7

107 12 17
                                    

La puerta se escuchó a lo lejos, Mae se quejó, dio media vuelta y volvió a cerrar bien los ojos, el timbre sonó con fuerza, la joven pataleó y manoteó en el aire, no quería levantarse hoy, tenía planeado dormir hasta las 5 de la tarde y esperar a que su cuerpo no le ordenara comer, de nuevo el timbre.

— ¡YA VOY! — gritó

Salió de la cama llena de pesadez, se arrastró hasta la puerta y abrió sin ni siquiera ver quien era la persona desesperada del otro lado.

— ¿qué carajos? — soltó

— Hola Mae, traje el desayuno — agitó una bolsa de papel

— Bill, son las 10 de la mañana... ¿qué haces aquí? — hizo un puchero — quería dormir

— ¡que floja! — le hizo "boop" en su nariz — quería ver cómo estabas después de la gran fiesta

— cansada, por eso planeaba dormir todo el día

— bueno, ya estoy aquí así que no me dejarás comer mi sándwich fuera ¿o sí?

Mae asintió e hizo un amague de cerrar la puerta, luego volvió a abrir para sonreír sin ganas, se hizo a un lado para dejar pasar al castaño, este sonrió y pasó gustoso al apartamento de la chica.

— iré a ponerme un poco más decente — se señaló de pies a cabeza — no esperaba visitas

— ¡luces bien!

— ¡ja! Que gracioso

La chica desapareció por el pasillo, Bill intento hacer la cocina suya, abrió cada cajón y estante en busca de platos y unas tazas para comenzar a hacer café, ella estaría agradecida por aquel líquido negro, sirvió los dos sándwiches "Grilled Cheese" con pavo, unas papas fritas a lado, también investigo en la nevera si había un poco de jugo, "bingo" pensó algo encontrar el envase de naranja.

Hizo un ademán cuando la vio salir con una sudadera enorme en plan vestido, un moño mal hecho y sus lentes, "¿desde cuándo usa lentes?".

— está servido señorita — sonrió amplio

— gracias, ¿de dónde es? Se ve demasiado rico — saboreo — y huele espectacular

— es de una tienda cerca de mi apartamento, ¿usas lentes? — dijo sin ninguna pena

— sí, uso de contacto normalmente, no me gustan los de pasta... aunque cuando estoy en casa lo prefiero

— ¿por qué yo no sabía de eso? — ladeó su cabeza

— ¿por qué deberías de saberlo? — levantó una ceja para después sentarse y tomar de su vaso

— no lo sé, pero luces linda con esos

Asintió avergonzada como respuesta, se acomodó las gafas para proseguir con la comida, odiaba que la despertaran temprano y más si se había desvelado un día antes, pero si le iban a dar comida tan deliciosa como la que estaba probando, no le parecía tan mala idea.

— ¿puedo hacerte una pregunta? — dijo ella limpiándose la boca, él dijo que si con el sándwich en la boca — ¿por qué haces esto?

— ¿qué hago? — Bill desconcentrado

— esto, desde el día que viniste a proponer ser el acompañante del otro te estás comportando extraño — espero una respuesta que no llego — antes apenas y nos hablábamos, ver por mí no estaba en ninguna cláusula

— ¿te incomoda? — sonó bastante serio

— no, solo es un poco extraño

Bill dejó el emparedado en su plato, observó varios puntos de la casa como analizando lo que estaba a punto de decir, eligiendo las palabras correctas que no molestaran en absoluto a Mae y que tampoco se escuchara tan desesperado.

— siento que te falle — soltó después de un tiempo

— ¿qué me fallaste? — Mae frunció el ceño — ¿en qué?

— tú sabes ...

— hablas de ... — hizo una pausa — Bill, eso pasó hace mucho tiempo

— sí, pero creo que no era la forma de tratarte, simplemente expusiste tus sentimientos — bajo la mirada — me porte como un cretino

— oh vamos, teníamos 15 y 12 años — acomodó un mechón que se había salido — no tiene importancia ya

— fui un estúpido y lo sabes

— bueno, si lo dices tú — encogió un hombro, ambos rieron — de verdad no tienes porque preocuparte, yo era muy niña y si te soy sincera no sé porque me gustabas tanto

Bill abrió la boca haciendo un gesto de ofensa, después dramatizó un poco poniendo la mano en el pecho, el corazón roto.

— ¡eres tonto! — Mae arrugó su nariz — en verdad Bill, tranquilo

— ¿qué pasaría si quisiera pasar más tiempo contigo? — dijo en un tono realmente hipotético

— ¿te quieres castigar por algo?

— quiero conocerte más, solamente eso — extendió su mano por encima de la barra — ¿se puede?

La pelirroja lo miro directamente, estaba siendo realmente sincero, le daba miedo que esto se descontrolara y terminara en la misma situación de cuando era pequeña, puso su mano sobre la de él, se notaba la diferencia de tamaño.

— se puede, pasemos tiempo juntos si es lo que quieres

— ¡bien! — guiño — aunque intentaré darte tu espacio personal, parece que necesitas dormir más de las 10 de la mañana

— te odio por eso, que lo sepas, pero bueno si tú vas a invitar desayunos tan buenos como este, no me voy a quejar, créeme

— ¡uy! Tengo cientos de lugares para enseñarte

La mañana continuó bastante tranquila, los dos platicaban de lugares que conocían con comida realmente deliciosa, prometieron que irían juntos a alguno que otro establecimiento.

Unas cuantas horas después Bill tuvo que ir con su hermano, Gustaf, quien lo esperaba para hacer algunas compras.

— ¡Hermanito! — se abrazaron — ¿qué tal? ¿Como te fue anoche en tu cita con Mae?

— ¿cita? — frunció el ceño — creo que no podría considerar ir a una boda como cita

— tú lo mencionaste así, creo que dijiste la palabra "cita" y "citas" unas ocho veces en una misma frase

A Bill le pareció que su hermano exageraba hasta que el momento vino a su cabeza, le contó al resto de sus hermanos que habían logrado llegar a un acuerdo con la pelirroja, si, dijo un montón de veces esa palabra, aunque recordaba bien porque lo había hecho, gano tiempo, le ganó a Sam y aunque este dijera que no era cierto, que lo dijo en broma, el castaño estaba realmente satisfecho.

— ¡tierra llamando a Istvan! — Gustaf movió su mano frente a él — ¿qué pasó anoche? — inquirió con diversión

— ¡nada! Todo bien Caspar — negó quitándole importancia — anda que quiero llegar pronto a mi casa

— si usted lo dice

Los hermanos continuaron su camino hacia los establecimientos, Gustaf no se había quedado conforme con aquella respuesta, sabía que tarde o temprano alguno de sus hermanos sabrían la verdad y le contaría al resto que era lo que sucedía entre Bill y Mae, porque algo estaba pasando y eso era seguro.

Plus One Donde viven las historias. Descúbrelo ahora