Encuéntrame

Capítulo 31

Cada día trato de ignorar lo que mi cuerpo ya sabe, lo que mi corazón reconoce, pero mi cerebro se niega a aceptar.

La rutina entre Garrett y yo se mantiene estable, regular, monótona, aburrida. No sé en qué especie de hoyo hemos caído, a veces espero encontrarme al Sombrerero Loco o al conejo que siempre lleva prisa...

7:00 a.m., suena el despertador, Garrett lo apaga. Yo me vuelvo a acurrucar entre sus brazos, él me abraza, pero rápidamente vuelve a caer dormido, lo sé porque reconozco cuando su respiración cambia, se vuelve tranquila y pacífica. Mientras tanto, yo me enredo entre sus brazos, mirando hacia el techo, esperando que mágicamente aparezca un mensaje, una señal que me diga exactamente qué debo de hacer.

Claro, él y yo podemos llegar tarde al trabajo, somos los dueños, o al menos él lo es y ese beneficio se extiende hacia mí.

Soy inmensamente feliz aquí, viviendo con él, pero falta... algo.

Han pasado solamente cinco minutos, pero para mí parece una eternidad, necesito salir de aquí, necesito espacio, aire fresco, siento como mis pulmones, se contraen y se expanden, inhala y exhala, me digo a mí misma, pero no puedo, me ahogo, me asfixio. Sonidos grotescos salen de mi garganta, trato de mover los brazos de Garrett, pero él sólo me envuelve con más fuerza.

─Danielle, quédate quieta─ murmura con voz soñolienta, azotándome ligeramente, haciendo que mi mente regrese a él, al momento entre nosotros.

─Tengo que levantarme, tengo que...─

─No tienes que hacer nada, no te desgastes creando escenarios imaginarios en esa cabecita tuya, dale un descanso, cielo─

Vaya, me conoce tan bien. Eso es una de las cosas que más me gusta de él, pero también, es un aspecto suyo que me asusta, a veces pienso que tiene la capacidad de leer mentes.

Soy totalmente transparente cuando está cerca, una mirada hacia mí, y sabe lo que pienso y lo que siento. ¿Cómo puedo construir muros para protegerme, si se la vive tumbando mis barreras? Y lo peor de todo es que lo hace inconscientemente.

En cambio, a él, no puedo leerlo, mucho menos descifrarlo. ¿Está enojado, feliz, triste...? Su rostro permanece inexpresivo para cada situación.

Sólo... sólo de vez en cuando, puedo captar un indicio de cariño cuando me mira, un atisbo de su sonrisa ladeada, una risita fugaz. Y eso es suficiente para calentar mi corazón. Y sólo con eso, mi día cambia y se vuelve mil veces mejor.

Sin embargo, ese es el problema, esa es la razón por la que me encuentro aquí, entre sus brazos, pero total y absolutamente distanciada de él. Nos encontramos a milímetros uno de otro, pero se siente como si fueran kilómetros de distancia.

Estos últimos días ha estado serio, callado, pensativo. Y sí soy honesta, eso es lo que me asusta. Puedo lidiar con su enojo, su tristeza, con todas sus demás emociones, pero no con su indiferencia. ¿Cómo respondes al silencio, cómo reaccionas a la nada?

Si bien su rostro no dice nada, sus acciones sí. Actuamos en modo automático, como dos extraños bajo un mismo techo. Llegamos a casa, bueno, en realidad, yo llego antes que él, y lo espero sentada en nuestro sillón, donde antes solíamos pasar la tarde leyendo y hablando, de nada, pero de todo al mismo tiempo. Del futuro, del pasado, de nosotros... o a veces, simplemente nos manteníamos en silencio, bebiendo la presencia del otro, disfrutando de la compañía.

Sólo que ahora oscurece, llega la noche y con ella llega Garrett. Me saluda con un beso en la mejilla y se dirige a nuestra habitación, toma un baño y se va a la cama, mientras tanto, yo me quedo inmóvil, soy una estatua sentada en el mismo sillón, sin decir ni hacer nada... y así ha sido estos últimos meses.

Salgo de mis pensamientos cuando Garrett empieza a moverse, señal de que es hora de levantarse. Como es de costumbre, Garrett ha tomado un baño anoche, por lo que, simplemente se levanta y comienza a vestirse, yo me mantengo sentada en el borde de la cama, observándolo. Se mueve con tanta gracia que puede llegar a ser hipnotizante.

Justo cuando está a punto de salir de la habitación, se acerca a mi y me da un beso en la frente.

─Que tengas un excelente día, preciosa─

─Igualmente─ y con eso dicho, lo veo desaparecer a través de las enormes puertas de nuestra habitación, y es entonces cuando mi rutina comienza.

Me dirijo hacia el baño, esperando, rezando que este día sea diferente a los demás, pero no, todo es exactamente igual. Las náuseas me atacan nuevamente, me río cínicamente mientras me arrodillo frente al inodoro, pues al parecer esperan que Garrett desaparezca para ellas poder arremeter en mi contra.

Tal vez algo de lo que cené me cayó mal, tal vez es indigestión, pero entonces recuerdo que anoche no cené, creo que ni siquiera comí en todo el día.

Me dirijo a mi bolso y tomo la pequeña bolsita rosa, burlesca susurra entre mis dedos, conociendo mi mayor secreto. La miro con recelo, no estando segura de que hacer a continuación, sin embargo, me armo de valor y saco la misteriosa cajita.

Tomo el objeto entre mis dedos y me siento a hacer mis necesidades tranquilamente, todavía puedo estar en negación, mientras nada confirme mis dudas, seguiré pensando lo contrario.

Mientras espero, voy por mi celular, trato de despejar mi mente, mantenerla lejos del aquí y del ahora, no es necesario sentir esta mortificación durante cinco minutos, pero... lo hago.

Pero nada se compara a lo que siento cuando mis ojos se posan en el resultado expresado en la minúscula varita de plástico, no hay que ser muy inteligente para saber interpretar lo que el signo de más significa...

Estoy embarazada.

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Chicas, les prometo que voy a tratar de subir capítulo más seguido. Muchisímas gracias por esperar y ser tan pacientes. 

Pd: como recomendación, mientras leen el cap, escuchen la canción Fade Into You-Mazzy Star. Jajaja, lo escribí mientras tenía en loop la canción. Espero les guste ♥