1. "Un día raro"

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Me levanto de mi cama, como quisiera quedarme aquí, donde nadie me juzga, aunque tenga pesadillas, de vez en cuando tengo sueños magníficos.

Estoy toda adormilada, pero hago el esfuerzo de deshacerme de las sabanas, no quiero que mi padre vuelva a pegarme por levantarme tarde. Todos los días debo levantarme a las 4:30 AM para prepararme, hacer el desayuno, preparar la ropa de mi padre y madre, y luego levantarlos. Después de eso tomar una manzana e irme a la parada del bus que va a la escuela a desayunar, y recibir burlas.

Me vestí con mi vestido blanco y negro. También uso unos leggings y unas botas de converse negras que me llegan a la rodilla. Me despeine mi cabello negro azabache y lo eche hacia un lado poniendo una diadema blanca con un lazo enorme con notas musicales.

Tomé mi mochila y me dispuse a levantar a mis padres. Mi papá me dio dos dólares y casi a empujones me sacó de la casa.

De camino a la parada me comí la manzana y cuando llegue boté lo que no me comería en el zafacón que estaba ahí. Me senté allí y vi mis brazos. Mis pálidos brazos con cicatrices. No han sido cortes profundos, pero me hacen sentir dolor lo que confirma que sigo viva.

- Hola ¿Me puedo sentar? - preguntó una voz desconocida a mis espaldas. Voltee mi rostro para verlo y me encontré con un chico muy guapo, mentiría si digo lo contrario

Yo solo me dedique a asentir lentamente. Soy algo tímida con conocidos peor con desconocidos.

El chico guapo se sentó a mi lado y puso sus manos en las rodillas, mientras veía para diferentes lados. Estaba ¿nervioso?

- Hola, soy Gabriel - saludo extendiendo su mano - Tu

Dude un poco pero luego de ver q mantenía su brazo ahí le di la mano.

- Soy Andrea Cristal - le respondí con la cabeza gacha.

- Soy nuevo, mis padres y yo nos acabamos de mudar aquí al lado - señalo la casa q estaba al lado de la mía.

- Ooo...... o sea q son mis nuevos vecinos - mostré una sonrisa leve y mirándolo a los ojos.

Es un chico muy guapo debo admitir, va a encajar muy bien con los populares de la escuela.

- Ooo... en serio... Genial! Oye ¿A q escuela vas?

- Ah la escuela del pueblo - le dije rápidamente - ¿Tú?

- Vaya, vaya iremos a la misma. - me dijo con una perfecta sonrisa

- Bueno si quieres tener amigos... No deberías pasarte conmigo - le dije viendo al frente

- ¿Por qué? Hasta el momento me caes bien

- Porque... Soy la rara, todos me odian, se burlan, me golpean y molestan. Solo por ser fea, rara, emo, por mi música y por cualquier estupidez. - le dije rápidamente

- Oye, pero eso es bullying. Deberías decirle a los maestros, director y a tus padres - me dijo casi alterado

- Pfff... los profesores son unos asquerosos. Las maestras unas putas y los maestros unos pedófilos. Solo la psicóloga es buena. El director parece no existir, no hace nada y mis padres... Mis padres no escuchan - no me atrevo a decirle q me pegan. Nadie lo sabe, solo mis hermanas.

- Solo inténtalo ¿Si?

- No ya lo intente

- Por fa!!

- Dije q no! Oye ni siquiera te conozco bien y ya me pides cosas. No eres nadie para pedirme nada!! - le grite y en eso llego el bus.

Me subí dando grandes zancadas molesta y me senté como siempre en el ultimo asiento, me puse mis audífonos e ignore q Gabriel se había sentado frente a mi y trataba de hablarme.

Mil razones para matarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora