Pero Özgür Atasoy , aunque quería a su familia, se había rebelado contra sus costumbres desde que era un adolescente. Desde el día que se conocieron, le había impresionado que le interesaran más sus pacientes, que su estatus social o el coche que conducía. Nada que ver con su renombrada familia a la que, sin embargo, quería y respetaba… al menos, hasta que se marchó a un diminuto país africano, Mbuka, para unirse a Médicos Sin Fronteras, cuando lo que ellos querían era que fuese, un famoso cirujano en Melbourne.
¿Habría vuelto para hacer, lo que su familia esperaba de él?
Ezgi sacudió la cabeza. Fuera como fuera, las cosas eran diferentes ahora.
«Ya no soy la chica que huía, de la amenaza de los Atasoy ». «¡Esta vez me quedaré, para pelear!» Entonces se dio cuenta de que estaba pálido y que cambiaba el peso del cuerpo al otro pie, para estar más cómodo.
—Siéntate, Özgür . Y pon la pierna en alto, si te duele.
—Cuidado —sonrió él—. Podría pensar que te importo. Esas lágrimas, la preocupación por mi pierna… —murmuró, cojeando hasta la tumbona que Ezgi había comprado, en una tienda de segunda mano.
El bastón cayó al suelo con estruendo… y el hechizo se rompió. Özgür era dolorosamente familiar y a la vez distante, lejano. El hombre al que una vez había amado con todo su corazón, ahora era un extraño y los recuerdos de todo lo que habían compartido sólo aumentaban, el malestar de aquel encuentro.
«Somos los padres de Casey , tenemos una hija en común. Eso es todo lo que podemos ser».
—No juegues conmigo, Özgür —le dijo, cortante.
No podía evitarlo. Se parecía tanto al hombre del que se había enamorado, desesperadamente… El Özgür que le había dado la vida, el hombre que la había enseñado a reír, a amar.
Tenía que enterrar esos recuerdos. Özgür era el padre de Casey, pero también era un Atasoy. Y, sin duda, seguiría manteniendo una estrecha relación con su familia, como siempre.
Y sus padres eran los que intentaban demostrar que era una mala madre, los que intentaban quitarle a Casey.
A David y Margaret Atasoy , un matrimonio muy influyente, les daba igual que ella se quedase sola. Para ellos, Casey era una Atasoy y merecía algo más que una madre huérfana y pobre, que sólo podía darle cariño. Habrían querido que le diera la vida a Casey y desapareciese después, como si nunca hubiera existido.
¿Y si era por eso, por lo que Özgür la había buscado? ¿Habría vuelto, para llevarse a su hija?
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Nuevos planes
Romance¿Qué harías si el marido que creías muerto reapareciera en tu vida con la intención de retomar las cosas donde las dejasteis? Özgür había desaparecido hacía seis años y a Ezgi no le habían quedado más que buenos recuerdos... y una hija a la que c...