🍍7 - Al menos eso...

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Yoongi estaba en terreno desconocido aquí. Sus ojos vendados y su juicio comprometido.

Había dormido con Park jodido Jimin. Su crush de adolescente. Posiblemente el causante de su primera erección y de un sinfín de sueños eróticos que terminaban con un lío en sus sábanas.

Y no lograba recordar nada.

Todo estaba en blanco y, para empezar, ni siquiera estaba seguro de que hubiese pasado algo sino fuese por el punzante dolor en sus caderas y el mapa de marcas en el cuerpo del omega.

¡Y qué cuerpo!

Park Jimin era otro nivel. Con certeza el omega más ardiente que sus ojos hubiesen visto. La piel más suave y las curvas más perfectas de entre todo lo antes experimentado.

Así que no se tomó a mal que su lobo hubiese quedado algo encaprichado con el omega luego del "revolcón". Después de todo, Jimin fue su primer flechazo y lucía como un jodido dios en su desnudez.

Era normal sentirse irremediablemente atraído.

Lo que no explicaba que su alfa le obligara a correr, literalmente, tras el otro.

Por. Toda. La. Puta. Compañía.

Yoongi pasó las siguientes tres semanas luego de su contratación (y su revolcón) corriendo tras Park Jimin como si fuese su perrito abandonado. Moviendo su cola incluso, como un chucho feliz y obediente.

Yoongi no es un chucho.

Es un alfa, tiene veintisiete y le gusta estar soltero, muchas gracias. No va a perder la cabeza por un omega y su perfecto trasero en mallas. ¿Y por qué diablos Jimin-amargo-Park se pasea en mallas casi transparentes por toda la empresa? ¿Pretende volverle loco o algo así?

—Los bailarines visten así, Yoongi-ah. —explicó TaeHyung, con quien estaba trabajando en la reescritura de varias piezas. —Mi propio omega ama andar con esas ridículas mallas blancas y sin nada arriba. Dice que se puede mover mejor. Puras mierdas.

TaeHyung era un alfa de treinta y cuatro, con un omega bailarín y cinco cachorros. Compartía la ira de Yoongi por las mallas de ballet.

A Yoongi le agrada TaeHyung.

—¿Eres amigo de Jimin? —preguntó luego de un rato.

Era simple curiosidad. No porque quisiera saber nada sobre el hombre o sus cosas. No quería nada relacionado con el omega salvo, quizá, volver a dormir con él y sacarlo fuera de su sistema de una vez por todas.

Eso estaría perfecto.

TaeHyung peinó hacia atrás sus largos mechones oscuros y le dio una mirada que Yoongi solo pudo categorizar como amenazante.

—¿Por qué quieres saber? —inquirió, aflojando la corbata maltrecha. —Se que pasa algo entre ustedes, Yoongi. Jimin me contó que viven en el mismo edificio y habló más mierdas de ti que de cualquier ex-novio que haya tenido. ¿Alguna razón para que te odie?

Yoongi suspiró, contrariado. ¿El omega habla de él?

—S-solo tengo curiosidad sobre él, es una leyenda viva. Eso es todo.

—Jimin es muy famoso. Pero no me parece que quieres saber sobre el bailarín, ¿cierto?

Incómodo, Yoongi negó con la cabeza y se remojó sus resecos labios. Este alfa, Kim TaeHyung, estaba francamente asustándolo.

—Escucha, Yoongi. —dijo. —A penas te conozco, pero me agradas, así que seré sincero contigo. Jimin es mas que mi hermano, y es un gran omega. Pero definitivamente no está disponible para  lo que sea que buscas. No juegues con él y déjalo solo.

No juegues con él.

No juegues con él.

Déjalo solo.

Pero Yoongi se ve tan atraído por este omega que su promesa no pudo mas que romperse. Guiado por su alfa a acercarse cuanto pudiera al otro.
Y luego sucedió ese desastroso almuerzo.

En su comienzo, Yoongi creyó que sería una buena idea. La mayoría de los omegas solo querían encontrar un alfa que supiera escuchar y él estaba dispuesto a jugar la fantasía. Escucharía a Jimin por horas si ese le garantizaba que volvería a anudarle.

Pero todo salió mal. Desastroso e incorregible. Yoongi solo terminó escogiendo el peor de los temas y, una vez en él, no supo encontrar el modo de salir ileso de allí.

Y la expresión triste del omega lo golpeó como no creyó que pudiese. La máscara de frialdad e indiferencia cayendo y los ojos verdosos poniéndose brillantes.

Por él.

Él hizo que el omega se entristeciera. 

Todo era su culpa. Suya. Solo suya.

Su lobo, enojado, prácticamente se rebeló en su pecho. Gruñendo y arañando casi como si quisiese salirse.

Y la tensión aumentó y aumentó, hasta que Yoongi se sintió enfermo. Francamente aterrado de haber herido al otro y haber perdido..., lo que sea que había entre ellos. Tanto que, pese a lo desaconsejable, terminó apareciendo frente a su puerta cuatro días después de la discusión.

A punto de explotar.

—Tenías razón en todo. Intenté ganarme tu confianza para volver a dormir contigo. —admitió abochornado, quizá por primera vez en mucho tiempo. —Hice toda esa movida del almuerzo y la charla profunda porque es lo que normalmente hago con los omegas que quiero follar. Tenías toda la razón conmigo.

Pudo ver el momento exacto donde la confusión de Jimin se convirtió en enojo. Dios, lo había jodido tanto.

—Y lo lamento, hyung. Fui un inmaduro y un insensible. No tenía derecho alguno de tocar ese tema contigo, o cualquier tema, en realidad. —suspiró, pasando las manos por su cabello negro y enmarañado. —No eres la clase de omegas con los que suelo estar y solo..., me quise pasar de listo, supongo. Lo lamento profundamente si te ofendí, Jimin-hyung.

El omega bajó la mirada y él lo supo. Era demasiado obvio que Jimin no tenía intenciones de perdonarle, pese a verse confundido y dolido. Ya estaba. No era mas complicado que eso. Jimin estuvo fuera de sus límites desde el inicio.

Aun así, Yoongi no pudo ignorar la tensión en sus entrañas. La petición de su alfa.

Cuando recuperó su conciencia, el cuerpo mas pequeño y fibroso de Jimin estaba apresado entre sus brazos. El olor dulce y frutal siendo todo lo que Yoongi podía sentir, nublando su juicio y sus habilidades hasta volverlo un rústico alfa.

¿Y estaría tan mal marcar con su olor al omega?

De repente, eso es todo en lo que puede pensar. Su cabeza aturdida por las hormonas y la forma en la que este omega luce y se siente entre sus brazos.

Perfecto.

Su alfa deseando llevar a este omega a una cama y mantenerlo lleno, anudado y feliz. Por días, hasta darle un par de cachorros.

Por supuesto, Jimin no quiere lo mismo de él. No quiere nada con él y la certeza de eso desinfla por completo su pecho. Su lobo se hace más chico y se arrincona con las orejas caídas.

Tomó una lenta respiración e intentó sonar sincero cuando aseguró: —De verdad quiero ser tu amigo, Jimin. Quiero ser tu amigo sin pretensiones de ningún tipo. —«al menos déjame tener eso.»

Y respiró aliviado cuando el omega asintió contra su cuello.

«Al menos eso »

[🍍]

Fin del maratón.

Espero les guste. Tengo muchas ideas y tonterías para este fic (aunque es cortito) 👉👈😆
Aunque no lo crean, aquí fue uno de los tres dramas que tendrá  toooda la historia.
Y,sí, el YoonMin destinados como en casi todos mis fics. 😉


Our Baby Steps © ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora