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Bill se alistó, pasaban de las 5 de la tarde y ya iba un poco tarde.

— ¿estás segura de que va a funcionar? — cuestionó a Lex

— sí, ve por ella de una buena vez, nosotros terminamos y cerramos — la pelinegra le guiño — ve

— está bien, ya me voy

El castaño le sonrió y salió de su hogar, tomó el camino más corto hasta el edificio de Mae, estaciono, toco el interfón y espero un poco hasta que contestaran.

— ¿quién es? — escuchó del otro lado

— soy Bill — se aclaró la garganta — ¿puedes bajar?

— no, estoy ocupada

— por favor, necesito darte algo — mintió — ¿sí? No te quito mucho tiempo

— si no bajo volverás a tocar ¿cierto?

— probablemente acampe aquí, así que tú decides

— te odio, ya voy

Bill sonrió, aunque en su pensamiento el "estar ocupada" de la pelirroja podría consistir en que Owen estaba con ella y eso realmente no le parecía, la puerta del edificio se abrió cortando sus ideas.

— Hola — el castaño rascó su nuca — ¿cómo estás?

— bien, todo va bien — su expresión era seria — ¿tú? ¿Tu novia qué tal?

— no es mi novia — sonrió un poquito, estaba celosa — ¿tu chico qué tal? ¿Está arriba?

— no, tampoco es mi chico — lo imito — ¿qué quieres?

— bueno la verdad es que necesito que vengas a un lugar conmigo — sonrió mostrando todos sus dientes

— tengo trabajo Bill no puedo

— ¡por favor! — suplicó con un puchero — Mae, si no quieres ir a ninguna boda más conmigo lo entenderé, pero por favor, ven esta vez

— ¿a dónde? — la pelirroja cruzó sus brazos

— es un secreto ... vamos

— déjame subir por un sweater y ahora regreso

Él la tomo de la mano cuando se dio media vuelta para ingresar al lugar, las miradas chocaron y ella entendió que realmente era importante para Bill, si había ido hasta ahí era porque quería arreglar las cosas y tampoco le quitaba nada ir con él al lugar, le asintió como confirmándole que iba a volver, que solo subiría por algunas cosas, él la dejó ir sin cuestionar nada más, confiando en ella.


Unos minutos después se encontraban en el auto del castaño, Bill tenía una sonrisa de oreja a oreja, si Lex le había dicho que eso iba a funcionar era porque iba a funcionar.

Por su lado Mae observaba el camino, jamás había ido hacia ese punto de la ciudad y se estaban alejando del centro, los edificios se volvieron una especie de residencias, casas bastante parecidas, pero hasta el fondo había una que se destacaba del resto, era pequeña pero lucia mejor que todas las demás.

— ¡Bienvenida a mi casa! — dijo Bill cuando estacionaron

— ¿me trajiste a tu casa? — la pelirroja frunció el ceño — nunca me imaginé esto

— hay una pequeña sorpresa allí adentro así que por favor — rebusco una cosa en la parte trasera del auto — ponte esto, por tu seguridad

— no me voy a poner una venda en los ojos "por mi seguridad" — refutó la joven — ¿has visto películas? ¿Discovery ID? Así empiezan los secuestros

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