El rostro de Hyunjin se tornó en una mueca en cuanto oyó, desde su ventana, los llamados emocionados de su vecino que demostraba casi a la perfección todo lo que le pasaba por la mente en aquel momento: la anticipación hacía que sus piernas flaquearan, mientras que una gran sonrisa positiva escapaba de sus grandes labios. El tono agudo y agitado como si hubiese corrido una maratón de la voz de Jisung le transmitía todo lo que quería decirle incluso antes de hacerlo.
Para cuando estuvo en frente del imponente portal al que ya se había acostumbrado a ver todas las mañanas, los pasos rápidos de adentro se habían detenido. El muchacho con sus características ojeras negras pero con el aura de la persona más descansada del mundo apareció ante sus ojos con el semblante levemente elevado hacia arriba.
—No me digas que... —comenzó a hablar el invitado una vez que estuvo de pie en el comedor, sin embargo, Jisung asintió con emoción y exclamó sin dejarlo finalizar:
—¡Sí! ¡Apareciste!
Si cualquier persona ajena a ellos los viera abrazarse tan alegres como lo hacían en aquel momento, pensaría que aquellas dos palabras no eran para tanto y que no se trataba de nada más que de dos muchachos siendo unos exagerados. Hyunjin lo fue aprendiendo a medida que narraba sus avances con Jisung a sus dos mejores amigos; ellos podían escucharlo con plena atención y felicitarlo cada vez que terminaba de hablar, pero de ahí a que lo entendieran y se pusieran en sus zapatos había una gran grieta. No es que no tuvieran ganas, no cabía duda de que Felix y Seungmin pasaban horas intentando comprender la relación de su mejor amigo y su vecino. Pero la conclusión siempre era la misma: sólo ellos dos se entendían.
Y por parte de Jisung estaba Minho. La caótica vez en la que el mayor de ambos irrumpió en su casa unos minutos luego de que Hyunjin se hubiese ido habían acabado poniéndose al día. Minho le había contado feliz los detalles de su nueva relación, mientras que el de mechas castañas dudó demasiado ante la mención de Hyunjin. No sabía si contarle todo o si hacer hincapié en el "sólo es mi vecino" de siempre. Los ojos suplicantes de Minho lo penetraron hasta derribar su muro, y ahí fue que Jisung se regañó a sí mismo mentalmente. ¿Cómo era capaz de dudar de aquella forma sobre Minho, su mejor amigo desde siempre? Terminó por confesarse. Aunque Minho no lo entendiera del todo, el menor pareció notarlo menos tenso. Quizá el saber finalmente lo que su mejor amigo y su vecino se traían lo había tranquilizado.
—¿Cómo fue? ¿Dónde estaba? ¿Cómo me veía? —Hyunjin comenzó con el bombardeo de preguntas en cuanto tomaron asiento en la mesa de la cocina. Lucía como un niño en navidad y Jisung se tomó el tiempo de guardar aquella imagen en su memoria antes de responderle.
—Vos eras un bailarín. Se ve que a partir de ahora vamos a trabajar juntos en la apertura de un restaurante nuevo, el alcalde nos juntó a los dos... te vi saliendo del baño de una cafetería y me sorprendí. Probablemente porque tenía un prejuicio con los bailarines y vos parecías ser todo lo contrario.
—¿Un prejuicio? —Hyunjin arrugó la nariz una vez que el otro joven hizo silencio —¿Cuál era?
Jisung se encogió de hombros y le dio un sorbo al mate. —Que los bailarines son unos engreídos. Que se creen los mejores por saber levantar la piernita.
Hyunjin no pudo evitar soltar una carcajada. El menor alzó la cabeza y esperó a que hablara. —Bueno, hay algunos que son así. Pero algo me dice que yo no. No sé, ¿mirá si te terminás enamorando de mí?
—¿De vos? —el castaño detuvo el recorrido de la bombilla hacia sus labios para repetir sus palabras —¿Decís?
Era el turno de Hyunjin de levantar los hombros. Su mueca desentendida y despreocupada daba a entender que cualquier cosa podría pasar, y Jisung devolvió la mirada de nuevo a la mesa, quedándose inquieto. Estaba comenzando a reparar en aquellas probabilidades cuando el chirrido de la puerta principal resonó en la cocina, y el sonido de unos tacones hizo su presencia en toda la casa.
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moles 》hyunsung.
Fanfictionaquel mito sobre las almas gemelas que andaban esparciendo por el barrio tenía a hyunjin sin poder dormir. por otro lado, a su vecino jisung no podría importarle menos. lo único que rondaba por su cabeza eran sus incesantes pesadillas.