Capítulo XVI.

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Capítulo XVI: "En la boca del lobo".

F - 27 años • J - 19 años.

John veía como Paul jugaba con Noah, mientras el pequeño castaño soltaba balbuceos y aplaudía por las acciones del príncipe.

— Paul, ten cuidado con Noah –se escuchó la voz de Freddie detrás del castaño.

El castaño salió de sus pensamientos, encontrándose con Freddie a su costado.

— ¿Estás bien? –pregunto el mayor mirándolo preocupado.

— Eh... Sí, solamente me perdí un poco –respondió.

— ¿Estás seguro que podrás salir de misión hoy? –pregunto Fred mirándolo con seriedad.

— Sí, además, necesito comprar algunas cosas para Noah –dijo el castaño antes de suspirar– iré a cambiarme –camino en dirección a su habitación.

Freddie suspiro con pesadez antes de caminar en dirección hacia su hijo y su ahijado.

— Adino... –dijo el niño castaño.

— Padrino, Noah –le corrigió el mayor mirándolo con una sonrisa.

El pelinegro menor se levantó y se acercó a su padre y su hermano de corazón.

— Vamos Baham, es hora de que tomes una ducha –dijo Freddie antes de tomar a su ahijado en brazos.

— Pero papá... –el pelinegro menor hizo un puchero.

— Anda pequeño, tienes que darte una ducha, estás lleno de lodo –dijo antes de extender su brazo hacia él.

Paul miró su ropa y notó que lo que su padre decía era verdad y finalmente accedió resignado.

Tomo la mano de su padre y lo siguió a la planta de arriba.

— ¿Hoy saldrás de misión, papá? –pregunto.

— No, hoy me quedaré a cuidarlos –respondió el pelinegro.

— ¿Y John? –pregunto el niño.

— Él... Saldrá por unas horas, tiene que hacer algunas cosas –explicó.

Paul solo asintió y siguió a su padre hasta su habitación, al llegar Freddie coloco a Noah en la cama y camino hacia el clóset de Paul.

Freddie buscaba un buen conjunto de ropa para su hijo, hasta que alguien abrió la puerta de la habitación.

— ¡John! –lo llamo el pequeño pelinegro.

— Pequeño... –respondió el castaño antes de acercarse a ellos.

— ¿Ya te vas? –pregunto Paul con tristeza.

— Sí, debo irme por unas horas, volveré después –dijo John.

— ¿Irás contra los irlandeses? –pregunto el niño.

John se quedó callado al escuchar a su protegido, sin saber que responderle.

— No, solo voy a buscar un regalo para el pequeño Noah, por su bautizo –invento John– y uno para ti, por ser el mejor en clases –dijo tratando de animarlo.

— ¿Un regalo? –pregunto con ilusión.

— Sí, solo serán regalos –respondió.

— John... No me mientas –pidió el menor.

John miró por unos segundos a Paul y después suspiro, antes de acariciar la cabellera del niño.

— Te prometo que volveré –le susurro al niño.

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