Capítulo XII.

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Capítulo XII: "Guerra interna".

F - 26 años • J - 18 años.

Freddie sintió como su hijo se movió a su lado mientras aún dormía.

El mayor arropó al niño para después levantarse y caminar en dirección de la salida de su habitación.

Bajo por las escaleras y en la sala miro a John sentado en un sofá, con lentitud se acercó a él.

— John... –lo llamo.

John soltó un suspiro y sin decir nada se levantó, se dio la vuelta y miró al pelinegro.

Freddie miro como en los brazos de John descansaba el pequeño Noah.

— Freddie, ¿Cómo estás? –pregunto John.

Freddie noto como parecía cansado por todo lo ocurrido.

Solo habían pasado unos meses desde que el castaño había vuelto a Inglaterra y ya habían pasado algunas cosas.

Los Kray habían estado atacado a los Fénix, sin lograr hacerles mucho daño, pero había algunas perdidas en sus filas, mientras en América, Santino Corleone había sido asesinado el mismo día que John partió de regreso al viejo continente.

Para John los días no se habían calmado, Verónica había enfermado y él tenía que encargarse solo del pequeño Noah, mientras otras personas cuidaban de su novia.

Definitivamente el castaño nunca tendría paz.

— Nervioso, los Kray no han dado señales de querer rendirse –dijo.

— Necesitamos una tregua –soltó John.

— John, ¿Quieres que nos rindamos? –pregunto el pelinegro incrédulo por lo que el castaño dijo.

— No, Freddie, solo quiero calma, quiero que mi familia no esté en peligro –dijo– y tú también deberías preocuparte por tu hijo –soltó– ya no eres solo tú, él depende ti –dijo tratando de hacerle entrar en razón.

John empezó a caminar en dirección a la habitación que ahora utilizaba.

Freddie rápidamente tomo a John del hombro y lo hizo mirarlo.

— John, yo... –no sabía que decir– ¿Estás bien? –pregunto el pelinegro tratando de calmar al menor.

— Estoy cansado –respondió el menor antes de alejarse.

John subió las escaleras y camino hasta su habitación.

Freddie se quedó pensativo por la actitud de John, desde que había regresado parecía que el castaño y él no habían tenido una relación.

John solo se concentraba en su bebé y en Paul y él... Parecía no existir.

— Papá –se escuchó una voz en la parte alta de las escaleras.

Miro a la escalera y vio a su hijo quien se tallaba uno de sus ojos.

— ¿Estás bien, Baham? ¿Cómo amaneciste? –pregunto antes de subir las escaleras.

— Tengo hambre, papá –dijo el niño mirándolo.

— Vamos por tu desayuno –dijo antes de tomarlo de la mano y empezar a bajar las escaleras.

— ¿No vendrá John? –pregunto el niño.

— Él está ocupado cuidando a Noah –dijo el mayor como excusa.

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