Capítulo 11

39 1 0
                                    

¿Pero que ha sido eso?

Digo mientras intento abrir los ojos, se sentía como si los tuviese llenos de arena, ¿y mi cerebro?, totalmente hecho papilla. A mi izquierda podía sentir a Garrett, su respiración era tranquila, sin embargo, no sabía si se encontraba dormido o despierto, pero era algo que no estaba dispuesta descubrir, no aún.

La noche anterior me parecía un sueño, como si hubiese visto la película de mi vida, presenciado dicha escena, en lugar de haberla vivido.

Hago un recuento del día, todo es bastante lúcido, lo recuerdo perfectamente, mi escape fallido, el pastel, la discusión que tuvimos en la otra habitación, incluso recuerdo haber entrado desnuda aquí... miro mis muñecas en busca de... sip, las pequeñas marcas rojas me saludan, recordándome como se sintió el metal frío contra mi piel caliente.

Las imágenes empiezan a llegar, una tras otra, como flashbacks, punzantes en mi mente, recuerdo el placer, recuerdo el dolor. Pero hay algo, una pieza faltante... trato de concentrarme pero no lo consigo, no puedo unir las piezas de este rompecabezas.

─Déjalo estar, Dany─ dice Garrett mientras me acerca más a él ─Tu cerebro sufrió una estimulación demasiado intensa, descansa─

─No puedo, Garrett. No recuerdo lo que hice o dije─ musito apenas en un susurro. Me consuela pensar que si hubiera dicho o hecho algo malo, Garrett no estaría aquí conmigo, ¿cierto?

Me da un pequeño azote, y aunque fue ligero, mi piel aún estaba sensible, por lo que un estremecimiento me recorre.

─He dicho que descanses─ y sin más, vuelvo a caer en un sueño profundo.

Felicidad.

Paz.

Me encuentro flotando, mi piel cosquillea...

Algo, alguien, está hablando, trato de concentrarme para escuchar mejor.

─Danielle, cariño, dímelo de una vez

Uh, esa es la voz de Garrett, ¿dónde está?, no lo puedo ver. ¿Con quién está hablando? Trato de moverme lo más rápido posible, no puedo correr pero, quiero hacerlo.

Y entonces, de repente, lo escucho...

─Te amo Garrett... tengo miedo... lástima por mí... primera vez

¡NO PUEDE SER!

Me despierto de golpe, sobresaltada. Sintiendo el corazón en la garganta, no puedo respirar.

Me giro, quedando frente a frente con Garrett, y entonces le digo.

─Tenemos que hablar─

Él al parecer no durmió mientras yo lo hacía, asumo que estaba esperando a que recordara la noche anterior.

─Te escucho─ maldito él y sus estúpidas regla...

Quiero decirle que lo de anoche había sido un error, que no lo amaba, pero estamos hablando de Garrett, sabe cuando estoy mintiendo, y creo que he tenido suficiente con los castigos, por ahora...

Todavía quiero más.

─Yo recuerdo que... anoche hice una confesión, probablemente no estabas preparado para escucharla pero...─

─No hables por mí─dice de golpe, más fuerte de lo que esperaba.

─Ohhh, esto..., bueno yo... pues sí, te amo, y... o sea, no significa que tú, es decir, yo no espero que sea recíproco─

─Ahhh, cariño. Tu sabor, tu piel, tu olor, toda tú se ha apoderado de mí ser. Me afectas como nunca antes nadie lo había hecho─ sus palabras me dejan sin aliento, quiero brincar de la emoción, pero entonces, el continúa hablando.

Y espero que eso sea suficiente para ti, sabes que eres bienvenida a quedarte todo el tiempo que desees. Sin embargo, la vida me ha enseñado que amar te hace descuidado, vulnerable, y eso puede ser un gran problema... es algo que jamás voy a permitir─

Quiero saber qué fue lo que le sucedió para que dejara de creer en el amor, quiero abrazarlo y besarlo, decirle que todo se pondrá mejor, sin embargo, no sé qué pensar al respecto, me desea, eso lo ha dejado bastante claro los últimos días, pero, ¿realmente podré vivir únicamente con eso?, si, responde inmediatamente una voz en mi interior.

A decir verdad, tomaría cualquier muestra de afecto que Garrett pueda ofrecerme, lo aprovecharé al máximo y cuando todo terminé, lo atesoraré profundamente en mi corazón.

─Uhm, está bien─ es lo único que se me ocurre decir, quiero dejar todo este asunto del amor a un lado y continuar con nuestra vida.

─Maravilloso─ dice mientras me sonríe, su mano bajando por mi cuerpo hasta llegar a mi centro.

Empieza a provocarme, a excitarme. Pequeños movimientos circulares se repiten una y otra vez sobre mi clítoris, cambiando de repente a movimientos lentos, de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha.

Estoy a punto de correrme, y entonces él introduce dos dedos en mí, masajeando mi interior, haciendo que la tensión crezca cada vez más.

Un poco, sólo un poco...

Y entonces él se detiene, retirando sus manos de mi cuerpo. El Garrett de unos minutos había desaparecido, sólo para convertirse en el Garrett dominante, mi señor. Sus ojos totalmente penetrantes, su voz absolutamente pecaminosa, su sonrisa se había transformado en una línea recta.

─Hay una cosa que no hemos tratado, dulzura. Jamás vuelvas a decir que siento lástima por ti, ¿entendido?─

Mi mente aún seguía en el precipicio, queriendo caer, por lo que sin pensar bien en mi reacción, solo asiento, esperando que eso me haga ganar la liberación que tanto deseo.

─Sólo una cosa más... para estar seguros de que has aprendido la lección, no vas a poder correrte en todo el día, y eso, sí es una lástima. Adoro ver como llegas al orgasmo, y los deliciosos sonidos que salen de tu boca─

Bien, si él no me lo va a dar, tal vez yo podría...

─Cuidado y trates de querer verme la cara de estúpido. Tu cuerpo me pertenece, tú me perteneces y por lo tanto, tus orgasmos, también son míos─

Dice mientras se levanta de la cama, dejándome incapacitada, inmóvil. ¿ESTÁ HABLANDO EN SERIO?, primero me acostumbra a los orgasmos más increíbles de toda mi vida, y ahora... pff, sí que es un verdadero castigo...

Voltea hacia mí, sonriéndome y me dice:

─Arriba, cielo. Andando, que tenemos muchas cosas por hacer─ lo observo, una risita escapa de mí, él lo nota, y también sonríe mientras dice.

─Tenemos programado un recorrido por la granja. Vas a conocer cada detalle, cada lugar, cada rincón, pues, ésta es también tu casa a partir de ahora─ aahh, eso no es lo que yo tenía planeado hacer... Pero me alegra escucharlo decir que esta también es mi casa.

Miro el reloj, suspirando de frustración. No sé si vaya a aguantar todo el día en este estado. Vuelvo a mirarlo, con la esperanza de haber entendido mal la hora, pero no, aún siguen apareciendo los mismos números...

9:00 AM

EncuéntrameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora