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El día de la cita había llegado, Owen pasaría por ella en la casa de My, su hija había insistido muchísimo en que Mae se arreglará allí, claro que también estaba el hecho de ver al chico misterioso.

— traje un par de cosas para hacer un buen outfit — dijo Mae dejando una bolsa en la cama de la castaña

— necesitamos ponerte muy guapa pero cómoda — Eija analizo el chandal de su amiga — no solo cómoda

— en pocas palabras, linda sin ser vagabunda — tradujo Lex

— gracias, Lex, que amable

Las tres rieron, sacaron las opciones que tenía en aquella maleta armando un buen conjunto que la harían lucir de maravilla, un body color mostaza de manga larga, una falta con medias negras y botines.

Mientras Eija peinaba su cabello, al ser cortito hacia el trabajo más fácil, Lex le ayudaba con el maquillaje que sería bastante neutral, la joven Parsons no quería producirse demasiado ya que eso lo haría pensar que estaba realmente interesada en él.

— Hola chicas — Valter entró a la habitación — ¿qué hacen?

— estamos arreglando a Mae para una cita — explicó su hermana

— ¿con Bill? — frunció el ceño

— no, con otro sujeto — apresuró a decir la pelirroja — no lo conozco, es una cita a ciegas

Este se sentó en la cama de Eija, analizó la situación a detalle sin decir palabra alguna, las chicas estaban terminando cuando escucharon el teclado de Valter, voltearon a verlo con curiosidad.

— ¿que? — volteó a verlas

— ¿qué haces aquí aún? — Eija cuestionó

— ¡ay! No seas mala — Lex lo defendió — pero si ¿qué pasa?

— quería saber que pasaba con Bill, pero estaban ocupadas haciéndola lucir mas linda 

— ¿cómo que pasa con Bill? — Mae ladeó su cabeza ya sonrojada

— sí, si, ¿qué pasa con él? ¿Ya sabe que vas a salir con alguien más?

Lex y Eija compartieron miradas, después de sonreír fijaron las mismas en la cabeza pelirroja de su amiga.

— sí, ya sabe, le dio bastante igual, me dijo que estaba bien y cambió de tema a otra cosa — explicó Mae poniéndose de pie — ¿qué pasa?

— ¿estás preocupado porque Mae pueda salir con alguien más? — se enterneció Lex

— si sabes que este jovencito de aquí estaba enamorado de ti cuando era pequeño ¿no? — le cuestionó Eija a la pelinegra — si está celoso es de Adam

Lexie le regalo una sonrisa, corrió a abrazarlo, sabía bien de esa historia y le parecía lo más tierno del mundo, las dos amigas faltantes soltaron un "aaaw" al unísono ante la escena; el móvil de Mae sonó, un mensaje de Owen donde le avisaba que estaba abajo.

— bueno, ya me voy — suspiro — no me deseen suerte

— usa tus encantos y luego destrózalo — Lex le guiñó — vamos que queremos conocerlo

Los cuatro bajaron las escaleras encontrándose con un Bill recargado en la puerta con la cara más seria que le habían visto, a su lado un chico unos centímetros más bajo que Skarsgård, el cabello negro, ojos totalmente azules y unas facciones un tanto fuertes.

— ¡Bill! — su hermana le sonrió — tú debes de ser Owen ¿cierto? Yo soy Eija

— Hola, sí, yo soy Owen, un gusto — le extendió la mano

— ella es tu cita, Mae — le informó Lex

— Si, Nonna me enseño una foto tuya ayer, no sabía que se podía ser tan guapa — se sonrojó — ahora veo que es posible

Los tres amigos veían toda la escena desde detrás de Mae, Owen intentando quedar bien frente a Parsons, la joven bastante sonrojada e intercalando mirada entre el chico nuevo y su amor de infancia.

— Mae siempre ha sido muy guapa — Bill carraspeo detrás del sujeto, ella le sonrió incómoda

— ahora veo — le contesto Owen casi sin hacerle mucho caso — ¿nos vamos?

Mae asintió, se despidieron de sus amigos y salieron en dirección a su destino, Bill cerró la puerta de un portazo y subió a la que antes había sido su habitación, los demás se quedaron un rato más asimilando todo lo que acababa de pasar.

Owen conducía tranquilamente por las calles de Nueva York, llegaron a Paley Park, un lugar tranquilo y bastante recóndito, pidieron un par de cafés y unos pastelitos para acompañar.

— siento mucho que mi abuela haya tenido que convencer a la tuya para esto — fue lo primero que salió de la boca de la pelirroja — Nonna está un poco paranoica con mi soledad

— no, realmente me gustó la idea cuando lo propusieron, llevaba 2 años en África y lo único que hacía era concentrarme en mi trabajo — le guiño — tengo planeado ir a otro lugar, pero quería conocerte y que mejor que un lugar tan tranquilo como este

— solo quiero dejar en claro que por ahora esto solo es como amigos, se ve que eres una buena persona pero

— Mae — la interrumpió — soy consciente de eso, nos acabamos de conocer y sería raro, no te preocupes que sabré encontrar tus tiempos

— gracias, entonces ... dispara, ¿qué quieres saber?

La conversación inició, fluyó bastante bien, ambos se sentían cómodos hablando de su vida, las cosas que les preocupaban, los puntos de vista que tenían respecto a ciertas cosas y cuando no estaban de acuerdo en algo lo hablaban tranquilamente, ninguno de los dos quiso sentirse más que el otro y respetaban sus argumentos.

No se dieron cuenta del tiempo que había pasado hasta que una de las meseras fue hasta ellos para avisarles que estaban a punto de cerrar, se dirigieron de nuevo al auto del pelinegro quien condujo unas cuantas calles más, "McSorley's Old Ale House" un viejo bar de Nueva York.

— adelante señorita — Owen abrió la puerta — no se si te guste la cerveza, pero creo que el lugar tiene una buena historia

— un poco, no tanto — paso por su lado — ¿qué historia tiene? Vengo poco por estos rumbos

— dicen que es la cervecería más antigua de la ciudad, abrió en 1854 — explicó tomando asiento en una parte de la barra — ¿sabías que antes no dejaban entrar a mujeres aquí? — ella negó — después de 100 años permitieron la entrada

— ¿todo eso está en tu cerebro? — cuestionó una divertida Mae

— si te soy sincero lo leí antes de ir por ti — se encogió de hombros — quería impresionarte

— ¡oh, vaya! Lo lograste, es bueno saber ese tipo de cosas de los lugares a donde llevas a tu cita, la cual arreglaron un par de señoras — Owen rio bastante fuerte — mi mamá quiere más de una vaca y tres pollos, para que lo sepas

— lo tendré en cuenta, podría negociar una gallina y quizás otro pollo en esa transacción — siguió el juego de su acompañante— tendría que ver cómo está la bolsa hoy en día

— gracias, creo que mi madre estará agradecida con la gallina

Los dos dejaron salir una risa que terminaba por romper cualquier tensión que aún existiera, pidieron un par de cervezas para continuar con la charla del parque, Mae se sentía aliviada de que Owen no fuera el típico galán que alardeaba de su carrera y de lo importante que era para el mundo.

Hablaba de todo de forma tranquila y como si todo a su al rededor fuera demasiado fascinante, era unos años más grande que ella, pero nunca la hizo sentir inmadura o que no sabía del mundo que la rodeaba, al final del día Nonna no había hecho tan mal en organizar esta pequeña cita.

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