Yoongi ha estado en un sinnúmero de clubes desde que comenzó a tener vida nocturna. Mientras vivía en Daegu, él y sus amigos conseguían identificaciones falsas y arrasaban los lugares nocturnos incluso antes de los veinte.
Puede que ahí comenzara su vieja tradición de follar con omegas desconocido. Siendo un vago, que lo es, la idea de una relación era demasiado estresante y trabajosa. Tenía mucho mas sentido que buscara saciar sus frustraciones en otros cuerpos que buscaban lo mismo.
Y le funcionó.
Hasta que apareció Park Jimin.
La idea de querer repetir lo llevó a acercarse y lo demás es historia. Tres meses después, Yoongi se da cuenta que a penas y se ha separado del omega. Quizá porque viven cerca y trabajan juntos, pero ese no era el punto.
Lo realmente impactante era que llevaba esos tres meses sin follar nada. Ni siquiera un trabajo manual en un callejón oscuro, o una mamada medio hecha en un baño.
Nada en lo absoluto.
Y quizás eso cambiaría esa noche.
O al menos eso le pareció cuando llegó al club de moda en la temporada, el cual estaba al reventar. Los olores se mezclaban de manera atractiva y, para su suerte, las feromonas omegas flotaban dulces por todas partes.
Y no es que Yoongi fuese exigente. Follaría a un alfa si este quisiera. No es como que no lo haya hecho antes. Pero los omegas son su perdición. Quiere culpar a su naturaleza por ello.
Sus ojos viajan por todo el local y entonces hacen contacto con otros. Perfectos ojos negros en un perfecto omega de piel canela y labios delgados. El chico le mira tanto como él, haciéndoles saber que también esta interesado. Y poco después Yoongi camina en su dirección.
El chico está completamente feliz cuando se mueven hacia la pista de baile. Toma a Yoongi por un brazo y tira de él hasta que se integran al grupo de cuerpos que se mueven sin mucha coordinación. Y Yoongi tiene una sonrisa en su cara, y se siente tan enajenado y vacío como solía sentirse antes.
La simple acción de cazar a alguien es algo que a echo cientos de veces y ya no le sorprende. Los pasos se repiten con todos y, ahora mismo, están teniendo el innecesario calentamiento antes del acto final.
El omega está dándole la espalda y, mientras finge bailar, se las arregla para frotar su culo en los lugares correctos. Haciendo círculos y pegándose tanto que, sino fuese por su propia frustración, Yoongi creería que está mas desesperado que él.
—¿No te gusta? —murmura el chico mirándole confundido.
Y puede que se deba a la falta de erección de su parte, pero Yoongi trata de no pensar en lo que eso podría significar. El chico es sexy, por dios, ¿qué mierda está mal con él? En otros tiempos ya estarían follando en su departamento o en un baño o..., a lo mínimo su pene estaría duro.
Ahora, con sus manos en la caderas del omega y sus labios rozando su nuca, no puede evitar comparar qué pasaría si este fuese Jimin y no un omega cualquiera. Si, en vez del jean ajustado del chico, rozara contra él las finísimas mayas de ballet que Jimin usa.
Y que se empiece a poner duro con solo ese pensamiento le hace saber lo mal que ya está. Lo profundo que ha caído, tanto física como emocionalmente, por su vecino.
Pero Jimin no le ve así. Nunca va a existir nada con Jimin y, por mas lamentable que suene, no quiere arriesgar su amistad por algo que no va a ocurrir. Prefiere tener a Jimin de esa manera; confiando en él y permitiéndole cosas que no le permite a nadie.
Que esté medio enamorado de Jimin no va a joder su relación. Para eso está en un club, ¿cierto? Va a follar por ahí hasta que encuentre la forma de no pensar en Jimin durante cada segundo del día. Eso funcionará.
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Our Baby Steps © ym
RomanceDonde Jimin es un bailarín omega de treinta y cuatro, con problemas de ira, un montón de sobrinos y ningún hijo propio y Yoongi un compositor de veintisiete, alfa consagrado a la soltería y un vago. Puede que se conozcan en un club y dentro de nueve...