Epilogo

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Un año después

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Un año después.

—Yonggie.— Me removí entre las sábanas, la mitad del cuerpo del peligris estaba sobre mí.— Me estás aplastando.

—Cinco minutos más.— Murmuró en mi odio y se acomodó en su lugar.

Suspiré cansada a la vez que colocaba un pie sobre su abdomen, me dolía hacer esto. Lo empuje haciendo que cayera de la cama, ya en el piso, se hizo un ovillo.

—¿Vas a quedarte dormido ahí?— Me asomé para verlo, se veía tan lindo como siempre.— Vamos a llegar tarde al cumpleaños de JaeMin.

—¿Es necesario que vayamos?— Se acostó mirando hacia el techo, cerró los ojos y colocó sus manos sobre su panza.— Jeno es todo lo que necesita.

—Jeno es el único que no lo sabe.— Me levanté de la cama y caminé hasta el armario para buscar lo que nos pondríamos esa noche, había algo de ropa del mayor entre mis cosas.— Por eso nos ha invitado, además, ya tenemos su regalo.

—¿Crees que le guste esa agenda le guste?— El más alto se sentó sobre el piso, mirándome ir de aquí a allá desde su lugar.— El bolígrafo le va a encantar.

—Le gusta estar organizado.— Dejé sobre la cama dos camisas a juego y dos pantalones, bien, a TaeYong le gustaba que vistiéramos ropa de pareja.— Es una edición limitada de su personaje favorito, no va a decir que no.

—Tienes razón.— Dejó las palmas de su mano en el suelo y se inclino un poco hacia atrás.

—¿Piensas quedarte ahí todo el día, Lee?— Asintió con un pequeño puchero en sus labios.— ¿Qué tengo que hacer para que te levantes?

—Un beso.— Di un par de pasos y me agaché quedando a su misma altura, deposité un beso casto en sus labios.— O dos.

—Eres un oportunista.— Tomó mi brazo para jalarme hacia él, haciendo que cayera entre sus piernas.— ¿Vas a secuestrarme en mi propia casa?

—Voy a ignorar que dijiste que soy un oportunista.— Dejó varios besos por todo mi rostro.— Te quiero mucho.

—Yo también te quiero, Yong.— Una amplia sonrisa apareció en su rostro y me abrazo con fuerza.— JaeMin se pondrá triste si no vamos a su cumpleaños. JiSung también estará ahí.— Celebre en mi lugar dando pequeños aplausos.

Al mayor alzó una ceja y me miro fijamente.— Quieres mucho a JiSung, ¿Eh?

—Alto ahí.— Golpee su frente con mi dedo índice.— JiSung es como un hijo para mí.

—¿Crees que dejé que lo adoptemos?— Reí ligeramente.— No creo que se niegue.

—Yo tampoco lo creo.— Rompí el abrazo y me puse de pie extendiéndole una mano para que imitara mi acción.— Vamos.

—¿No podemos quedarnos cinco minutos más?— Sus ojos se volvieron grandes y me miro como cachorrito.— Por favor.

—Solo cinco minutos.

(...)

—Manejen con cuidado.— Mi padre estaba apoyado al marco de la puerta, despidiéndose de nosotros. Miró a TaeYong con una sonrisa burlona.— La quiero aquí a las 12, Lee.

—Como usted diga, señor Park.— El peligris hizo una reverencia de noventa grados.— ¿Puedo tomar la mano de su hija?

—Solo la mano.— Llevo dos dedos a sus ojos y luego señaló al mayor. Ambos explotaron a carcajadas a lo que yo solo rodé los ojos. Levanto su manos para moverla de un lado al otro.— Diviértanse.

—¡Nos vemos!— Corrí hasta el auto y espere que TaeYong abriera las puertas. El mayor cruzó un par de palabras con mi padre antes de dirigirse hasta el vehículo.— ¿Qué te dijo?

—Que era en serio lo de que te quiere aquí a las doce.— Quitó el seguro de las puertas permitiendo que entramos al auto.— Mañana hay que buscar a tu madre al aeropuerto.

—¿Va a venir pasar las vacaciones de verano después de todo?— El mayor asintió mientras encendía el motor, comenzando a conducir hacia nuestro destino.

Mis ojos no pudieron evitar posarse sobre la camioneta que se encontraba cubierta con una tela verde, llevaba así más de seis meses.

Según lo que me había dicho el señor Seo (el único hombre de esa familia con el que TaeYong me dejaba hablar.) Johnny se había mudado a Chicago para trabajar con la familia de su madre.

A veces me preguntaba si el mayor era feliz con su vida, si habría sido capaz de aprender a valorar lo que tiene a su alrededor.

En otras noticias, el señor Seo también me había contado que los Jung lo habían visitado la semana pasada. A veces me costaba comprender que los Jung ya tuvieran nietos.

De vez en cuando, podía ver cómo llegaban a la casa de los Seo empujando un carrito por el camino de piedras. La mayoría de las veces TaeYong me encontraba mirando a través de la ventana y me reprendía por espiar a las personas.

En cuanto a nosotros, las cosas iban de maravilla El peligris solía quedarse en mi casa de vez en cuando, cabe aclarar, que mi padre lo amaba.

Demasiado.

Le preparaba desayunos y a veces hacia la cena. De cierta forma, sabía que consideraba a TaeYong como un reflejo de lo que fue en sus años de juventud, así que no le reclamaba a respecto.

DoYoung estaba preparándose para presentar su tesis la semana que viene. Mark, por su parte, estaba listo para heredar el restaurante de su padre. Hyuck... Hyuck era un completo desastre, teníamos tantas cosas que hablar con él.

TaeYong bajo el volumen de la música y aclaró su garganta.— ¿En qué piensas?

—Es nuestra vida.— Me recosté sobre el asiento y subí los pies al mismo, ganándome una mirada de desagrado de parte del mayor.— A veces siento que es como un sueño.

—¿Un sueño?— Hice un sonido de afirmación con mi garganta.— ¿A qué te refieres?

—Si ustedes nunca hubieran aparecido en mi vida, quién sabe dónde estaría.— El auto se detuvo en una luz roja y el mayor volteo a mirarme.— Parece algo sacado de un libro de ficción.

Una risita se dejó escuchar por todo el vehículo, el más alto revolvió mi cabello con una de sus manos antes de ponerlas sobre el volante de nuevo.— Solo tenías que esperar por las personas correctas, Min. — Las comisuras de sus labios se alzaron.— Te merecías algo mejor y fue cuestión de tiempo para que lo encontrarás.

—Sabes que te amo, ¿Verdad?

—¿Me amas?— Fruncí el ceño y le propine un golpe en su brazo derecho.— Solo bromeaba.— Me crucé de brazos, ofendida.— Yo también te amo, Soo.

—Me debes un beso.

—¿Solo uno?

Reímos al unísono y subí el sonido de la música para empezar a cantar con el mayor.


Sweven: Una visión; un sueño.

Sweven; Lee TaeYong; LS#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora