Learning To Love Myself [Yoonmin]

007

Jimin

— No... Mi cabello no...— Mis ojos comenzaron a aguarse y de la nada millares de lágrimas empezaron a salir de estos, la ropa no me importaba, pero mi cabello no podía quedar con una mezcla de verde neón y de azul pastel, voy a parecer un lunático si mi cabello queda así.

Comencé a llorar mucho más audiblemente.

¿Acaso lo que le hice a Yoongi fue tan malo... Para que me pagara... Así?

No me importó mi estado y decidí entrar nuevamente a la cabaña, me acerqué hacia la cocina y Seokjin oyó mis hipidos. Volteó su cabeza y cuando me vio bien casi avienta una olla para correr a verme, se arrodilló delante mío y me preguntó.

— ¿Qué fue lo que te sucedió Jiminnie?

— Él...— Sorbí la nariz, no podía hablar mientras lloraba, mis vías respiratorias se encontraban muy obstruídas — Él se vengó...

Jin hyung se quería acercar a abrazarme, pero me alejé de sus brazos para así no manchar de colores estruendosos sus prendas de ropa.

— Ay Jiminnie... Juro que lo voy a golpear cuando lo vea

— N-No estoy llorando por eso...— Volví a sorber mi nariz

— ¿Acaso él te hizo algo más?.— Preguntó mi hyung exaltándose y muy preocupado

— Esque... Creo que esta pintura no sale y me manchó mi cabello

— No, No, Jiminnie no llores. No creo que Yoongi sea tan malo como para poder hacerte eso. Seguramente esa pintura es lavable y solo quiso asustarte, date una ducha y verás que la pintura saldrá, pero ya no llores pequeño...

— P-pero... ¿Y si no es así?.— Me asusté con mis propios pensamientos y volví a llorar — No quiero tener cabello de resaltador verde...

— Jiminnie no seas pesimista, ya verás que eso saldrá pronto...

— Bueno...— Tallé mis ojitos — Supongo que nunca lo sabré hasta que me bañe...
Iré a ducharme hyung

— Está bien Jiminnie, para cuando salgas ya estará listo nuestro desayuno

Asentí y me dirigí al cuarto, tomé mi toalla, el shampoo y el acondicionador que usaba; luego me metí a la regadera y regulé el agua para que estuviera tibia.

Cuando estuvo en la temperatura que me gustaba, adentré mi cuerpecito en el agua, me asusté un poco cuando la pintura no se desprendía. Tomé el jabón y lo pasé por mi cuerpo, luego froté fuertemente con mi mano y volvía a entrar el agua.

Ciertamente, la pintura salía, pero no de la manera que yo quería. No se desprendía casi nada. Con mucho esfuerzo logré retirar lo que tenía en mis brazos y cuello, pasé mucho tiempo en mis piernas, tenía un short y me manchó completamente de las rodillas para abajo.

Tallé con toda la fuerza que pude, mi piel comenzaba a arder y a tomar un color rojizo, pero no me importaba porque la pintura había desaparecido de mis piernas. Luego me dirigí a mi rostro, con mucha fuerza lo enjaboné y me lavé, pero al no ser cuidadoso me cayó un poco de jabón al ojo y eso me ardió demasiado, dejando mi vista borrosa unos minutos.

Con mayor fuerza que antes, fui tallando mi rostro hasta que, poco a poco, aquellos colores llamativos se iban desprendiendo de mi piel.

Luego la peor parte...