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De nuevo el cuarteto más las respectivas madres de las otras dos chicas se encontraban en una calle bastante lujosa de Nueva York, el vestido de Eija estaba a punto de estar listo, algunos arreglos y entonces la futura novia estaría lista en ese tema.

— ¡quiero que mis madres postizas también sean parte de esta experiencia— dijo la castaña hacia Rachael y Janet

— Claro que estaríamos aquí cariño — Rachael sonrió con cariño

— ustedes también tienen que ver qué tipo de vestido usarán ¿está bien? — ahora se dirigió a sus amigas

— si capitán estamos listos — las dos al mismo tiempo se pusieron en firmes

— ¡ay! Son tontas

Todas rieron ante la acción, una de las encargadas se llevó a Eija por un largo pasillo mientras las demás tomaban asiento en un cómodo sillón color crema, My, quien era la única que ya había visto parte del atuendo que luciría su hija en su gran día estaba emocionada por ver las reacciones de las otras mujeres.

Eija salió unos minutos después, luciendo un hermoso vestido blanco, sencillo pero elegante, con algunos adornos en la parte de la espalda.

— ¿qué les parece? — cuestionó emocionada

— es perfecto — dijo una Mae al borde de las lágrimas

— ¡te ves hermosa! — Lexie asintió con una enorme sonrisa en el rostro

— ¿cuándo creciste tanto cariño? — Janet sacó un pañuelo y le extendió otro a la madre de la novia — es muy lindo

— y elegante, es muy tu estilo Eija, te ves muy hermosa — Rachael culminó

— ¿de verdad? — aplaudió contenta — me encanta que les guste, mamá ya lo había visto pero creo que aún le queda por meterle un poco de la cintura y acomodar bien las mangas

— sabes que podrías casarte ahora mismo y lucirías espectacular— abogó Lex

— estoy de acuerdo con ella — Mae choco el puño — es muy afortunado

— ¡basta! Voy a llorar y no quería hacerlo — amenazo la castaña — iré a que vean los últimos detalles y vuelvo

Todas quedaron encantadas con el diseño que había elegido la joven Skarsgård para su día especial, sabían que no sería nada ostentoso y que aun así ella sabía lucirlo de forma especial.

Ya que tenían el día libre todas y eso últimamente estaba siendo un problema decidieron que lo mejor era ir a comer como cuando las más jóvenes eran solo unas niñas, les encantaba ir a la plaza, recorrer el lugar dando saltos o entrando a tiendas para fingir hacer una pasarela de ropa que solo sobreponían en sus cuerpos, después disfrutando de una buena comida y para terminar un helado.

— ¡niñas! — anunció My — nosotras iremos a ver una tienda, ¿quieren quedarse aquí?

Las tres asintieron, estaban disfrutando de un café.

— ok, las vemos aquí en unos 30 minutos — Janet se aseguraba de cumplir sus tiempos

— mamá, ve y disfruta a tus amigas, nosotras esperamos — Lex le lanzó un beso a las tres mujeres que se alejaron tranquilamente— no sé porque no disfrutan cuando salen

— son doctoras y una fotógrafa — recordó Eija — créeme que lo que menos hacen es tomar su tiempo — todas asintieron — pero bueno ahora sí ... Mae cuéntanos por favor

Mae las observo con notoria extrañeza, se quedó en silencio y después se encogió de hombros.

— ¿qué hay que contar? — susurro

— ¿que se traen tú y mi hermano?

— nada, no tenemos nada, bueno, lo que tú sabes, vamos a bodas para no ser los tontos que van solos — explicó

— Stellan nos contó que fuiste a verlo a su oficina — Lex tuvo que reprimir la sonrisa — ¡cuéntanos!

— pero no es nada, simplemente él me llevo el desayuno una vez a mi casa y luego me invito a jugar gotcha — le restó importancia — ¿qué quieren que les diga? Solo fue una forma de regresarle esas atenciones

— no te estás creyendo nada, pero nada de lo que tú acabas de decir — Eija sonrió — ¿aún sigues enamorada de él?

— ¿qué? — la pelirroja casi se ahoga — no, no, él tuvo sus romances y yo mis tragedias amorosas, ya está, no necesito más drama respecto a eso

— eso no responde la pregunta de Eija — Lex estaba realmente convencida de que sacaría la verdad — no tendría nada de malo, te gusta desde hace tiempo

— pero les dije que no, no está pasando nada con él, no me gusta — bajo la mirada apenada — me intimida, es un hombre muy guapo, pero eso no significa que me siga generando lo de hace años

Las otras dos chicas se voltearon a ver, no le creían en lo absoluto y mucho menos después de soltar que era un hombre muy guapo y ver cómo las mejillas se le encendían de rojo.

— ¿él piensa que yo ...? — Mae cuestionó asustada

— no, realmente no he hablado con él respecto a eso, se está comportando muy extraño últimamente y pensé que era porque nos ocultaban algo más — contestó la castaña — ¿quieres saber?

Ella negó rápidamente, eso le haría pensar a Bill que ella estaba interesada en él nuevamente y eso era lo último que le faltaba, después de sus acciones y la forma en la que la miraba tenía curiosidad de indagar más en el tema, pero prefería dejarlo como estaba, sin empeorar la situación.

Unas horas más tarde cada una se había ido a su casa con su respectiva madre, a Rachael le encantaba tener una tarde de madre e hija y si era junto a sus amigas era todavía más divertido.

— ¿viste algo bonito mami? — dijo curiosa la pelirroja

— sí, encontré un par de vestidos y compré un nuevo lente — movió la bolsa que llevaba en la mano — ¿Eija ya les dijo como tendrán que ir?

— ella dijo "rojo" porque usara unos zapatos del mismo color — se encogió de hombros — así que rojo será

— ¿a esa boda también iras con Bill? — su madre la miró curiosa — tengo ganas de verlos juntos

— ¡mamá! No, bueno, si, si iremos juntos a la boda de Eija pero no como pareja

— ¡ay, mi niña! — le sonrió complaciente— ¿de verdad ya no te gusta? Me acuerdo cómo dibujabas corazoncitos en tus libretas con una B en medio y que te ponía nerviosa con solo pensar en estar cerca de él

Mae se puso tan roja que tuvo que ocultar su rostro con sus manos, quería olvidar esa parte de su vida, dejarla ahí con la vergüenza que había pasado cuando tomó valor y le confesó todo al castaño.

— como lloraste ese día fatídico — continuo Rachael — no te estás ilusionando con él de nuevo ¿verdad?

— no, creo que después de ese día me quedo claro que Bill y yo jamás estaríamos juntos de esa forma, tú tranquila, me sé cuidar

Las dos pelirrojas del abrazaron, Rachael quería proteger de todo mal a su bebé, por más que el tiempo pasara lo último que quería era ver a Mae sufrir y si la ilusión regresaba sabía lo que pasaría al final.

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