Cuando Yoongi decidió que sería compositor todo el mundo dijo que estaba loco.
El alfa era muy bueno académicamente y, a pesar de lo pobre que su familia era, fácilmente podría acceder a una beca en una buena universidad por sus habilidades en el baloncesto.
Pero Yoongi ya había fijado rumbo en el GPS de su vida, literalmente. Agarró su auto de segunda mano, fijó la dirección y salió rumbo a Seul gritando que solo volvería a Daegu con un rolex y un Grammy.
Ni rolex, ni rolax.
Terminó aceptado en una pequeña y nueva empresa y pues ahí está.
Tiene una sofá de tres plazas y una pequeña oficina propia, y eso está bastante bien para él. Puede tomarse una cerveza y hecharse a dormir, sin correr riesgo de que alguien lo atrape, lo cual es bastante bueno.
Y tiene a su querido apartamento de mierda. Sí, él lo llama así. Es de cariño.
Es un diminuto apartamento en una segunda planta de un viejo edificio, pero al menos es solo suyo. Por muchos años tuvo que compartirlo con NamJoon y su novia pero, tras larga espera, es suyo para presumir.
Mas o menos.
—Min, hay algo creciendo vivo en tus paredes. —se quejó Jennie, recorriendo con su dedo perfectamente cuidado la pared gruesa del baño. —¡Iugh! ¡Es moho!
<<Exagerada.>>
—No es..., eso. —negó el alfa, recibiendo una mirada amenazante de la omega. —Bueno, quizá sea moho. Pero ¿yo te invité a mi cuchitril, Jen? No, no te invité a mi cuchitril.
—Vine a hacerte comida, cerdo malagradecido. —gritó la rubia.
Para ser tan bajita, su hermana tenía una voz muy potente.
—Tu y la otra psiquiátrica están empecinadas en hacer de mi vida su proyecto de ayuda al pobre. —gruñó Yoongi mientras pasaba una toalla por el espejo empañado frente al lavamanos. —Yo soy el hombre de esta familia, Jen. Se supone que-...
—No es ninguna psiquiátrica. Es tu hermana mayor. Y me vale dos mierdas que seas el hombre. MoonByul es tan alfa como tu y papá, y no la ves presumiendo de ello. —chilló, agachándose a recoger la ropa sucia que había caído del cesto. —Eres mi oppa, y voy a ayudarte en todo lo que pueda. Esta mierda de apartamento se caerá sobre tu cabeza y yo no voy a poder dormir nunca mas por el remordimiento.
Yoongi podría empezara a discutir con Jennie, pero no los llevaría a ninguna lado. La omega era fuerte y testaruda como ninguna, y parecía tener la energía que le faltaba a todos los Min.
Cuando Min Jennie se obsesionaba con algo no pararía. Y su meta en la vida parecía ser que Yoongi viviera como la gente decente, no la culpen.
—Eres muy bueno en lo que haces, oppa. No es justo que te la paces rascándote los huevos porque no hay trabajo. —dijo ella, callando el pobre intento de refutar que hizo el alfa. —Así que tiré de mis hilos y...
—¿Qué mierda hiciste?
La cara de la omega se volvió rosa, y sus ojos no parecían poder mirar al alfa. Esa era justo la cara que hacía cuando aun era una cachorita y rompía algo. Era preocupantemente tierno.
—Te inscribí en unas audiciones en mi compañía. —dijo rápidamente, mientras salía corriendo del pequeño baño.
No es que tuviera mucho lugar para correr. Y la voz de Yoongi podía ser especialmente aguda cuando gritaba, así que su "¿Qué mierda dijiste?" se escuchó hasta en la casa de arriba.
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Our Baby Steps © ym
RomanceDonde Jimin es un bailarín omega de treinta y cuatro, con problemas de ira, un montón de sobrinos y ningún hijo propio y Yoongi un compositor de veintisiete, alfa consagrado a la soltería y un vago. Puede que se conozcan en un club y dentro de nueve...