Capítulo 25

27 2 0
                                    

Mi turno había terminado, por fin, entre estar adornando, acomodando, moviendo y limpiando, el tiempo se había pasado volando. Aún faltaban 5 minutos para que Connor cerrara, es decir, tenía 5 minutos, más 10 minutos que se hacen de camino, para llegar a casa.

A casa... esas simples palabras se sentían raras en mis labios.

Garrett se sabe de memoria mi horario, o sea, es mi jefe. Él mejor que nadie sabe que tengo el tiempo contado, y conociéndolo, sé que esta es otra de sus maneras para mantenerme controlada. Él está al tanto, en todo momento, de donde y con quien estoy, en cambio yo...

Capaz y él se pasó todo el día con Francia, divirtiéndose...

Podría salir ahora mismo, en este mismo instante, y no hacer esperar a Garrett, dirigirme directamente a casa... podría.

Pero, también podría pasar por un café, detenerme a ver las luces de la ciudad, cenar; que sé yo, todo lo que sea necesario para no llegar exactamente a la hora que él espera.

Una vez decidida, me preparo para salir, tomando mi abrigo y mi bolso, dispuesta a vivir un poco.

─Nos vemos mañana─ me despido, sin voltear a ver a Connor, todavía seguía un poco molesta por su comentario.

─Hasta mañana, Dany. Y oye... nuevamente, te pido una disculpa, no quise incomodarte, y mucho menos que te enojaras conmigo─ escucho a mis espaldas, y sonrío, esta sensación de poder es embriagadora.

─Acepto las disculpas, Connor─ responde, esta vez mirándolo directamente a los ojos ─Que no vuelva a suceder...─ y con esto último dicho, me dirijo al frío exterior.

Subiéndome a mi auto, conduzco un poco más allá de la tienda, nunca tuve la oportunidad de ver que más hay pasando de ésta. Éstos últimos días sólo he estado en la granja y en la tienda, únicamente de un lugar a otro.

La época navideña es mi favorita, me encanta ver las casa adornadas con luces, monos de nieve, renos con la tierna nariz roja, en fin, todos los adornos son encantadores.

Es como mi propio cuento de hadas, las luces dan una apariencia de mágicos destellos. Reduzco la velocidad mientras cruzo un diminuto puente iluminado por pequeñas lucecitas blancas, titilando como estrellas fugaces.

Sí tan sólo Garrett estuviera aquí, conmigo, reflexiono, pero rápidamente ese pensamiento es sustituido por otro, "no creo que él se acuerde de ti cuando está con Francia, ¿o sí?", murmura la desagradable voz en mi interior, volviéndome loca...

Sacudo entonces la cabeza, borrando esos pensamientos. Éste es mi momento para disfrutar.

No había pasado ni un minuto, cuando mi celular comenzó a sonar, el timbre me pareció tan ajeno, que no lo reconocí, y es que, estando con Garrett lo había dejado de utilizar, no había necesidad de cargar con el aparato. Hasta ahora que empecé a trabajar, G había sido demasiado insistente con que lo trajera conmigo a todos lados.

Yo ya sabía quien era antes de ver la pantalla, por lo que decidí no contestar.

Continué con mi camino de cuento de hadas, las luces mágicas, ensimismada en mis pensamientos, vestido blanco, príncipe azul...

¡POP!, ¡POP!

Empezó a sonar nuevamente mi celular, pero esta vez, eran mensajes de texto.

─Connor me acaba de decir que saliste hace 20 minutos, ¿dónde estás?

─Danielle, me estoy impacientando...

EncuéntrameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora