Capítulo 28: "Heroína y Villano"

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El fuego negro había tomado el control, sin embargo, aún seguía consciente y lo podía usar a voluntad. Sabía que de esa forma no era muy fuerte, pero era lo necesario para poder alcanzarlas.
Corrí atravesando a demasiadas Amalgamas que se ponían en mi camino. Mis llamas estaban haciendo todo el trabajo, ya que incineraban rápidamente a todo lo que se iba poniendo frente a mí.
La montaña se veía cada vez más grande conforme me acercaba y el reino se iba haciendo más pequeño.
Una vez que había destruido a gran parte de las defensas de las Amalgamas, logré llegar a la entrada de aquella montaña, la cual igualmente estaba custodiada, pero los guardias estaban muertos por alguna razón.

» Beck... «

Algo dentro de mí me decía que ella era la responsable de tantos cuerpos de Amalgama muerta por toda la entrada hacia lo que parecía una cueva.
Me adentré sin miedo y avancé, encontrándome por el camino con una cantidad sin fin de cuerpos destrozados y alguna que otra bala de escopeta.
Una luz provenía desde la lejanía y me hizo pensar que estaba a punto de llegar a alguna sala o lugar importante; no me equivoqué, ya que al acercarme hasta donde estaba esa luz, una sala enorme llena de Amalgamas estaba frente a mí. En el centro de aquella sala, había una Amalgama gigantesca que estaba escupiendo constantemente masas amorfas que se iban transformando en las Amalgamas que estaban ahí.

» Debe ser la reina. «

Al observar bien, me percaté que al lado de la reina había una figura con forma de humano con alas parado mientras la iba alimentando con oscuridad. La figura simplemente me miró directamente sobre su hombro y enseguida paró de alimentar a la reina y emprendió vuelo para irse de esa sala, desapareciendo en el aire.

∬ ¡Amstrong! ∬

Esa voz que me llamó provenía de un lado de la sala, haciéndome voltear para ver a Ludmilla y Beck peleando contra varias de las Amalgamas.

» ¡Ya voy! «

Corrí hacia ellas, pero uno de los Titanes me detuvo al poner su pie delante mío.

☠ ¡Yo me encargo! ☠

Beck arrancó la pierna de una Amalgama y se la incrustó al Ludmi para usarla como su segundo brazo, haciendo que empezara a matar más rápido y protegiendo a Ludmilla.

» ¡Me encargaré del grandote! «

El fuego negro creó un escudo a mi alrededor y empezó a arder con tanto calor que al acercarse las Amalgamas, estas se iban desvaneciendo casi al instante.
Aproveché que el monstruo dentro de mí me estaba protegiendo y salté hacia el gigante para hacer que cayera sobre sus rodillas y empezar a escalar rápidamente; al llegar hasta su cabeza, el escudo se hizo más fuerte y atravesé su cráneo como si de plastilina se tratara, haciendo que su cerebro empezara a hervir como caldo y que yo saliera por su mandíbula.

» ¡Voy por ustedes! «

Al salir del Titán, muchos Acorazados me rodearon y querían devorarme, pero el escudo a mi alrededor seguía ardiendo, así que me lancé hacia ellos para poder atravesarlos como si nada. Habían demasiados Acorazados que me estaban impidiendo llegar hasta ellas, así que seguí luchando hasta que una Quimera llegó para empujarme con uno de sus tentáculos.

» Maldición, tú sí eres molesta. «

Las Quimeras aguantaban bien mi fuego, así que tenía que pensar una manera de derrotarla sin usar el fuego.
La Quimera me atacaba con ferocidad y yo solamente iba esquivando, pues no me permitía acercarme a ella por culpa de sus tentáculos y que me iba escupiendo una baba corrosiva.

∬ ¡Será imposible si no matamos a la reina! ∬

Ludmilla al no tener los brazos de su robot, no podía hacer nada más que esperar. Ella tenía razón, si simplemente seguimos matando a lo salvaje, nunca se van a acabar las Amalgamas, tendremos que ir por la reina.

AstronoMathgic (Libro 1: Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora