Hay una cosa extraña sucediendo y tiene que ver con la boca de Yoongi. Su lengua y sus labios, para ser mas exactos. O, quizá, su calor.
Jimin no va a ponerse a diseccionar dónde está el problema si, en fin de cuentas, el resultado es el mismo.
La boca de Yoongi lo destruye.
Lo convierte en una masa amorfa de barro esperando ansiosamente por las manos del artista para tomar forma y, para colmo, lo hacen comportarse como todos esos omegas que el critica.
Caliente y animal.
Desesperado por mas besos.
Gimoteando por ser follado, como lo haría una puta omega.
El pensamiento hizo que gimiera agudamente. Su mente emborronada por el olor a alfa y por estar haciendo justo lo que ha criticado toda su vida. Lo que su madre siempre ha dicho que es malo.
No se siente malo para nada. Se siente más omega y más delicado de lo que se ha sentido nunca. Quiere sentirse así siempre. Pequeño y dócil para este alfa. Con Yoongi y solo Yoongi.
Ni siquiera se da cuenta que se están moviendo, enfrascado en chupar la lengua del menor. Siente que quiere llorar de lo bien que se siente. Y la satisfacciones de obtener lo que ha ansiado por días, hace que su entrada palpite como solo sucede en sus celos.
Entonces caen y, oh dios, Yoongi los ha llevado hasta el sofá y su cuerpo se ha acomodado sobre el del alfa, dócil. Las manos lo sostienen quieto en su lugar y el olor a excitación se dispara en la sala.
Yoongi baja sus besos por toda su mandíbula y cuello, y Jimin está demasiado ido para pensar en que el alfa verá su marca y sabrá cuanto esmero ha puesto en ella. Solo se percata de eso cuando siente la sonrisa contra su piel y la lengua surcando en los pliegues rosados de la mordida.
—¿Cuidaste bien de mi marca? —arrastra Yoongi, dejando besos desperdigados sobre la cicatriz. Huele especialmente dulce en esa parte. —Fuiste un buen omega y la cuidaste mucho, ¿cierto?
La cabeza de Jimin asiente enérgicamente y ni siquiera él es consciente de su estado.
Solo quiere que el alfa sepa lo bueno que es. Lo mucho que cuidó su marca. Lo bien que se portará para obtener otra.
Deja el cuello hacia un lado y exhibe orgulloso la mordida, en espera de recibir mas halagos. Mas que halagos, si hay suerte.
Quiere ser mordido. Joder. Quiere tanto ser mordido que sus ojos ruedan hacia atrás cuando siente la boca del alfa chupando sobre la marca con delicadeza.
Yoongi se puso rígido contra él, apartándose de su cuello para mirarle. Sus ojos oscuros y tan intensos que el omega se sintió estremecer.
—¿Quieres que vuelva a morderte?
Si Jimin estuviera menos excitado y más en sus cinco sentidos, se habría sentido cohibido de hablar. Pero, en la situación actual, con su cabeza nadando en las feromonas alfas y su entrada apretada sobre el regazo vestido de Yoongi, lo máximo que logró fue sonar desapegado.
—Puedes hacerlo si quieres. —murmura. —Si tu quieres. Puedes hacerlo, no me importa.
«Solo he pensado en ello la última semana, sin parar. Solo eso. No es gran cosa.»
Yoongi gruñó y Jimin sintió calor en todas partes. Su cuello cosquilleando con la respiración suave sobre el. Quería esa boca sobre su cuello. Quería tanto ser marcado que se desconocía a si mismo.
Los dientes de Yoongi se enterraron de nuevo sobre la piel que cubría su glándula olfativa y Jimin gritó cuando el placer recorrió su cuerpo. El aroma de Yoongi moviéndose por todas partes mientras continuaba chupando su cuello, olía a mío, mío, sométete a mi, omega. La mordida se sentía mas profunda y mas real que la primera. Jimin olía completamente como el alfa y nada parecía ser mejor que aquello.
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Our Baby Steps © ym
RomanceDonde Jimin es un bailarín omega de treinta y cuatro, con problemas de ira, un montón de sobrinos y ningún hijo propio y Yoongi un compositor de veintisiete, alfa consagrado a la soltería y un vago. Puede que se conozcan en un club y dentro de nueve...