Fantasma
—————————— Me pueden dar todo lo de la lista por favor — entro a la biblioteca la cual también es una tienda de magia, aunque últimamente era el lugar en donde pasaba mis tardes ya que Agatha pasaba su duelo enseñándome nuevos hechizos
— ¿De nuevo aquí? Es la quinta vez que te encuentro — Orion tiene un libro en la mano y se recuesta en el mostrador
— Soy Orion.— Lo sé, te recuerdo, el hijo de Magnolia — observo como su rostro cambia de una sonrisa a una mueca
— Ni lo menciones, no suelo estar de acuerdo con mi madre y eso ocasiona cierta lejanía entre nosotros.
— Bueno, esta es la quinta vez que estoy aquí ya que Agatha está empeñada en que sea la mejor bruja que hay.
— Estoy seguro de que lo serás — me da el libro que tiene en la mano — Te servirá más que a mi, veo que Agatha lleva su dolor de esta manera.
— Gracias, al parecer sí estas tres semanas no han sido sencillas.
Me entregan todo lo que estaba en la lista y me despido de Orion, camino por el pueblo hasta llegar a casa.
— ¡Cuidado! — escucho un grito y me percato del jarrón que viene volando en mi dirección y me agacho
— ¿Qué está... — dejo las cosas en el suelo al ver el rostro de Zorel el cual está sangrando — ¿Qué te sucedió? — comienzo a limpiar la sangre con mi blusa mientras lo llevo a la cocina para poder curarlo
— Flegt...
— ¿Estába practicando magia y no supo controlarlo?
— No Aster, está sucediendo lo que Gi temía, Agatha tuvo que irse con las demás brujas de emergencia y solo quedamos nosotros.
Sabía lo que significaba, Gi me había advertido de este momento miles de veces, Flegt era un cazador y tarde o temprano ese lado iba a salir a la luz, dejo a Zorel en la cocina y salgo corriendo a la habitación para buscar a Flegt y lograr tranquilizarlo un poco.
Subo con rapideza las escaleras y al entrar a la habitación él está dormido en la cama, sus nudillos estaban sangrando al igual que su labio.
— Flegt...
— Hola Aster — se pone de pie con una sonrisa
— ¿Qué sucedió, éstas bien? — él me mira confundido hasta que se toca el labio y mira sus nudillos
— ¿Qué sucedió? Yo estaba dormido, no creo que esto sucedió al caerme de la cama — su rostro lo dice todo, tiene miedo y no recuerda lo que había hecho.
— Tranquilo, ven aquí...
Lo abrazo y paso mis dedos por su cabello, siento como unas lagrimas salen de sus ojos y le doy un beso en la frente intentando que se tranquilizará.
— Soñé nuevamente con Gi y Farah — susurra entre sollozos
— ¿Y qué soñaste?
— Estaban en la montaña, en medio del bosque a Farah le había picado una abeja y Gi estaba intentando tranquilizarla.
— Deberías dormir un poco, pero antes voy a limpiarte la sangre.
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Luces En Febrero
Teen FictionLa luz siempre es el comienzo de algo, pero eso significa que también es un final. Me hicieron terminar atrapada con él, entre los árboles de aquel bosque. Ni en mis sueños más extraños lograba imaginarme un mundo tan distinto del cuál yo formara p...