Era jueves por la mañana, Amelia volteo a ver su reloj despertador...
6:43 am
Faltaban 17 minutos para que sonará la alarma y ella se levantara para prepararse y salir a correr. Habían pasado dos días desde que Luisita la había ayudado en esa noche que con mucho esfuerzo solo podía recordar una escena:
Ella colocando su frente en el hombro del cuerpo que la sostenía mientras esta misma le curaba las heridas en sus nudillos. Tenía los ojos cerrados, la luz le molestaba y por lo tanto no sabía en qué lugar estaban.
-"¿Te arde mucho Amelia? Lo intento hacer con cuidado para no lastimarte" había dicho una voz dulce.
Amelia contestó con un pequeño beso en el hombro, era el hombro de Luisita.
Era todo lo que recordaba de aquella noche. Pensar en Luisita, ciertamente no le ayudaba en nada; la colocaba en un lugar vulnerable y a Amelia no le gustaba sentirse así.
Desgraciadamente, el trabajo tampoco era ya un refugio. Después de que supo que sospechaban de su ex compañera por traición, no quería regresar, no quería volver a un lugar donde dudaban de Sara. Ella había sido, era... muy importante para la morena.
Marina y ella habían platicado sobre cómo estaba esa investigación, le explico que la información que habían conseguido y que puntualizaba a Sara como la "soplona", era la grabación de una llamada, pero que nadie del departamento que estaba involucrado, la había escuchado aún. Se refería a la Capitana, a Amelia y a ella misma. Esos agentes estaban llevando la investigación de una manera muy cautelosa porque al distrito no le convenía que se dijera que su personal no era leal.
Esa mañana tenía una cita con la Capitana en su despacho, hablarían sobre el regreso a sus labores. Aunque con el hecho de lo que había pasado la noche del lunes y la madrugada del martes, estaba segura que la volvería a poner en espera. Marina le dijo que no había mencionado nada a nadie, pero seguramente Luisita, le habría informado.
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"¡Pase!" dijo la capitana después de que escuchó que golpearon la puerta de su oficina.
-"Capitana, vengo a reportarme con usted como habíamos quedado" dijo Amelia mientras entraba y cerraba la puerta.
-"Claro, siéntate. Sólo guardo este documento antes de que muera la batería de mi computadora o toda mi mañana habrá sido en vano"
La forma en que trataba Ia capitana a Amelia era de mucha confianza, siempre le comentaba cosas que incluso no estaban en el rango para que Amelia supiera, pero confiaba plenamente en ella y sus ideas siempre ayudaban. La morena por su parte, agradecía infinitamente la confianza depositada en ella por parte de su Capitana; el respeto y su mejor esfuerzo era con lo que siempre le respondía. Aunque eso no le ayudaba cuando castigos le tocaba pasar, generalmente por descuidos de su compañera Marina. La capitana sabía que no era culpa de la ojiverde, pero buscaba que al castigarlas a las dos Marina pudiera madurar un poco, aún no daba resultado.
Amelia se sentó e intento ocultar sus manos entre las piernas.
-"¿Qué te paso en las manos?" preguntó la capitana mientras cerraba su laptop.
-"Uhmm"
Amelia no sabía si era una pregunta de prueba. Si Luisita la había llamado para contarle todo y Amelia intentaba zafarse con una historia, sabría que le estaban mintiendo. La idea de haberse alcoholizado para luego meterse en una pelea callejera, no estaba en la lista de cosas que adoraba La capitana.
Pero Amelia quería escuchar esa cinta sobre Sara y si no regresaba a sus labores, los agentes nunca la visitarían. Se la iba a jugar.
-"Estaba aprovechando estos días para remodelar mi piso" empezó a decir, "Intente cargar una repisa, pero se me resbalo y me cayó encima de las manos..." finalizo su relato esperando lo peor.
