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Bill despertó en su vieja habitación, ya no existía ni rastro de sus cosas, cuando se mudó se llevó todo pero su mamá quiso dejar su cama y pintarlo de algún color neutro, ella sabía que a sus hijos les gustaba visitarla, quedarse ahí una noche, tal vez.

Se estiró, escuchó como sus huesos tronaron, una mueca apareció en su rostro al darse cuenta de que tendría que bajar con la ropa de la noche anterior ya que no llevaba ningún cambio, se lavó la cara, busco un desodorante en la habitación de Valter y bajo con cuidado, quizás así no lo verían irse.

— Mamá te habla — la voz de su hermana lo asusto — está en la cocina

— casi me muero de un infarto — se llevó las manos al pecho — aunque sea avísame

— para que sales a hurtadillas — se encogió de hombros — no sé qué pasó pero si necesitas hablar mamá es la indicada

Bill desvió la mirada, asintió después de unos segundos y dirigió sus pasos al lugar. Su hermano estaba terminando el desayuno y su mamá lo esperaba en la isla de la cocina.

— cariño, siéntate, ¿quieres un poco de café? — My le sonrió con ternura

— mamá ...

— mamá nada, siéntate, tenemos que hablar — señaló la silla frente a ella — ¿café? — volvió a ofrecer

— si por favor

My espero a que se quedaran solos, le dejo su taza y espero a que su hijo diera un pequeño trago, no sabía bien que decirle, pero sabía que algo le sucedía.

— bien ... ¿qué pasó?

— nada, solo quería venir a visitarlos — mintió mientras tomaba otro poco de café

— Bill, te conozco, soy tu madre y anoche no estabas bien

— me enojé, pero ya pasó, no tiene nada de importancia la situación — sonrió sin ganas — de hecho, debí pasar a casa por un cambio de ropa

— fue algo con Mae ¿verdad? — curioseó — ¿qué pasó en esa boda? Es más ... ¿llegaste a esa boda?

El castaño se hundió un poco, había llegado la hora de confesar sus sentimientos, su madre era la indicada para ser la primera persona en saber lo que sucedía con Mae.

— me enamoré ... — un largo suspiro salió de sus labios — estoy enamorado de ella

My sonrió, alcanzó la mano de su hijo para darle un pequeño apretón, ya era hora de que Bill se diera cuenta de los sentimientos hacia su amiga.

— ¿por qué tardaste tanto en darte cuenta? — dijo divertida

— mamá — en reproche — no sé, supongo que cuando ella estaba interesada en mi yo era un adolescente tonto y después cada uno hizo su vida

— entonces ... ¿estás enojado porque estás enamorado?

— no, ayer llegué a su casa y su nuevo pretendiente estaba ahí, su abuela les hizo una cita a ciegas y desde entonces ya no se despegan — rodó los ojos — le dije que mejor fuera con él, que Owen es el indicado

— Bill Istvan Günther Skarsgård — My puso sus manos en jarra — ¿por qué hiciste eso?

— no lo sé, me enoje, sé que ella no tuvo nada que ver, de hecho, me mando un montón de mensajes y de cosas para pedirme perdón por tenerlo ahí— bufo — no tiene que hacerlo, lo sé, pero me sentí herido

— tienes que hablar con ella de esto, no puedes dejar todo, así como si nada

— ¿qué le diga que estoy enamorado de ella? — abrió los ojos como platos

— sí, ¿quieres que lo adivine? — entrecerró los ojos

— bueno, puede tener un poco de idea — se sonrojó mientras sonreía incómodo— la bese, nos besamos un par de veces

— ¿y que estás esperando? — negó — le tienes que decir cariño, si ella no se negó a que la besaras es porque aún siente algo por ti, yo que tú me arriesgaba completamente

— lo voy a pensar ...

Bill se quedó un rato con la taza sobre sus labios, My siempre tenía razón, tenía que hablarlo con ella, tendría que explicarle porque la forma de actuar y saber si Mae también sentía algunas cosas por él.


Más tarde ya bañado, en una ropa mucho más cómoda y en su hogar, rodaba el celular entre sus manos, quería encenderlo, quería ver qué tanto le había afectado a Mae, pensó que Eija le diría algo al respecto, que la había llamado para asegurarse de que él estaba a salvo.

Lo encendió, espero unos segundos en los que todo tomaba sentido, más de veinte llamadas, cientos de mensajes de texto y otras cuantas notas de voz.

— ¡vaya! — se sorprendió — creo que si se preocupa por mi

"Estoy bien, estaba en casa de mi mamá." Escribió para enviárselo, no quería delatarse tampoco, estaba feliz por lo que leyó en su celular, estaba arrepentida, estaba molesta con el pelinegro por hacerle ese tipo de jugada mal intencionada y tendría que hablar con todos muy seriamente.


Por el lado de Mae se encontraba en camino a la casa de su Nonna, quería hablar con ella muy seriamente por cómo había hecho las cosas sin ni siquiera preguntarle antes, toco el timbre, uno de sus tíos la invito a pasar.

— Nonna ¿dónde está? — cuestionó

— arriba, me parece que no se encuentra muy bien — le informo el mismo tío

— voy a verla

Sin dejar que el hombre articulara palabra subió las escaleras en busca de la mujer, tocó dos veces la puerta y se adentró cuando escuchó un "adelante."

— Hola cariño, ¿cómo estás? ¿Te sientes mejor que ayer? — dijo Nonna

— de eso justo quiero hablar — se sentó en la orilla — ¿por qué mandaste a Owen?

— ¿qué quieres decir?

— Nonna, tú ayer mandaste a Owen para llevarle a la boda ¿no? ¿Por qué lo hiciste?

— Mae, simplemente quise que tuvieras a alguien para llegar a la fiesta, lo invitamos junto con tu prima y se me hizo una acción linda que fuera hasta tu apartamento por ti — explicó la mujer

— yo ya tenía a alguien para ir a esa fiesta — sentenció la pelirroja

— yo no sabía nada al respecto — aclaró Nonna — pero seguramente Owen es un mejor partido para ti, conozco a su familia y por lo poco que lo he tratado es un caballero

— si Nonna pero el problema es que tú no puedes decidir en mi vida — trataba de mantenerse tranquila — la única que tenía el derecho de decir quién va o quien no por mi soy yo misma

— pero cariño ...

— no, nada de cariño, Nonna ya estoy grande y se bien quien es indicado o no para mi

— creo que estás cometiendo una locura — Nonna la veía con una expresión de seriedad — no se quien sea ese otro joven pero Owen es perfecto para ti

La joven Parsons se levantó un poco fastidiada de que aún la tratara como si tuviera cinco años.

— intentó no sonar grosera pero no quiero que vuelvas a hacer algo así ¿está bien? — Mae tajantemente — si quiero salir con él yo lo voy a decidir, no tú, solo yo

Dicho eso salió de la habitación sin esperar respuesta, si Bill no le volvía a dirigir la palabra era todo culpa de ella y no pretendía que eso sucediera, su celular sonó cuando ya estaba fuera de la casa, suspiró con tranquilidad al saber que él estaba bien, quizás no hablarían en un tiempo, pero al menos no estaba tan enojado como lo parecía una noche antes.

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