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No pensaba en nada, no tenía remordimiento alguno de lo que hizo su alfa. Si Jungkook se le cruzara por en frente lo empujaría de nuevo, tal vez ahora mucho más fuerte que antes si es que eso era posible, solo sabía que gracias a las palabras del lobo se había dado cuenta de muchas cosas que antes ni siquiera imaginaba.

Es cierto, no todas las personas son buenas, ¿En qué rayos pensaba?

Nunca hay que confiar plenamente en nadie porque nunca se sabe lo que pueda llegar a pasar en un futuro, nunca se sabe si solo te buscan por interés o si solo te buscan para joderte la existencia.

Ahora aquella pequeña parte que le decía que lo que hizo estaba mal había desaparecido; estaba completamente seguro de lo que debía de hacer, alejar a las malas personas de su vida para que así no tenga oportunidad de hacerle daño.

Recordaba la postura y actitud de su alfa y quería ser como él; completamente serio, sin ninguna sonrisa, se le veía fuerte y cualquiera tendría miedo de lastimarlo.
Eso era lo que él quería.

 Aunque de todas maneras, ¿Por qué de la noche a la mañana su alfa había cambiado de personalidad? Siempre había sido un lobo muy amable, feliz y solidario con todo el mundo, dispuesto a darle la mano a quien lo necesite sin esperar nada a cambio; ¿Por qué de pronto había cambiado?
No sabía ni le interesaba, tal vez solo cambió al ver lo que pasó con Jungkook; simplemente le restó importancia y decidió dejar de pensar en él porque no valía la pena siquiera pensarlo.

Centró su mente en su mejor amigo, él era la único en el cual confiaba, lo apoyó en todo y siempre se ponía en su lugar, nunca lo criticó, nunca lo reemplazó. Siempre fue igual de buena persona y debía protegerlo para que nada ni nadie lo corrompiera.

Llegó a la casa de Jimin y tocó el timbre, esperó unos minutos cuando Namjoon lo recibió tras la puerta.
De inmediato cambió su semblante a uno alegre como siempre estaba.

— ¿Taehyung? Que gusto verte, Jimin no me había dicho que venías

— Hola Namjoon hyung; sí y lo siento por venir sin avisar pero quise saber cómo está Jimin, ya sabe, por lo que pasó a la salida

— Ah claro, no te preocupes, pasa, él está en su cuarto.— Se movió de la puerta dejándole ingresar y luego cerró esta — ¿Gustas algo de comer?

— No, muchas gracias hyung, estoy muy bien, comí en el camino.— Rió un poco — Luego usted también nos tiene que contar todo acerca de Jin hyung eh

— Seguro, luego les cuento todo lo que quiera, apuesto a que estas ansioso por ir con Jimin y hacerle muchas preguntas, ve, él seguro sigue gritando mientras abraza su almohada por la emoción

— Apuesto a que sí, permiso.— Hizo un a reverencia y subió por las escaleras hacia la habitación del omega.

Nam se percató que había algo diferente en Tae, algo no andaba bien; estaba diferente, como si fuera un gemelo del cual nunca les contó.
Pensó que tal vez era su imaginación y dejó de creer cosas raras, aunque de todas maneras lo iba a chequear de vez en cuando.

Por su parte el menor llegó al dormitorio de su mejor amigo y tocó la puerta tres veces, aunque de todas maneras podía oír desde afuera los chillidos de felicidad de Jimin.

La puerta se abrió dejando a la vista la cabecita del omega, quien lo miró extrañado

— ¿TaeTae? ¿Qué haces aquí?.— Rió un poco y lo jaló de la muñeca para que entrara

— Lamento tomarte por sorpresa pero es que necesitaba que me cuentes en persona todo lo que pasó hoy con Yoongi; quiero detalles

— ¡Ahhh!.— Chilló de nuevo mientras se tiraba a su cama, cubriendo su rostro con una almohada y moviendo sus piecitos como un niño pequeño emocionado — Amé este día, quiero regresar el tiempo y pasar más tiempo con él, estoy muy feliz Tae, quiero llorar

Learning To Love Myself [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora