Capítulo XIII.

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Capítulo XIII: "Sinfonía infernal".

F - 26 años • J - 18 años.

John caminaba detrás de Freddie, mientras este se mantenía lo más calmado posible.

Estaban a punto de llegar al lugar que posiblemente sería recordado por los presentes como el infierno.

Aún con todo el grupo de capos que los acompañaban el castaño estaba nervioso, sabía que una sola palabra, un gesto o movimiento equivocado podía desatar una guerra aún más grande que la que ya enfrentaban.

Llegaron a un lugar donde había un grupo de capos y al frente de ellos estaba un hombre mayor, vestido con un elegante traje negro.

— Joven Bulsara, buenas noches –saludo un hombre.

— Señor Kray, es un gusto verlo –respondió Freddie.

— Lo mismo digo, muchacho –dijo– bueno, basta de los costumbres y hablemos de negocios, joven Bulsara, para eso estamos aquí... ¿Su padre lo ha enviado en su nombre para hacerme una oferta o me equivoco? –pregunto el hombre.

— Sí, así es –respondió el pelinegro solamente.

— ¿Por qué no vino él, joven Bulsara? –pregunto refiriéndose a la ausencia de su progenitor.

— Mi padre se encuentra indispuesto, señor Kray, tuvo que brindar su presencia de emergencia en otro lugar, me disculpo por él –dijo Freddie de la manera más elegante que conocía.

— ¿Qué es lo que quiere hablar conmigo, joven Bulsara? –pregunto el Don de los Kray.

— Quiero negociar con usted y frente a todos estos hombre –dijo extendiendo su brazo para señalar a sus capos y los de Kray– un pacto de paz, una tregua –finalizo.

El Don soltó una carcajada ante lo que me dijo el menor.

— ¿Y qué trae a los grandes Fénix a pedir la paz? –Pregunto el mayor– ¿acaso se han vuelto gallinas? –dijo burlándose del mitológico emblema al que aquella familia representaba.

— Señor, le pido respeto, por favor –dijo Freddie con paciencia.

Freddie suspiro por la falta de respeto del hombre.

— ¿Quieres respeto después de todo lo que los Fénix le han hecho a mi gente? –pregunto con amargura el hombre.

— Los Fénix solo reaccionaron a las injusticias que se vivieron hace 18 años cuando estaban bajo el mandato de su padre, señor –defendió Freddie.

— ¡¿Cuáles injusticias?! –pregunto el hombre desafiante.

— Todas las redadas que su padre organizaba solo para robar y maltratar a la gente de escasos recursos, su padre se aprovechó del poder que se le dio para proteger a la gente, sino fuera por los Fénix, mucha gente habría muerto o desaparecido por órdenes de su padre –lo confronto el pelinegro.

— Mi padre solo hizo su deber, desaparecer todo la escoria de la sociedad, erradicar a los miserables y dañinos a la moral, los aberrantes –refiriéndose a los de orientación distinta– como tú –dijo estando muy cerca del pelinegro.

John alcanzo a escuchar lo que el hombre le dijo a Freddie y estaba por acercarse a él, pero fue detenido por el dientón.

— Veo que ya tienes un nuevo perro guardián –dijo mirando a John y notando el parecido del joven y el padre de este– ¿pero a quien tenemos aquí? –Sonrió burlón– otro Deacon, ¿Qué no se habían extinguido después de Noah? –pregunto recordándole

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