How to get away with Murder

Esto está mal

Sábado en la noche - Muelle

El auto fue conducido durante casi media hora. Sonya se estaba quedando sin aire mientras buscaba una salida.

Frenó un par de veces y también pudo escucharla hablar por teléfono con otra persona.

Fue media hora después, entonces, cuando se detuvo.

Sonya no era una estúpida, y meterse con ella fue lo peor que pudieron haber hecho.

Otra voz se sumó, y estaban cada vez más cerca.

- ¿Lo hiciste?- Inquirió la voz masculina: Lanford.

- Lo hice.- Afirmó Pollock.

- Vamos a acabar con esta perra.- Dijo Lanford abriendo el maletero.

La sorpresa que les esperaba era enorme: Sonya saltó sobre él y le clavó la pluma que siempre llevaba en su bolsillo y lo apuñaló repetidas veces en el cuello hasta matarlo.

Pollock se quedó petrificada viendo la escena y corrió hacia el auto para huir. Sonya fue más rápida y le quitó la pistola a Lanford que llevaba en su bolsillo.

Le disparó a quemarropa y esta cayó junto a la puerta abierta del asiento del conductor.

Estaban en un muelle, o eso pudo visualizar ella.

- No debiste haber hecho todo esto, sabías que no ibas a ganarme.- Le dijo antes de dispararle en la cabeza y matarla al instante.

Por suerte, la pistola tenía un silenciador y sería más fácil huir sin ser descubierta.

Pensó en tirar los cuerpos por el muelle pero no tenía tiempo para hacerlo.

Limpió la evidencia y se marchó sin saber que una cámara en el muelle la estaría filmando.

Casa de Annalise

Ambas estaban muy ebrias y Tegan volvería en cualquier momento.

Eve bajó la música y se acercó a ella con una copa de vino en las manos, tambaleándose.

El tema de Nate había quedado olvidado y en cierto modo no fue culpa de Annalise lo que pasó.

Annalise se encogió y trató de esquivar su mirada, pero Eve era encantadora y atractiva.

- ¿Qué pasó con tu novia? Ella...- Tartamudeó Annalise.

Pero Eve apoyó su dedo índice en los labios de ella para callarla.

- Solo relájate.- Le dijo mientras cerraba los ojos y bailaba con ella.

Una cosa llevó a la otra y ambas acabaron besándose lentamente mientras sonaba musica country de fondo.

- Esto está mal.- Dijo Annalise inmediatamente mientras se apartaba de ella.- Tienes que irte.

- Pero... Annalise tú y yo estamos destinadas a estar juntas. ¿Cómo es que aún no te has dado cuenta?- Comenzó a decir Eve intentando acercarse a ella pero sin que ella ceda.

La miró de reojo y fue a apagar la música.

- Lo siento, tienes que irte. Tegan llegará en cualquier momento...- Annalise fue directo a abrir la puerta.

Eve se detuvo junto a ella. Iba a acariciarle el rostro pero en su lugar, la miró y se marchó.

Cuando se marchó, Annalise cerró la puerta y apoyó la cabeza contra ella.

Estaba tan cansada.

Michaela

Salió del departamento como una bala. Lloraba pero la lluvia hacía que eso no se viera.

Harris salió justo detrás de ella luego de ponerse un poco de ropa.

- ¡Michaela, vuelve! ¡Puedo explicarlo!- Gritaba este mientras intentaba alcanzarla en la acera.

La gente pasaba con prisa, algunos llevaban paraguas.

Michaela intentó apresurar la marcha y escapar. No había nada que explicar.

Pero él logró alcanzarla.

- Puedo... explicarlo.- Dijo agitado.

Ella se soltó de él con brusquedad y lo abofeteó.

- ¿Explicarlo? ¿Qué explicación vas a darme? Todo este tiempo... creí que eras alguien en quién podía confiar.

- ¡Lo soy!- Insistió él.

- ¡No! Esto se terminó, no quiero volver a verte.- Se dió media vuelta y se dispuso a marcharse.

- ¡¿Así van a ser las cosas?!- Le gritó pero ella no le hizo caso.- ¡¿Que hay del tipo al que mataron?!- Culminó y ahí sí que las cosas cambiaron.

Michaela se detuvo en seco, estaba completamente empapada, pero eso no importaba.

- ¿Quién te lo dijo?- Inquirió regresando a él.

- Entonces es cierto.- Harris ató los cabos muy fácilmente.

Michaela quedó boquiabierta y se le cruzó por la mente que tal vez él era quién le había estado mandando mensajes amenazadores.

- No...- Murmuró ella negando todo.

- Lo es. ¿Mataron a Andrew?

- ¡NO!- Insistió ella.

Entonces, Harris sacó su teléfono del bolsillo y le mostró el mensaje que había recibido. Adjuntada había una foto.

Era la misma que le habían mandado a ella el otro día. La foto del día que todo cambió.

- ¿Qué hiciste Michaela?- Preguntó él viéndola con pena.