03

2.2K 215 112
                                    

—No puedo creer que hayas escogido leyes, estoy hablando en serio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No puedo creer que hayas escogido leyes, estoy hablando en serio.— El hombre frente a mí dejo una memoria usb en mis manos.— Me sigo sintiendo traicionado.

—Ya han pasado tres años, profesor Kan.— El mayor hizo un puchero.— El arte me gusta mucho, pero no creo que pueda dedicarme a eso.

—¿Recuerdas que trabajas para mí?, Y soy profesor en la facultad de artes visuales.— Se coloco las manos a cada lado de la cintura.— Eres muy talentosa, ¡Incluso estabas en el club de arte en el instituto! No entiendo que te hizo querer ser una aburrida abogada.

—Los abogados no son aburridos.— Fruncí el ceño alzando la vista para mirarlo.— Además, si cambio de carrera no podré ayudarlo.

—Prefiero mil veces que estudies arte, a que trabajes para mí.— Su móvil empezó a sonar indicando que estaba recibiendo una llamada.— Tengo que irme, ¡Suerte con esos trabajos!

El hombre se alejó corriendo dejándome sola en el gran pasillo de la universidad, suspiré dando la vuelta para salir del lugar.

Empecé a trabajar para el profesor Kan una vez que salí del instituto. A pesar de vivir junto con mi padre y que este me diera toda las comodidades que podría tener, me sentaba mal depender de él. Por otro lado, tener un trabajo me mantenía ocupada por ciertos periodos de tiempo, cosa que agradecía.

En el camino hasta la estación de autobuses, miré la memoria entre mis dedos. El arte... Siempre me había interesado el arte, solo que... La familia de John había mencionado tantas veces que no era algo de lo que podía sacar dinero, que cuando el momento de elegir una carrera solo tome la acción más fácil.

No me iba mala en leyes, sacando que tenía que pasarme días enteras leyendo el código penal, podría decir que era entretenido.

—Disculpa.— Sentí una mano en mi hombro, lo que provocó que diera un salto en mi lugar. Voltee rápidamente pensando en que cosas podía darle si era un asalto. Un chico alto, de pelo castaño claro y piel morena hizo una mueca ante mi reacción.— Tienes la mochila abierta, pueden robarte.

Sentí como mis mejillas se calentaron por la vergüenza, el castaño hizo una pequeña reverencia y siguió caminando por la acera. Me golpee mentalmente y quite la mochila de mis hombros para cerrarla.

—Un día sin que John me lleve a casa,— Empecé a caminar mientras murmuraba.— Un día.

El mayor había mencionado que tenía un asunto importante que atender con su familia. Así que en mi arrebato de independencia le dije que no sé preocupara por mí.

Suspire tomando el autobús hasta un nuevo restaurante que había descubierto hace un par de días en un sitio web, tenía buenas referencias, según lo que había leído.

¿Qué podía salir mal?

Bajé en la estación más cercana y caminé unos cuantos metros revisando la pantalla de mi teléfono para no perderme.

Sweven; Lee TaeYong; LS#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora