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¿Donde está Agatha?
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— Es mejor que durmamos en cuartos separados — Flegt toma un par de almohadas y una pijama.

— No va a volver a pasar y Agatha hizo una especie de té mágico para que no despiertes hasta mañana — me pongo de mi y me dirijo a el, paso mis manos por tu rostro  — No te vayas...

— No quiero hacerte daño, esto esta empezando.

— Solo hoy — me mira con duda, negando lentamente — Por favor.

— Solo hoy...

Nos quedamos acostados, Flegt duerme profundamente, pero yo no puedo dormir pensando en como podía ayudarlo, salvarlo de este tormento en el que lo metí.

Una persona sincera, dulce, calida, estaba siendo arrastrada a un camino de oscuridad que poco a poco llenaba todo su ser, Flegt era la definición de perfeccion desde mi perspectiva y no solo en lo físico también con sus sentimientos que son la forma más pura de amor que he sentido en los últimos años.

— Aster — escucho un susurro seguido del sonido de la puerta abrirse, aquella cabellera rubia que habitaba solamente en mis recuerdos hasta hace unas horas era quien estaba detrás de la puerta.

— ¿Qué sucede Farah, te encuentras bien? — intento levantarme un poco para poder observarla con claridad, pero Flegt me tiene rodeada con sus brazos

— ¿Podemos hablar?

— Ahorita salgo — con delicadeza me separo de él haciendo que se de vuelta en la cama.

Tomó una bata para abrigarme ya que el frío de la noche cada vez se vuelve más fuerte y salgo, Farah está apoyada en el pasamanos observando cada parte de la cabaña.

— ¿Él esta bien? — su voz tiembla y sus ojos están rojos, ella aún era como una niña aunque tuviéramos la misma edad.

— Está tan dormido como la vez que le dimos un sedante para que no nos impidiera salir a la fiesta de ultimo año.

Ella esboza una sonrisa y limpia su rostro alejando todo rastro de lágrimas.— es increíble que después de tanto terminaras con Flegt ¿qué pasó con el no soportó al pesado de tu hermano? — pregunta con tono burlón

— A veces no te das cuenta de lo que esta enfrente tuya hasta que se pierden juntos en el bosque y entran a un pueblo lleno de brujas.

Porque eso es lo más normal del mundo.

— Porque eso es lo que siempre sucede en las películas.

— Justamente en eso pensaba, no hemos perdido nuestra conexión — ella estira los brazos y me acerco.

Farah y yo nos conocíamos hace años y desarrollamos una conexión con el pasó del tiempo, cada vez que ella se enfermaba igual yo, solíamos pensar las mismas frases o terminar la oración por la otra, supongo que es parte de dejar entrar a una persona en tu vida que esta se quede tanto tiempo pareciendo que es parte de ti.

— Te extrañe — me abraza fuertemente

— Yo también...

Luces En FebreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora