.

- Tu padre fue el encargado de enviar al mío a la cárcel. Yo solo tenía 15 años cuando lo vi pudrirse ahí.- Le dijo recordando cada parte de esa situación.- Lo que yo te hice no es nada comparado al dolor que me hiciste pasar. Deja de llorar y perdonala.- Terminó y se marchó a su camioneta.

Cuando el coche de Tegan se marchó, lloró aferrada al volante de su camioneta y lo golpeó con violencia.

Michaela

Ya había hablado la noche anterior con Connor sobre irse a vivir con él, algo con lo que él estaba muy de acuerdo.

Estaba preparando todas sus cosas para marcharse del departamento de Harris y de su vida, para siempre.

Entonces, él entró.

- ¿Qué es todo esto?- Espetó con confusión yendo hacia ella.

- Harris... Esto no va a funcionar. Estás atado a mi padre y yo... soy una asesina. Ve con la policía, he lidiado con gente peor que tú y mi padre.- Dijo ella arrastrando las valijas hasta la puerta.

Harris no dijo nada hasta que fue tras ella y le impidió irse.

- No tienes que hacer esto. Yo te amo, mira.- Sacó su teléfono del bolsillo y le mostró un chat.

Era el de él con su padre y al parecer había bloqueado el número.

- Esto no cambia nada...

- Lo cambia todo. Somos libres, Michaela.- Explicó él tomando su mano y besándola.

Ella estaba a punto de llorar y salir corriendo, pero en cambio, cedió y se rindió en sus brazos.

Harris era todo lo que ella siempre había querido, el hombre que había idealizado.

Tenía que ser feliz, pese a todo.

Laurel

Luego de una gran discusión y revelaciones del pasado, Laurel confrontó a su madre sobre las cenizas de Wes.

How to get away with MurderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora