Capítulo XI: "Calor de familia".
F - 25 años • J - 17 años.
John despertó al sentir peso en su costado, miro la razón y se encontró con Daemon acurrucado a su lado.
Desde que habían partido de América, en algunas noches el pequeño Daemon había sufrido de pesadillas y se acercaba a él en busca de consuelo, John había descubierto que leerle un fragmento de algún libro hacía que se calmara.
Con cuidado se movió evitando despertar al niño.
Se levantó y camino por el camarote hasta llegar frente a la ventanilla.
Tenía miedo por el pequeño Daemon, no sabía si lograría a adaptarse a la vida inglesa, él había sido educado para ser un soldado italiano, no un príncipe inglés.
Esperaba que Freddie fuera paciente con el niño y no lo presionará a ser alguien que no era.
Daemon había despertado en el castaño el instinto paternal que no creía tener, ni siquiera con su propio hijo.
John anhelaba conocer a su bebé, tenerlo en sus brazos, arrullarlo, mimarlo, cuidarlo, pero sobre todo... Amarlo.
John quería que los dos pequeños pudieran sentir el calor de una familia, el amor de una madre, los consejos de un padre, algo que él casi no había tenido en su infancia.
Cuando tenía 7 años, el castaño había perdido a su madre y su hermana en un accidente vial, un alcohólico al volante había golpeado a su madre, la cual murió al tratar de proteger a su hermana, la pequeña murió un mes después de luchar por su vida en un hospital.
Después su padre, el hombre al tratar de pagar los gastos del hogar y protección para sus hijos, acepto la ayuda de Don Bulsara y fue en ese momento que la vida de los Deacon quedaría sellada...
El Deacon mayor fue acribillado en un tiroteo, mientras trataba de proteger un bar de los Fénix.
Finalmente Noah, siendo asesinado una noche por los Kray e iniciando la vida delictiva de John.
Aunque era ir en contra de era la tradición, deseaba que su hijo creciera lejos de la vida criminal, que fuera un hombre libre.
-
Bomi Bulsara bajo las escaleras y miro en la sala a su hijo.
— Freddie, hijo, tengo que salir, volveré en unas horas –le aviso.
— ¿Negocios? –pregunto Freddie mientras acariciaba el lomo de su gato Goliat.
— No, asuntos personales –respondió el mayor.
Freddie se giró y miro a su padre con una ceja levantada, como cuestionándolo.
— No es de tu incumbencia –dijo su padre al ver su gesto.
Freddie rodó los ojos y tomo su cajetilla.
— Fuma afuera, no quiero olor a tabaco aquí –le regaño su padre antes de salir.
El pelinegro dejo la cajetilla de vuelta en la mesita y se levantó para salir del lugar y caminar al jardín.
— ¿Estás bien, Fred? –le preguntó Verónica sosteniendo en sus brazos al pequeño Noah, mientras lo miraba desde una mesa de jardín que estaba cerca.
— Estoy cansado, Vero, eso es todo –respondió– los malditos Byrne no quieren ceder terreno –dijo sentándose en una silla.
— Verás que todo mejorara, los irlandeses se rendirán y podrán expandirse un poco más –dijo Verónica.
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Un Fénix.
Fanfiction"No me importa ensuciarme las manos mientras tú estés bien" - The-Fan-Mystery